lunes, 16 de mayo de 2011

MUJERES AL SERVICIO DE CRISTO

¿Piensas que el liderazgo de la Iglesia cristiana fue realizado únicamente por hombres? Esa era mi impresión hasta hace poco. Pablo y Pedro, Agustín, los Papas, Lutero y Calvino, los presidentes de la Asociación General. ¡Todos hombres! Imagina mi sorpresa cuando comencé a investigar más allá de lo obvio y descubrí que la historia de la iglesia cristiana estuvo llena de nombres de mujeres, algunas de ellas profundamente influyentes. Me di cuenta que aunque fueron notorias, sus historias generalmente han sido descuidadas; tal vez porque eran simplemente historias de mujeres, no lo suficientemente importantes como para llegar a los libros de historia. Cuando las mujeres como grupo son pasadas por alto, son también descalificadas y se crea la idea de que no han tenido una influencia significativa en la iglesia cristiana. Vivimos con las consecuencias de esta descalificación. Dado que no conocemos nuestra historia, podemos creer que en realidad sólo importan los hombres. Sin embargo, nuestra postura acerca del papel femenino cambiará al tomar conciencia del legado que nos dejaron.
Me gustaría compartir breves historias de mujeres que tenían dos denominadores comunes. Primero, estaban llenas del Espíritu Santo que a su vez les dio un sentido de misión y dignidad y segundo, no tenían miedo de enfrentar obstáculos o enemigos.
Cristina de Markyate
Considera a Cristina de Markyate (ca. 1096-ca. 1166). Su nombre de bautismo era Teodora, pero ella misma se lo cambió para que reflejara su amor por Cristo. A los trece años se prometió a sí misma que Jesús sería su único “esposo”. De ahí en más refutó a cada clérigo que trató de persuadirla de obedecer los deseos de sus padres que querían forzarla a olvidar esa promesa y aceptar un casamiento. Siempre que defendía su postura, lo hacía apoyándose en la Biblia. Pasó mucho tiempo encerrada en su habitación, sola, sin alguien para apoyarla; únicamente tenía a Dios. Sostenida por el poder del Espíritu y la oración continua, fue capaz de resistir y de vivir la vida conforme a la manera en que pensaba que debía ser. Ese amor y amistad con Dios la movió más allá de cualquier duda o miedo de ser ella misma y la llevó a convertirse en una persona de autoridad y poder.
Katherine Zell
Más tarde encontramos a Katherine Zell (1497-1562), una de las mujeres más francas de la reforma. Cuando tenía alrededor de veinte años se casó con un hombre que casi duplicaba su edad; a lo largo de la vida fueron muy felices.1 Su esposo, un ex sacerdote católico se había convertido en predicador luterano. Juntos conformaron un equipo en el norte de Francia, en la ciudad de Estrasburgo, donde vivieron y trabajaron en pro de la Reforma y la paz entre católicos y protestantes.
Algunos de los opositores de la reforma esparcieron rumores maliciosos acerca de la pareja, diciendo que el esposo engañaba a Katherine con una sirvienta. En vez de reaccionar agresivamente, Katherine publicó una carta a través de la cual explicaba a los habitantes de la ciudad que ella nunca había tenido sirvienta y que el deseo de ellos como pareja era morir lado a lado en cruces, ¡cada uno alentando al otro!
“Katherine no tenía temor de manifestar públicamente su opinión y cuando sus opositores quisieron silenciar su voz les dijo: Ustedes me hacen notar que el apóstol Pablo les dijo a las mujeres que permanecieran silenciosas en la iglesia. Yo les quiero recordar que ese mismo apóstol dijo que en Cristo no existe hombre o mujer, y que la profecía de Joel menciona que ‘tus hijos e hijas profetizarán’”.2 Luego de estas palabras terminó su declaración humildemente pero con sarcasmo: “No pretendo ser Juan el Bautista retando a los fariseos. No alego ser Natán censurando a David. Solamente me contento con ser el asno de Balaam castigando a su amo”.
Katherine no tenía miedo de trabajar arduamente y lo hacía impulsada por sus convicciones; podía realizar lo que otros temían hacer. Organizó reuniones entre líderes católicos y protestantes. Organizó la alimentación y abrigo para tres mil refugiados que llegaron a Estrasburgo como resultado de la Guerra de los Campesinos. También se ocupó de cuidar a uno de los líderes de la ciudad que enfermó de lepra. Compiló y público himnos en forma de panfletos, para inspirar a los pobladores y concentrar su atención en Dios, en medio de la rutina y actividades de la vida diaria. Y, como última obra, ofició en el funeral de una mujer que no compartía la misma fe, dado que el ministro luterano local se negó a hacerlo. El Consejo de la Ciudad quería reprimir duramente a Katherine por su transgresión, pero ella enfermó y falleció antes que lograran hacer algo en su contra.
Elizabeth Hooton
Esta es otra historia acerca de una mujer cristiana valiente. Elizabeth Hooton (1600-1672) fue la primera cuáquera convertida y la primera predicadora cuáquera en Inglaterra; esto sucedía en el siglo XVII.
Como cuáquera, ella creía que para Dios, la mujer y el hombre eran iguales, y por lo tanto no dudó en desafiar a los sacerdotes en cuanto a asuntos doctrinales ni tuvo temor de resistirse a arrodillarse ante el rey Carlos II.3 Fue azotada y encarcelada varias veces por su conducta y creencias, pero la opresión no hizo cesar sus actividades. Elizabeth era una mujer de “ilimitada fortaleza y perseverancia”4 e iba donde el Espíritu la guiara. A la edad de 61 años, fue a Nueva Inglaterra (actualmente los Estados Unidos) como misionera, sabiendo que probablemente allí también la esperaba la persecución. Las autoridades puritanas de Massachusetts estaban tan decididas en la postura de no recibir ningún cuáquero, que aprobaron una ley prohibiendo que los capitanes de barcos dejasen desembarcar alguna persona de esta religión en el puerto de Boston, so pena de pagar una multa de cien libras.
Siendo así Elizabeth tuvo que bajarse del barco en Virginia y caminar la gran distancia que la separaba de su meta final. Ni bien llegó a Boston fue encarcelada, pero el gobernador creyó que aun en la cárcel era demasiado peligrosa, por lo que fue sacada y obligada a caminar hacia una región boscosa donde los guardias armados la abandonaron en pleno invierno, a la merced de osos y lobos.
Elizabeth finalmente salió ilesa del bosque y volvió a Inglaterra, donde permaneció apenas el tiempo suficiente para obtener el permiso del rey para comprar algunas tierras en Boston, a fin de construir una casa. Siendo que era muy realista, creyó que en Boston se necesitaba un lugar donde pudieran quedar los cuáqueros que estaban siendo perseguidos. Sin embargo las autoridades de dicha ciudad desconocieron la orden del rey; esta vez la encadenaron a un carruaje y la forzaron a caminar pasando por tres ciudades. En cada lugar le quitaron la ropa de la espalda y la azotaron con un látigo de tres cuerdas. Luego de ese castigo una vez más fue abandonada en los bosques para morir.
Por causa de su labor misionera en la región de Nueva Inglaterra fue encarcelada tres veces, recibió nueve azotes severos y dos destierros a los bosques, pero Elizabeth consiguió salir con vida de las tierras salvajes y decidió tomar un nuevo rumbo. Sin embargo pocos días después de desembarcar en Jamaica, murió pacíficamente, lejos de su pueblo natal en Inglaterra. El amor que tuvo por la humanidad la motivó a atravesar cada aflicción que se le enfrentó en su camino de la vida.
Elena White
Los adventistas tenemos nuestra propia heroína. Elena White era bastante joven cuando le dijo “Sí” al llamado de Dios y permitió ser llena del espíritu. El sentido de misión divina le dio valentía para colocarse aun frente a la gente que la rechazaba y trataba de impedir su trabajo, que ya de por sí era difícil. En una época en la que no se destacaban las mujeres como líderes religiosas, ella escribió, predicó, viajó y guió el movimiento adventista por más de cincuenta años. ¿Dónde estaría la Iglesia Adventista del Séptimo Día sin Elena White? Ni siquiera es muy seguro que hubiera existido si no hubiese sido por ella.
Elena y las demás mujeres mencionadas sirven de ejemplo de lo que puede suceder cuando alguien dedica completamente su vida a Dios. Donde está el espíritu del Señor, hay libertad. Libertad del miedo. Libertad de vivir la vida en forma cabal y completa.

REFERENCIAS

1. Véase Roland H. Bainton, Women of the Reformation: In Germany and Italy (Minneapolis: Augsburg Publishing House, 1971), p. 55.
2. Véase Ruth A. Tucker y Walter Liefeld, Daughters of the Church: Women and Ministry from New Testament Times to the Present (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 1987), p. 183.
3. Ibid., p. 227.
4. Elaine C. Huber, “‘A Woman Must Not Speak’: Quaker Women in the English Left Wing,” en Ruether y McLaughlin eds. op. cit., p. 165.

miércoles, 4 de mayo de 2011

ELENA WHITE Y LOS TRATAMIENTOS PARA LA SALUD MENTAL

Elena White no fue ajena a temas relacionados a la salud mental. Ella misma luchó con la depresión en su proceso de conversión, y su familia también enfrentó algunos desafíos. Su esposo sufrió accidentes cerebrovasculares durante la mediana edad, que alteraron su personalidad. Algunos de sus hermanos, sufrieron enfermedades mentales, e incluso su hijo Edson pudo haber padecido un déficit de atención. Como consejera espiritual, a menudo abordaba temas de la mente. Como fue visto en la última edición de Diálogo, frecuentemente escribió y habló a las personas afectadas por dificultades emocionales y mentales. Siempre les brindaba esperanza y los guiaba a un amante Padre celestial y a un tierno Salvador que puede sanar y librar a aquellos que están heridos y quebrantados por el pecado y las adversidades de la vida.
Sin embargo, al tratar temas de salud y enfermedades mentales, Elena White escribió enfáticamente en contra del uso de drogas y de la “psicología”. De esto, algunos concluyeron que Elena White estaba en oposición a la utilización de estas modalidades al tratar con las enfermedades mentales, pero no es así. Para comprender correctamente su postura relacionada al abordaje terapéutico para la cura mental, hay que comprender el contexto de sus escritos en el siglo XIX.
Antes de nada, debemos mencionar dos puntos importantes. Primero, a menudo ella resaltó la vital importancia de la salud mental. “La mente rige a todo el hombre. Todos nuestros hechos, buenos o malos, tienen su origen en la mente. Es ella la que adora a Dios y nos une con los seres celestiales”.1 Segundo, ella reconoció el efecto de la salud física sobre la mente. “Todos los órganos físicos son los siervos de la mente y los nervios los mensajeros que transmiten sus órdenes a cada parte del cuerpo guiando los movimientos de la maquinaria viviente”.2
Terapia a través de medicamentos
Debido al estado confuso y problemático de la terapia química durante la época en que vivió Elena White, no tuvo mucho para decir al respecto. Su base filosófica para la cura y terapia de salud mental eran más holísticas, haciendo énfasis en remedios espirituales, naturales e hidroterapia.
“El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimentario conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos. Es de suma importancia darse cuenta exacta de los principios implicados en el tratamiento de los enfermos, y recibir una instrucción práctica que le habilite a uno para hacer uso correcto de estos conocimientos”.3
El siglo XIX conllevó filosofías difusas y falaces en esta área. El tratamiento empírico era la terapia heroica “tradicional” sostenida por Benjamín Rush. Defendía las sangrías y el uso de inductores del vómito, para aliviar “fiebres” o “tensión vascular”, que según él, causaban la enfermedad. Esto incluía el uso interno de drogas como calomel (cloruro de mercurio) y el uso de químicos cáusticos.
La alternativa de los pobres era otra: seguir los consejos de Samuel Thompson, quien decía que todas las enfermedades eran causadas por el frío y por lo tanto, buscaba incrementar la temperatura natural del cuerpo. Utilizaba lobelia, una planta que posee características sedantes e inductoras del vómito. Otras filosofías de curación incluían la homeopatía, que sostenía que pequeñas dosis de las drogas que producían los síntomas de una enfermedad, en una persona sana podían curar dicha enfermedad. En los tiempos de la Guerra Civil Americana, la homeopatía era el método preferido por médicos que habían rechazado la “terapia heroica”. Había muchos otros tratamientos que tenían bases filosóficas cuestionables y usaban drogas como los opiáceos, arsénico y quinina, junto a variados productos de plantas y raíces de orígenes desconocidos. Estos eran generalmente diluidos en alcohol.
No sorprende entonces que Elena White haya escrito en contra del uso de los medicamentos. “Hay más personas que mueren por el uso de las drogas que todas las que tendrían que morir a causa de las enfermedades, si se hubiera dejado que la naturaleza realizase su obra”.4 No se oponía al uso de drogas si estas tenían resultados favorables al salvar vidas, incluso cuando la droga era peligrosa. Durante un tiempo la quinina era el único recurso para combatir la malaria; su respuesta a una pregunta fue: “Se espera que hagamos lo mejor que está a nuestro alcance”.5 En otras palabras, si la quinina salva una vida, úsela. El uso moderno de drogas en los tratamientos psiquiátricos posee una base más fisiológica y acorde a la comprensión de los médicos acerca de los principios involucrados en el tratamiento de los enfermos. Si ella opinase en el presente, probablemente aún defendería los métodos naturales cuando es posible, pero daría lugar a la terapia química basada en la fisiología.
La posición de Elena de White en contra de la psicología
Tres corrientes terapéuticas que imperaban en los tiempos de Elena White la indujeron a hacer comentarios acerca de temas de salud psicológica y mental. Ella se oponía fervorosamente a las tres. En 1862 escribió: “Las ciencias de la frenología, la psicología y el mesmerismo han sido el conducto por el cual Satanás se ha llegado más directamente a esta generación, y ha obrado con ese poder que iba a caracterizar su obra hacia el fin del tiempo de gracia”.6
Mesmerismo. Al inicio de su ministerio ella se vio forzada a confrontar repetidamente al mesmerismo y sus métodos de manipulación mental. En los Estados Unidos, a mediados del siglo XIX, el magnetismo animal era una filosofía de tratamiento muy aceptada. Creada por el médico vienés Franz Antón Mesmer (1734-1815), enseñaba que un fluido magnético invisible permeaba al universo. Mesmer teorizó que la enfermedad producía un desequilibrio de este fluido dentro del cuerpo humano, el cual podía ser curado a través del uso de imanes y corriente eléctrica. Más tarde abandonó el uso de imanes y propuso que el “cuerpo del curandero permeado con magnetismo animal, podría redirigir el fluido magnético del paciente sin la utilización de los imanes”. El objetivo era inducir una “crisis” al alterar el estado mental del sujeto a través de fiebre, delirios, convulsiones, llanto incontrolado o tics nerviosos. Mesmer veía estas manifestaciones como síntomas saludables de curación. La sugestión y control mental eran utilizados para producir un trance y así realinear el cuerpo.7 James Braid más adelante redefinió el término “mesmerismo” como hipnotismo, y Mesmer fue reconocido como el padre de la hipnosis moderna.8 En el transcurso de 1845, Elena White fue forzada a confrontar a Joseph Turner, un eminente ministro millerita adventista de Maine. Turner estaba utilizando el mesmerismo e intentó incluso hipnotizarla a ella. En una oportunidad en que Elena se encontraba en Maine, él intentó manipularla. Ella lo describió así: “Él miraba fijamente a través de sus dedos, y sus ojos parecían los ojos de una serpiente, diabólicos”.9 Sus experiencias al confrontar a este hombre, junto a la luz recibida en visiones, la colocaron en oposición a las modalidades de control mental hipnóticas que abolían la independencia y libertad otorgadas por Dios. Ella fue muy directa y específica al escribir acerca de este tema. “No es propósito de Dios que ser humano alguno someta su mente y su voluntad al gobierno de otro para llegar a ser instrumento pasivo en sus manos. Nadie debe considerar a ser humano alguno como fuente de curación. Solo debe depender de Dios”.10
En un serie de cartas escritas durante 1901 y 1902 a A. J. Sanderson y su esposa, quienes eran los directores médicos del Sanatorio Santa Helena, les advirtió acerca de los peligros de la hipnosis. “Separaos de todo lo que se parezca al hipnotismo, que es la ciencia utilizada en su trabajo por los instrumentos satánicos”.11 Ella identificó el aspecto de la hipnosis que mas le preocupaba y reveló uno de los puntos centrales de la cura mental: “La teoría del gobierno de una mente por otra fue ideada por Satanás para intervenir como artífice principal y colocar la filosofía humana en el lugar que debería ocupar la filosofía divina… El médico debe educar a la gente para que desvíe sus miradas de lo humano y las dirija hacia lo divino”.12
Frenología. Esta fue una teoría popularizada en los Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Hecha famosa por los hermanos Orson y Lorenzo Fowler quienes afirmaban que la forma de la cabeza de una persona determinaba su carácter o personalidad. Aunque basada en una premisa falsa, fue ampliamente aceptada como auténtica, pero Elena White se mantuvo firme en su oposición. En 1893 escribió acerca de la frenología como “vana filosofía, gloriándose en cosas que ellos no comprenden, asumiendo un conocimiento de la naturaleza humana el cual es falso”.13
Cura de sueño. Esta modalidad fue liderada por Silas Weir Mitchell, como respuesta a desórdenes nerviosos. Promovía un descanso total y ausencia de estímulos sensoriales. Rrequería que el sujeto no tuviese visitas, cartas, lectura, escritura, baños, ejercicio, o incluso la presencia de luz o sonido. El descanso debía ser estimulado, ininterrumpido y prolongado. Elena White contradijo esta postura: “Al enfermo [mental] debe enseñársele que es erróneo suspender toda labor física a fin de recobrar la salud”. 14
Las bases filosóficas de estas tres modalidades a pesar de ser populares en ese momento, han demostrado ser falaces. Cuando Elena White utilizó los términos “psicología” y “ciencia”, se estaba refiriendo a estos movimientos espurios y erróneos, y no a las definiciones modernas. En una oportunidad, inclusive escribió en forma positiva al utilizar el término “psicología” en un sentido más amplio o general. “Los verdaderos principios de psicología se encuentran en las Sagradas Escrituras. El hombre no sabe lo que vale. Obra de acuerdo con su temperamento sin convertir, porque no contempla a Jesús, Autor y Consumador de su fe”.15 Así es que consideraba que la correcta “psicología” tenía una elevada visión del valor de los seres humanos, entendidos a la luz del regalo de Jesús y del amor de Dios. Para ella, el objetivo del estudio psicológico era reconectar a la persona con Dios, como el gran sanador de la mente y del alma.
Recibiendo asistencia psicológica
A pesar de que fue mostrado que Elena White centraba su filosofía de cura y salud mental en Dios, ella no excluyó el rol de los humanos en cooperar con Dios. Es clara al decir que Dios puede utilizar consejeros para asistir en el tratamiento de aquellos con enfermedades mentales y emocionales. “Los siervos de Cristo son sus representantes, los conductos por los cuales ha de obrar. Él desea ejercer por ellos su poder curativo”.16 En otro momento dice: “Por medio de sus siervos, Dios se propone que oigan su voz los enfermos, los desdichados y los poseídos de espíritus malignos. Por medio de sus agentes humanos quiere ser un consolador como nunca lo conoció el mundo”.17 Aún más, ella brindó orientaciones para la consejería. “Cuando sobreviene una crisis en la vida de un alma… es la vida consecuente, la revelación de un interés sincero y cristiano por las almas en peligro, lo que le dará eficacia al consejo para persuadir y lograr que dicha alma retorne a la senda segura”. Quienes descuidan este trabajo, “¡deberán dar cuenta de su negligencia para con aquellos a quienes podrían haber bendecido, fortalecido, sostenido y curado!”18
La experiencia de Elena White como consejera es una aplicación de esta declaración. A pesar de no tener formación profesional, a lo largo de su vida ayudó a muchos a lograr una mejor salud mental y emocional. Hasta hoy, sus escritos proveen un marco teológico y filosófico útil que apoya la actividad “médico misionera”, como ella la llamaba, en los campos de la psiquiatría y la psicología.
Algunos cristianos bien intencionados no han estado dispuestos a conversar con profesionales del área mental; les fue dicho que Dios no desea que ellos cuenten a otro ser humano sus pecados o debilidades. Piensan que al buscar asistencia psicológica están traicionando su fe, ya que están buscando ayuda en humanos en lugar de procurarla en Dios. Pero Elena White es clara al decir que hay situaciones en que es correcto y adecuado confiar en otros.19 Frecuentemente escuchaba y daba consejos a personas agobiadas por el dolor y las perplejidades. Estas fueron sus palabras de aliento para un hombre en Australia. “Si los agentes humanos de quienes podemos esperar ayuda, fallan en cumplir su parte, seamos consolados con el pensamiento de que las inteligencias celestiales no fallarán en hacer la suya. Pasarán por alto a aquellos cuyos corazones no son tiernos y misericordiosos, amables y considerados, y prestos a aliviar las cargas de otros; utilizarán cualquier agente humano que sea conmovido por las inseguridades, necesidades, problemas y perplejidades de las personas por las que Cristo murió”.20 Un repaso de sus muchas declaraciones acerca del rol de los consejeros humanos, muestra que resaltaba que Jesús es el máximo ayudador y sanador. Sin embargo, consejeros humanos, sea un amigo, padre, pastor, médico o psicólogo, han de ayudar a la persona a buscar a Jesús como el “Amigo que nunca falla, a quien podemos confiar todos los secretos del alma”.21 La cura mental y emocional, al igual que la cura física es un proceso que requiere tiempo. Los escritos de Elena White revelan un notable grado de sensibilidad al proceso psicológico –algunas veces extenso– que requiere ayuda.
Conclusión
El punto de vista de Elena White se basó en la utilización de principios. Fomentó el aconsejamiento y los métodos naturales. Su rechazo tajante de las drogas estaba apoyado en las ideas raras prevalecientes y en los químicos peligrosos que se usaban. Sus aseveraciones en contra de la “psicología” y “ciencia” están relacionadas con su oposición al mesmerismo, frenología y la “cura del sueño”. Como consejera tuvo vastas interacciones y lidió con variados tipos de disfunciones psicológicas. Siempre fue empática y redentora, aún cuando la condición fuese particularmente objetable. Aun cuando no tuvo entrenamiento formal en salud mental y vivió en un tiempo cuando la ciencia era rudimentaria en esta área, fue capaz de ayudar a muchas personas. Entendió que el quebrantamiento emocional y mental no era curado instantáneamente y que una persona podía estar caminando con Dios y aún necesitar apoyo y guía. Creyó en la necesidad de una intervención directa por personas que fueran capaces de aconsejar y guiar. A pesar de que no escribió acerca del rol de los psiquiatras y psicólogos, escribió en forma positiva acerca del tipo de ayuda que puede ser brindada por estas disciplinas. No podemos decir con exactitud cuál sería su reacción a la práctica moderna de estas disciplinas, pero un estudio de su vida, escritos y actividades, sugiere que ella apoyaría una práctica psicológica cristiana que estuviese en armonía con una filosofía de curación bíblica.

REFERENCIAS
Si no se señala un autor, corresponde a Elena White.
1. Conducción del niño (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1978), p. 338.
2. Ibíd.
3. Ibíd., p. 344.
4. Mensajes selectos (Mountain View, California: Pacific Press Publ. Assn., 1977), t. 2, p. 517.
5. Ibíd., p. 322.
6. Mensajes para los jóvenes (Mountain View, California: Pacific Press Publ. Assn., 1979), p.55.
7. Irving Kirsch, Steven Jay Lynn, and Judith W. Rhue, “Introduction to Clinical Hypnosis,” in Handbook of Clinical Hypnosis (Washington, DC: American Psychological Association, 1993), 5; John C. Burnham, “Franz Anton Mesmer,” International Encyclopedia of Psychiatry, Psychology, Psychoanalysis, and Neurology, ed. Benjamin B. Wolman (New York: Aesculapius Publishers, 1977), t. 7, p.213.
8. Henry Alan Skinner, The Origin of Medical Terms (Baltimore, MD: Williams & Wilkins, 1949), p. 186.
9. Manuscrito 131, 1906.
10. El ministerio de curación. (Mountain View, California: Pacific Press Publ. Assn., 1975), p. 186.
11. Mensajes selectos (Mountain View, California: Pacific Press Publ. Assn., 1977), t. 2, p. 401.
12. Carta 121, 1901 para A. Sanderson, 12 de setiembre, EGWE.
13. Carta 78, 1893 para E. J. Waggoner, 22 de enero, EGWE.
14. Testimonios (Miami, Florida: Asociación Publicador Interamericana: 2003), t. 1, p. 483.
15. Mente, carácter y personalidad (Miami, Florida: Asociación Publicadora Interamericana, 1977), t. 1, p. 10.
16. El Deseado de todas las gentes (Mountain View, California: Pacific Press Publ. Assn.) p. 763.
17. El ministerio de curación, p. 73.
18. Carta 70, 1894 para “los hermanos que trabajan en Review and Herald”, 13 de enero, EGWE.
19. Mente, carácter y personalidad (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1991) pp. 761-819.
20. Carta 4, 1894 para J. R. Buster, 3 de agosto, EGWE.
21. Testimonios, t. 1, p. 440.

jueves, 14 de abril de 2011

BACHILLERATO Y LICENCIATURA EN TEOLOGIA. UPEU.

La Carrera de Teología comprende un plan de estudios bíblico-teológicos, de modalidad teórico-práctica con duración de 10 semestres académicos (5 años), y constituye la formación profesional requerida para el ejercicio del ministerio pastoral en el ámbito de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Comprende un eje central de estudios teológico-ministeriales complementado por cinco diversas menciones:
  • Sagrada Escritura
  • Liderazgo Eclesiástico
  • Psicología Pastoral
  • Salud Pública
  • Música Sacra

Objetivos Educacionales
  1. Desarrollar en el estudiante una vida de integridad moral y principios éticos como resultado de su relación personal con Dios y Su Palabra.
  2. Promover el desarrollo armonioso de las facultades personales (físicas, mentales y espirituales), interpersonales (comunicación, trabajo en equipo, liderazgo) y el entorno del estudiante.
  3. Equipar al futuro pastor con los conocimientos, actitudes y herramientas pertinentes para el óptimo desempeño de su profesión.
  4. Proveer al estudiante metodologías y recursos necesarios para la investigación bíblica, teológica, histórica y aplicada.
  5. Inculcar en el estudiante una filosofía de servicio y entrenarlo para realizar actividades de extensión y proyección social en favor de la iglesia y la comunidad.
  6. Consolidar en el estudiante su identidad y compromiso con la visión y misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Perfil del Egresado
  • Mantiene una comunión permanente con Dios y su Palabra.
  • Imita el modelo de integridad de Jesucristo.
  • Muestra equilibrio en su desarrollo físico, mental, espiritual, social y ambiental.
  • Posee habilidades de comunicación, trabajo en equipo y liderazgo.
  • Domina los temas fundamentales de la teología bíblico-cristiana.
  • Cuenta con las herramientas pertinentes (visitación, consejería, enseñanza, predicación, y administración) para desempeñar eficientemente su labor profesional (pastor, capellán, docente, colportor y editor).
  • Realiza trabajos de investigación exergética y teológica del Antiguo y Nuevo Testamentos.
  • Tiene una actitud orientada hacia la investigación relacionada con su trabajo pastoral y misionológico.
  • Se identifica con las diversas necesidades de la iglesia y la comunidad.
  • Posee las herramientas y capacidad necesarias para realizar actividades de extensión y proyección social.
  • Se identifica con los principios bíblicos y valores éticos propuestos por la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
  • Está comprometido con la visión y misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Competencias Educacionales
  • Cultiva una relación personal con Dios a través de la oración y el estudio de su palabra.
  • Desarrolla un estilo de vida coherente con los principios bíblico-cristianos.
  • Incorpora los principios ético-cristianos en su diario vivir.
  • Manifiesta equilibrio en su desarrollo físico, académico y espiritual.
  • Maneja técnicas y destrezas de comunicación oral, escrita y multimedia.
  • Posee habilidades para organizar y conducir la iglesia en grupos pequeños.
  • Posee una clara comprensión teológica de los temas bíblicos, en su contexto histórico profético.
  • Explica la historia eclesiástica y el origen profético de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
  • Posee habilidad para enseñar y trasmitir el mensaje bíblico.
  • Diseña, conduce y evalúa planes estratégicos de acuerdo a los lineamientos misionológicos de la iglesia.
  • Crea y desarrolla diversos ministerios para alcanzar con el evangelio a personas de diversos estratos socio-culturales.
  • Posee destrezas para leer, traducir e interpretar los textos bíblicos en sus idiomas originales.
  • Domina las metodologías de investigación bíblica, teológica e histórica.
  • Domina las metodologías de investigación en teológica aplicada.
  • Participa en proyectos de investigación interdisciplinaria pertinentes al quehacer eclesiástico.
  • Internaliza principios de amor al prójimo traducidas en acciones de servicio.
  • Posee las capacidades para formular y ejecutar proyectos comunitarios.
  • Está inmerso en actividades de extensión y proyección social.
  • Reproduce los principios y valores éticos fundamentados en la Palabra de Dios.
  • Vive comprometido con la visión y misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Áreas de Estudio Los planes de estudios de la Facultad de Teología se distribuyen en las siguientes áreas:
  1. Área de Biblia.- Incluye materias específicamente de contenido bíblico, considerando además los idiomas bíblicos hebreo y griego.
  2. Área de Historia y Teología.- Incluye la Historia General de la Iglesia Cristiana, la Historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, así como las principales doctrinas de la fe cristiana-adventista.
  3. Área de Teología Aplicada.- Incluye materias relacionadas con las funciones pastorales, de evangelismo, de liderazgo y de administración eclesiástica, así como las prácticas preprofesionales.
  4. Área de Estudios Generales.- Incluye materias relacionadas con recursos instrumentales, idiomas modernos y métodos de investigación.
  5. Mención.- Incluye asignaturas relacionadas con las diferentes menciones.
    Art. 56: El Nivel de Pregrado consta de un mínimo de 200 créditos cursados en 10 semestres.
    Distribuidos de la siguiente manera:
a). 27-32% en el área bíblica
b). 22-27% en el área histórico-teológica
c). 27-32% en el área aplicada
d). 10-15% en el área general
e). 10-15% en la mención

miércoles, 13 de abril de 2011

RELIGION Y ATEISMO FUNDAMENTALISTA CARA A CARA.

En un sermón, hice una referencia muy de paso al científico ateo Richard Dawkins. No creí que la audiencia retendría el nombre, por lo que me sorprendí cuando al finalizar se me acercó una joven para hablar acerca de lo que yo había mencionado en escasos diez segundos y me dijo: “Tengo un amigo que está leyendo a Dawkins y está muy impresionado. ¿Usted sabe de alguna persona que haya contestado sus planteamientos o algún libro que yo pueda recomendarle?
“Alister McGrath”, le contesté y ella lo apuntó. “El título de su libro es The Dawkins Delusion?”.1
McGrath –un ateo convertido al cristianismo– recibió su doctorado en biofísica molecular en Oxford; su libro presenta una respuesta magistral a Dawkins. Este artículo tiene que ver con la respuesta de McGrath a Dawkins e incluye mis propias críticas. La idea inicial de este ensayo surgió al escuchar a McGrath contestar a Dawkins durante una conferencia en Cambridge, Inglaterra, en abril de 2007. ¿Cuál es la postura de Dawkins?
Escupiendo veneno
El título del libro de Dawkins El espejismo de Dios2 lo dice todo. Desde el prefacio, pone sobre la mesa las cartas, para que las podamos ver: “Si este libro cumple el propósito que tengo en mente, los lectores religiosos serán ateos cuando concluyan su lectura” (Dawkins, p. 28 –de aquí en adelante abreviado D.).
Tan presuntuoso pronóstico nos produce un escalofrío. ¿Con qué temas potencialmente destructivos para mi fe me encontraré? Pero luego, quizás para protegerse del fracaso total, Dawkins añade una advertencia burlona: “Por supuesto, las mentes intransigentes de creyentes fanáticos son inmunes a los argumentos; su resistencia fue construida durante años, comenzando con el adoctrinamiento infantil” (D., p. 28).
En el capítulo 2, este profesor de ciencias de Oxford llega rápidamente a su blanco: “Se puede argumentar que el Dios del Antiguo Testamento es el personaje más desagradable de toda las obras de ficción [palabras muy duras]: celoso y orgulloso de serlo; un ser mezquino, injusto, que no perdona y está obsesionado con el control; un limpiador étnico vengativo y sediento de sangre; un matón malévolo misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, productor de pestilencias, megalómano, sadomasoquista y caprichoso” (D., p. 51).
Según Dawkins, la mayor parte de los problemas del mundo se deben a que seguimos ciegamente este y otros dioses, productos de la imaginación humana. Como John Lennon, se atreve a soñar con “un mundo sin religión”. Sería un lugar “sin terroristas suicidas… sin Cruzadas, sin cacerías de brujas… sin guerras israelí-palestinas, sin masacres serbio-croatas-musulmanas, sin persecución de los judíos… sin evangelistas de televisión con trajes brillantes y peinados llamativos estafando financieramente a personas ingenuas” (D., pp. 23, 24). Pero es interesante que Dawkins ignora las masacres de incontables millones de personas realizadas por ateos como Adolf Hitler y Joseph Stalin.
Enfatiza que los inteligentes no se inmiscuyen en temas religiosos, ¡y menos aún los científicos! “Los grandes científicos que profesan una religión sobresalen por su rareza y son objeto de divertidas perplejidades para sus colegas de la comunidad académica” (D., p. 125). También dice que en una oportunidad le preguntó a Jim Watson, “el genio fundador del Proyecto Genoma Humano”, si conocía muchos científicos religiosos hoy en día. Watson respondió: “Prácticamente ninguno” (D, pp. 125, 126).
Sin embargo, en respuesta a esta afirmación, McGrath señala que el mismo año que se publicó El espejismo de Dios (2006), “Owen Gingerich, un astrónomo reconocido de Harvard, publicó God’s Universe, en el cual declara que ‘el universo fue creado con una intención y un propósito, y esta creencia no interfiere con los emprendimientos científicos’. Francis Collins publicó su libro ¿Cómo habla Dios? en el cual argumenta que el orden maravilloso de la naturaleza señala a Dios como creador, siguiendo líneas similares a las tradicionales de la concepción cristiana… [Y] el cosmólogo Paul Davies publicó su libro Goldilocks Enigma, en el cual sostiene que es necesaria la existencia de un ‘calibraje fino’ en el universo” (McGrath, p.42 – de aquí en adelante abreviado M.).
“La agenda oculta de El espejismo de Dios”, es según McGrath que, “el ateísmo es la única opción para la persona seria, progresista y razonadora” y que la experiencia religiosa está “asociada con actividad cerebral patológica” (M., pp. 33, 66). El evangelio para Dawkins es ficción (D., p. 123) y realiza un llamado a las generaciones futuras que aún tienen que decidirse en el plano espiritual: “Puedes ser una ateo feliz, equilibrado, con principios morales e intelectualmente satisfecho” (D., p. 23).
Es un esfuerzo consciente y calcu-lado de parte de Dawkins, que McGrath cataloga como una “lucha de proporciones gigantescas en contra de la religión” (M., p. 51). De acuerdo a McGrath, Dawkins ve a la ciencia y a la religión como “enfrentadas en una batalla a muerte. Sólo una puede salir victoriosa, y tiene que ser la ciencia” (M., p. 46). La meta de Dawkins es, según McGrath, “la destrucción cultural e intelectual de la religión” (M., p. 24). El blanco de su ofensiva es matar y terminar de una vez y para siempre con el cristianismo.
El tendón de Aquiles de Dawkins
El espejismo de Dios no es un libro corto. Sus 480 páginas contienen una serie de alegatos y acusaciones que sería imposible contestar en forma detallada en este artículo. Con esto en mente, me gustaría centrarme en lo que considero es el tendón de Aquiles de todo el marco de pensamiento de Dawkins.
En el resumen de seis puntos del capítulo “Por qué probablemente no existe ningún Dios”3 (según me parece es el capítulo clave del libro), quizás el primer punto de Dawkins sintetiza el asunto central del libro: “A través de los siglos, uno de los mayores desafíos para el intelecto humano ha sido explicar la aparición improbable y compleja del diseño en el universo”.4
¿Cómo trata Dawkins este desafío básico? Este es el asunto central. Hay dos razonamientos creacionistas que le preocuparon: (1) el argumento de la improbabilidad y (2) el argumento de la complejidad irreducible.
1. Improbabilidad. Dicho clara y simplemente, el argumento de la improbabilidad sugiere que la complejidad que vemos dentro y alrededor de nosotros requiere que haya una inteligencia superior. O parafraseando lo que el propio Dawkins dice (citando a Fred Hoyle) que la probabilidad de que la vida se originase en la tierra por sí sola es igual “a la probabilidad que tendría un huracán arrasando un depósito de chatarra, de montar un Boeing 747” (D., pp. 137, 138).
Aunque aparentemente estos argumentos son convincentes, Dawkins dice que están hechos solo para aquellos que no saben nada acerca del proceso de selección natural (D., p. 138).
Dawkins alega citando a Daniel Dennett –a quien describe como un “filósofo avezado en ciencias” que no es necesario “un ser grande e inteligente para fabricar un objeto menor”. Los no entendidos intentarían defender su posición respecto al diseño inteligente diciendo que “nunca verás a una herradura haciendo un herrero” o “una tinaja haciendo un alfarero”. Pero Dawkins dice con mucha confianza: “el descubrimiento de Darwin de un proceso que es contra-intuitivo, es lo que hace que su contribución al pensamiento humano sea tan revolucionaria”.5 ¡Increíble!
Aunque sea una explicación que escapa a toda lógica, lo que están presentando aquí Darwin, Dennett y Dawkins es que ¡una herradura puede, realmente, hacer herreros! ¡ Este es un pensamiento realmente extraordinario!
¿Y cómo sucede esto? No por casualidad (Dawkins detesta esa palabra) sino por selección natural (ver D., p. 145). Para él “la selección natural es la grúa campeona de todos los tiempos. Ha levantado la vida de la simplicidad primitiva a las alturas vertiginosas de la complejidad, la belleza y el aparente diseño que nos deslumbran” (D., p. 99). El resultado de este argumento es que debido a que la selección natural es responsable por todo lo que vemos a nuestro alrededor “Dios… es un espejismo” (D., p. 52). Esta lógica aturde la mente y lleva a que la gente abandone el sentido común.
2. Complejidad irreducible. La complejidad irreducible, que se hizo popular con el libro de Michael J. Behe La caja negra de Darwin6, sugiere que aun las formas de vida más simples que conocemos hoy en día tienen componentes entrelazados e interdependientes que son demasiado complejos para haber evolucionado paulatinamente por casualidad o selección natural. En este sentido, incluso Darwin señaló al ojo como una estructura que presentaba varios desafíos a este problema y Dawkins repite las palabras del maestro en su libro: “Parece absurdo –lo confieso espontáneamente– suponer que el ojo, con todas sus inimitables disposiciones para acomodar el foco a diferentes distancias, para admitir cantidad variable de luz y para la corrección de las aberraciones esférica y cromática, pudo haberse formado por selección natural” (D., pp. 148, 149). Es una observación extremadamente convincente, pero Darwin, con su secuaz Dawkins, le encontraron una vuelta. Según Dawkins, la declaración de Darwin era apenas un “recurso retórico” para logra que sus opositores se acercaran a él de forma que les pudiese propiciar un puñetazo más fuerte. Y según Dawkins este consistía en “la explicación sencilla de Darwin acerca de cómo el ojo evolucionó en etapas graduales” (D., p. 149).
La propia explicación de Dawkins acerca de esta hazaña consiste en volver a una parábola que usó en un libro anterior llamado Climbing Mount Improbable.7 Allí se imagina una montaña con un acantilado perpendicular de un lado que es “imposible de ser escalado”. Pero “del otro lado hay una pendiente suave hacia la cumbre. En la cima se encuentra un dispositivo tan complejo como un ojo”. Los propulsores del diseño inteligente sugerirían que tal complejidad “se podría armar sola”8 pero esa es una “idea absurda”, dice él, porque eso sería como “saltar desde el pie hacia la cima de un salto” (D., p. 147). Sin embargo, Dawkins sugiere que la evolución, en lugar de elegir el lado acantilado, sigue el camino indicado. “Va por el lado posterior de la montaña y se arrastra hacia la cima por la ladera suave. ¡Muy fácil!”
Por lo tanto la imagen que nos pinta Dawkins consiste en una gran cantidad de materias primas (¡como que nosotros supiésemos de dónde salieron todas estas cosas!) que lentamente van ascendiendo el “monte improbable”, y cada una llega en cierto momento a su máximo estado de complejidad para luego, de alguna forma, unirse con otras unidades complejas para ¡formar entidades vivientes, funcionantes y simples! Quizás impresionado por la fantasía de esta explicación, Dawkins dice que “si la complejidad irreducible genuina pudiese ser propiamente demostrada, destruiría la teoría de Darwin” (D., p. 151, cursiva agregada).
Pero la complejidad irreducible no necesita ser demostrada, es una realidad. Y es difícil imaginar por qué alguien quisiera sustituir la simple afirmación bíblica “En el principio creó Dios…” (Gen. 1:1) con la especulación irracional de Dawkins.
Mi conclusión
La época en que vivimos se caracteriza por una serie de ataques a Dios, la Biblia y todos los conceptos religiosos como por ejemplo las obras de D. Bennett (Breaking the Spell, 2006)9, D. Mills (Atheist Universe, 2006)10 y C. Hitchen (God Is Not Great, 2007).11
Hace poco entablé conversación con alguien que asistía al mismo congreso que yo. Antes de despedirnos me entregó un folleto sobre un libro escrito por un tal Bob Avakian titulado Away With All Gods! 12 Es una verdadera campaña en contra de Dios y la mayor parte está relacionada a una filosofía pseudo-científica. Sería fácil que abandonásemos el campo de batalla, metiendo la cola entre las patas como perros asustados. Después de todo, muchos de nosotros no somos científicos y, si tú eres como yo, estás un tanto indeciso de penetrar sin ser invitado en esta tan protegida comunidad. Pero por el otro lado creo que como seres humanos libres de razonar, tenemos derecho a no inclinarnos frente al fundamentalismo ateo que es tan intolerante como su equivalente religioso.
Dawkins es un ejemplo de esta intolerancia. McGrath, quien es un científico, dice que Dawkins está ofreciendo “el equivalente ateo de una maligna predicación en donde sustituye la retórica y la manipulación altamente selectiva de hechos, por un pensamiento cuidadoso basado en la evidencia”. Es un “abuso de las ciencias naturales en favor del fundamentalismo ateo” (M., p. 11). Luego de una serie de programas televisivos de Dawkins en la BBC –que según McGrath fueron diseñados para convencer a los espectadores que la religión es la raíz de todos los males– “un compañero de trabajo en Oxford y científico ateo me dijo: ‘No nos juzgues al resto de nosotros en base a estas estupideces pseudo-intelectuales’” (M., p. 51).
Dos consideraciones antes de concluir:
1. Al igual que McGrath, yo no estoy de acuerdo con el uso selectivo de instituciones religiosas y personas, que realiza Dawkins, a fin de lograr su objetivo. McGrath sugiere que “Hay… en todos los movimientos, lunáticos marginales… Una de las características más sobresalientes de la polémica antireligiosa de Dawkins consiste en presentar lo patológico como si fuese normal, el borde como si fuese el centro y a los excéntricos como si fuesen el gran grupo de seguidores” (M., p. 22).
Sin embargo, es lamentable que sean los cristianos quienes le han provisto a Dawkins y a otros ateos, mucha pólvora para sus ataques. Por ejemplo, cuando Dawkins acusa la educación religiosa de los niños, puede presentar en forma convincente los abusos que indiscutiblemente han ocurrido dentro de ciertos ámbitos de educación cristiana. ¡Qué vergüenza debería darnos!
Por otro lado, los ateos británicos están recaudando fondos para empapelar los autobuses londinenses con posters que difundan sus ideas al decir: “Probablemente no haya un Dios. Ahora deja de preocuparte y disfruta tu vida”. Dawkins prometió donar una suma equivalente a la que se recogió para esta campaña, que representa unos nueve mil dólares. Ha habido una respuesta entusiasta de ciertos sectores del público británico. “Desparrama la noticia”, dijo un contribuyente entusiasmado, “y ¡descarta esta superstición sin sentido en el depósito de basura de la historia!”.13
Lo que más me irritó fue que esta campaña surgió como reacción a propagandas cristianas en esos mismos autobuses en que aparecía la dirección de un sitio de Internet en donde se condena a los no creyentes a una “eternidad en el tormento del infierno”.14 ¿No hubiera sido preferible que quienes pusieron esas propagandas cristianas se hubiesen esmerado en mantenerse fieles a lo que dice la Biblia respecto a este punto tan sensible?
2. Peter Medawar, un inmunólogo de Oxford laureado por un premio Nobel, aprieta la tecla exacta cuando dice que hay preguntas “trascendentes” que la “ciencia no puede responder, y que incluso ningún avance concebible de la ciencia le daría la información necesaria para responder”. Por ejemplo: “¿Cómo empezó todo? ¿Para qué estamos aquí? ¿Cuál es la razón para vivir?” 15
Estas preguntas tienen que ver con la protología y la escatología. En la sección “El tendón de Aquiles de Dawkins”, hablamos brevemente acerca de la protología, que es el estudio de los orígenes (cómo llegamos aquí, etc.) y tuvimos una vislumbre del intento doloroso de Dawkins de resolver este problema. Aquí notamos cuán desolada es su escatología, lo que él mismo llama “el destino final de nuestro universo”. Dice así: “Nuestro universo puede estar destinado a expandirse indefinidamente, o puede estabilizarse en un punto de equilibrio, o la expansión puede revertirse y entrar en una contracción, terminando en la así llamada ‘gran implosión o gran colapso’” (D., p. 174).
¡Qué imagen más desoladora! Aún más si la expresamos en las palabras de Bertrand Russell, uno de los mentores filosóficos de Dawkins. Russell se imaginó que “la labor de todos los siglos, toda la devoción, toda la inspiración, toda la claridad del genio humano, están destinadas a la extinción en la vasta muerte del sistema solar”.16
¿Por qué aceptar esta perspectiva tan lúgubre en lugar de lo que la Biblia ofrece? Aquí está el contraste, presentado con toda elegancia por el profeta en Patmos:
“Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de parte de Dios, ataviada como una esposa hermoseada para su esposo. Y oí una gran voz del cielo, que decía: ‘El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor’... El que estaba sentado en el trono dijo: ‘Yo hago nuevas todas las cosas’. Me dijo: ‘Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas’” (Apoc. 21:1-5, Reina Valera 1995).
Así lo resumo yo.
Roy Adams (Ph.D., Universidad de Andrews) es editor asociado de la Adventist Review. Este artículo fue publicado en dicha revista, en una versión algo distinta. Usado con autorización.
REFERENCIAS:
1. Alister E. y Joanna Collicutt McGrath, The Dawkins Delusion? (Downers Grove, Illinois: IVP Books, 2007). Aunque el libro tiene dos autores, todas las referencias en este artículo mencionan a Alister McGrath, como si fuese el único autor dado que en su libro los autores también lo han hecho así.
2. Versión en inglés: Nueva York y Boston: Houghton Mifflin Co., 2006. Versión en español: Madrid: Espasa-Calpe, S.A., 2007. Todas las referencias citadas en este artículo han sido traducidas del inglés por el traductor de este artículo. Las referencias de las páginas corresponden a la edición en inglés.
3. Ver Dawkins, pp. 188, 189.
4. Dawkins, p. 188. Cursiva añadida por el autor del artículo.
5. Citado en Dawkins, p. 142. Cursiva añadida por el autor del artículo.
6. Inglés: Nueva York: The Free Press, 1996. Español: Madrid: Editorial Andres Bello, 2000.
7. Nueva York: W. W. Norton & Co., 1996.
8. Los defensores del diseño inteligente no sugieren que la complejidad se “podría autoensamblar”, como sugiere Dawkins, sino que un ser inteligente es responsable del ensamblaje.
9. Inglés: Nueva York: Penguin, 2006. Español: Romper el hechizo. La religión como un fenómeno natural. Buenos Aires y Madrid: Katz Editores, 2007
10. Berkeley: Ulysses Press, 2006.
11. Nueva York: Twelve Hachette Book Group, 2007.
12. Chicago: Insight Press, 2008.
14. Ibíd.
15. Citado en McGrath, p. 39. La cursiva es del autor.