lunes, 19 de octubre de 2009

DE LA EVOLUCIÒN A LA CREACIÒN


   Tu madre va a ir al infierno y será atormentada por toda la eternidad". Eso era lo que le oía decir una y otra vez a mi maestra católica sobre mi madre luterana, que se estaba muriendo de cáncer. ¿Cómo puede un Dios de amor castigar a una madre fiel como la mía? Si ése es Dios, lo odio. A los 10 años yo ya era un ateo convencido.


  Con el tiempo me gradué con especialización en zoología en la universidad de Capetown, Sudáfrica, donde se enseñaba la teoría de la evolución. Entre mis profesores había hombres brillantes cuyos trabajos sobre la evolución humana llevados a cabo en cráneos habían hallado lugar en los museos de todo el mundo. Ateo a carta cabal, proseguí mis estudios para obtener el doctorado y comenzar mi carrera como ayudante de cátedra en la Universidad Stellenbosch. Mi vida entera giraba en torno a la evolución. Enseñaba esa teoría y basaba todas mis investigaciones en ella. Para mí, Dios no existía.



Cierta vez, cuando estaba dando una clase, una joven estudiante me enfrentó de esta manera: "Lo que usted está diciendo, Dr. Veith, es mentira. Dios creó los cielos y la tierra en seis días". Exploté de ira y de inmediato me puse a hacer trizas sus argumentos hasta que ella empezó a llorar. Los estudiantes quedaron impresionados por mi habilidad para refutar la doctrina de la creación.



La vida me sonreía. Tenía una esposa maravillosa, un hermoso bebé y una carrera prestigiosa. Dios era lo último en lo que yo pensaría. Hasta la noche en que mi hijo enfermó de muerte. Nada de lo que hacían los médicos daba resultados. En mi desesperación, me volví a Dios como último recurso. Volví a mi iglesia, la católica, para implorar la misericordia de Dios. Mi hijo se salvó. Y por obligación, más que nada, comencé a asistir regularmente a misa.



Cierta vez le hice algunas preguntas a un sacerdote acerca de la evolución y la creación. Me dijo: "Todos sabemos que existimos gracias a la evolución". ¡Fantástico! --pensé--. Puedo creer en Dios y en la evolución al mismo tiempo.

Un día me encontré con el carpintero que iba a remodelar nuestra cocina. Él cambió completamente mi vida. Al presentarse, como quien no quiere la cosa, me dijo:

--Yo ando con el Señor.



--Usted andará con el Señor, pero yo lo único que quiero es que me arregle la cocina, ¿estamos? --le repliqué.

--Estamos-- me dijo, y me alcanzó un folleto que metí en una gaveta del escritorio.

Con el tiempo, unos cuantos aspectos de la Iglesia Católica me empezaron a inquietar. ¿Por qué repiten una y otra vez las mismas plegarias y los mismos ritos? ¿Tiene realmente poder el sacerdote para convertir el pan y el vino en el verdadero cuerpo de Cristo? Mientras me hallaba un día sentado solo en uno de los bancos de atrás en la iglesia, me llamó la atención una lucecita roja que titilaba en una caja, para dar a entender que allí adentro estaban las hostias. Tienen a Dios encerrado en esa caja. Entonces oré: "¿Dónde estás, Señor? No te conozco, pero si realmente existes, muéstramelo".

Me fui rápidamente a casa y busqué el folleto que me había dado el carpintero. En tres columnas presentaba tres versiones de los Diez Mandamientos: la bíblica, la luterana y la católica. Con la ayuda de un catecismo y una Biblia comencé un estudio comparativo. ¡Los mandamientos no concordaban! Confundido, busqué el número de teléfono del carpintero. Ese fue el comienzo de una larga serie de estudios bíblicos. Mi confusión empeoró cuando el carpintero comenzó a desarrollar el tema del sábado. "¿Cómo puede usted guardar un mandamiento que afirma que el Señor creó los cielos, la tierra y el mar en sólo seis días?"

En esa misma época mi secretaria me pasó una pila de documentos contra el sábado y los adventistas del séptimo día. Se la entregué a mi esposa y le dije: "Revisa esto. En una de esas hay algo bueno para nosotros aquí". Y mientras yo me enfrentaba con el tema de la creación, ella luchaba con el tema del sábado. Cuando terminó de revisar ese material, mi esposa me dijo: "Esto me ha convencido de que el sábado es el verdadero día de reposo". Un documento contra el sábado le demostró que el mensaje del sábado era verdadero.

Riesgos de aceptar el creacionismo



Éste representaba un problema mayúsculo para mí. Era imposible que guardara un día que recordaba una creación efectuada en seis días, pues todavía creía que esa creación tenía que haber durado seis mil millones de años por lo menos. Mientras luchaba con mi dilema, oraba: "Dios mío, si verdaderamente existes y hay algo malo en lo que creo, muéstramelo".






Nuestra universidad se ufanaba de tener la biblioteca más completa del hemisferio sur en lo que a libros evolucionistas se refiere. El estudio de uno de esos libros me llamó la atención. Una edición antigua planteaba un problema importante respecto a los cetáceos o ballenas, que aparecen súbitamente entre los fósiles ya totalmente formados. Pero una edición posterior de la misma obra sostenía que los cetáceos tienen un origen más antiguo y que evolucionaron pasando de unos a otros. Encontré varios casos evolucionistas similares a éste. Aunque las ediciones antiguas confesaban que había problemas sin resolver, las más nuevas nunca admitían la existencia de problemas. Y cuantos más libros comparaba, más discrepancias hallaba. Comencé a hacer una lista, revisaba el significado de las palabras hebreas y griegas que encontraba, verificaba los hechos históricos y examinaba las profecías bíblicas. A pesar de todo eso, no encontré la salida y le dije a mi familia: "Vamos a comenzar a guardar el sábado y a asistir a la Iglesia Adventista".

Aunque guardaba el sábado, seguía enseñando la teoría de la evolución. Sabía en mi corazón que debía introducir algunos cambios. Por esa época se me pidió que dirigiera un debate acerca de la evolución para un grupo de posgraduados. ¿Debía yo decir en público lo que creía ahora?

Durante el debate di una conferencia acerca del sistema completo de los genes, destacando cada problema y terminando cada vez con la declaración: "La evolución no es posible". Al terminar, hubo un momento de silencio. Después se desencadenó un verdadero infierno. Un colega, rojo como un tomate, comenzó a gritarme. A esto le siguió una reunión especial en la que se votó que la teoría de la evolución debía ser la base de toda enseñanza. Yo ya no valía absolutamente nada en cuanto a credibilidad científica. Y presenté mi renuncia.

Jornada difícil, promesas abundantes

Vendimos nuestra casa y compramos una granja en la cual invertimos todo nuestro dinero, además de un préstamo del banco. Sembramos trigo y creció tanto que los granjeros de los alrededores venían a verlo. "Un universitario como usted --decían-- debe saber algo que nosotros no sabemos". Eso ocurre porque estamos andando con el Señor. Yo pensaba: Ahora que somos cristianos todo va a salir bien. Pero pronto aprendí que el hecho de ser cristianos no es garantía, en absoluto, de que el viaje sea placentero.

La vida era maravillosa hasta que una enorme cantidad de pájaros comenzaron a revolotear, y, pasando por alto las granjas de los alrededores, se instalaron en nuestro trigal. Se comieron todo. No quedó nada. Para empeorar las cosas, los dos autos que teníamos se arruinaron en sendos accidentes. Todo lo que teníamos era una cantidad de deudas tan grande que ni vendiendo la granja las podríamos pagar. Al mismo tiempo, la economía de Sudáfrica se vino al suelo. Dios mío, ¿cómo me puedes hacer esto? No tengo manera de ganarme la vida. Yo ya no tengo credibilidad científica alguna. No puedo volver a mi antiguo trabajo. Estoy liquidado.

Copié todas las promesas que pude encontrar en la Biblia y oré: "Señor, estas promesas son para nosotros. Ten piedad de nosotros, no nos dejes sin dinero y sin comida. Que se haga tu voluntad".

A la mañana siguiente sonó el teléfono. Era de la universidad. "Hay un profesor que está solicitando una licencia de un año. ¿Podría usted reemplazarlo?"


 

--Ustedes saben que yo no enseño la teoría de la evolución --contesté firmemente.

--Limítese a enseñar ciencias. Estamos en dificultades y necesitamos un reemplazante.



--Formidable--. ¿Cuándo empiezo?

--Dentro de tres meses.



En tres meses más probablemente ya habremos muerto por inanición.



Veinte minutos más tarde volvió a sonar el teléfono. Era un nuevo llamado de la universidad. Por problemas de juntas y papeles, ¡debía empezar a enseñar en tres días! Teníamos sólo tres días para encontrar a alguien que nos cuidara la granja y para trasladarnos a la universidad. De nuevo, simplemente le presentamos nuestros problemas a Dios. "Señor --le dijimos--, no tenemos dinero para contratar a alguien que cuide la granja. Ayúdanos a encontrarle solución a este problema". Casi de inmediato apareció una pareja joven a la puerta. "Perdimos nuestro trabajo en una granja por rehusarnos a trabajar en sábado --dijeron--, y estamos buscando un lugar donde vivir". Dios hizo un milagro tras otro para suplir todas nuestras necesidades. Incluso encontramos un lugar donde podíamos vivir sin pagar alquiler el primer mes.







Pocas semanas después de comenzar a enseñar, se me invitó a participar de una gira bíblica-científica dirigida por el Dr. Ariel Roth, del Instituto de Investigaciones de Geociencia de Loma Linda, California. En verdad, yo quería participar porque necesitaba disponer de más evidencias que confirmaran mi creencia en el relato bíblico del diluvio y la creación, pero no podía pedir una licencia de seis semanas pues era muy nuevo en el trabajo. Entonces comenzaron a estallar disturbios por todas partes. Mi país se convirtió en un caos y la universidad cerró sus puertas durante seis semanas. Exactamente el tiempo que necesitaba. Participé de la gira de Geociencia, y comencé a preparar mis propias conferencias acerca de la creación.

Cuando terminó mi contrato de un año con la universidad, se presentaron varias vacantes permanentes de enseñanza. Se me tomó en cuenta para una de ellas. ¡Veith es muy discutido! Tiene ideas raras" --comentaban algunos--. Pero, aquí estoy, desempeñándome como director del Departamento de Zoología en una universidad secular. Y enseño creacionismo. Parece imposible, pero sucedió porque Dios quería que yo estuviera aquí. Me puede mantener aquí por tanto tiempo como él quiera, y cuando esta puerta se cierre, ya encontrará algo mejor para mí.

Walter Veith es director del Departamento de Zoología de la Universidad del Cabo Occidental, Sudáfrica.


domingo, 11 de octubre de 2009

LA CREACIÓN Y UNA FE LÓGICA


Ed Christian

No tengo mucha fe en la lógica como una solución para los problemas del mundo, pero yo quiero una fe lógica. No exijo que mi fe se equipare a la “lógica científica” como se la concibe actualmente, pero espero que sea coherente en todos los aspectos.

Me refiero aquí a la lógica interior de la Escritura y la doctrina, por supuesto. Quiero creer lo que la Biblia enseña, pero también quiero que esa creencia sea lógica. No quiero creer en “fábulas artificiosas” (2 Pedro 1:1)*.

Me rehúso a creer en cualquier “doctrina cristiana” que yo no pueda basar satisfactoriamente en la Biblia. Pero también me rehúso a negar cualquier doctrina cristiana apoyada en la Biblia, aun si ésta fuera impopular o se la considere “no científica”. Hacerlo sería ilógico.

Tengo un amigo que es el capellán de la universidad estatal donde enseño. Este pastor tiene una fe ilógica, y piensa que eso le ayudará a atraer a Cristo a nuestros estudiantes universitarios. Cree, según dice, en la existencia de Dios, en Jesucristo como su Salvador, en el nacimiento virginal y en la vida venidera, pero no cree en la Creación. Para mi modo de ver, esto hace que su fe carezca de sentido y resulte ilógica. Muchos cristianos presuntamente “lógicos” comparten la fe ilógica de este pastor universitario. En este breve artículo trataré de explicar por qué es ilógico desde el punto de vista bíblico y doctrinal no creer que Dios creó la vida sobre la tierra en seis días literales.**

Estoy asumiendo, como base de esta discusión, que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios, dada a nosotros por medio de las palabras elegidas por los hombres, pero doctrinalmente infalible en su versión original. Si esto no es así, si esta es mera especulación humana de escritores religiosos, entonces no disponemos de una base lógica o autorizada para la fe y la doctrina, cualquiera sea nuestra creencia.

El problema es éste: Muchas doctrinas cristianas están basadas en parte sobre textos que de manera clara e inconfundible dicen que Dios nos creó. Sea que lo expresen o no, los textos asumen que la Creación se produjo en seis días. Los escritores de la Biblia no tienen otras teorías sobre este tema. De ahí que, lógicamente, si Dios no nos creó de acuerdo con lo que la Biblia dice que ocurrió, entonces dichos textos, equivocados en algunas partes, podrían estarlo en cualquier otro aspecto también. ¿Cómo podemos afirmar que la frase que identifica a Jesús como Salvador es inspirada, pero la siguiente en la que se lo identifica como Creador, no es más que una leyenda? Esta manera tan arbitraria de abordar el tema de la inspiración es totalmente ilógica.

Analicemos las siguientes declaraciones y los textos en las que se apoyan. Si estos pasajes de la Escritura son aceptados como un auténtico e inspirado fundamento de la doctrina y la fe, entonces como cristiano, no me queda otra alternativa lógica que afirmar la validez de su implicación, esto es, que Génesis 1 es el relato verdadero inspirado por Dios sobre la creación divina de la vida sobre la tierra en seis días.

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer que Jesús es el Mesías, el Salvador y el Hijo de Dios:

“Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: . . .Yo soy Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey” (Isaías 43:14, 15).

“Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” ( Juan 1:3).

“Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él” (1 Corintios 8:6, ver además, Hebreos 1:1-3, Colosenses 1:15-20, 1 Pedro 1:18-20).

Si Dios no nos creó, no tenemos una base lógica para creer en la venida de Cristo y el fin del mal:

“Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7).

“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra . . . y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor” (Isaías 65:17-19).

“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34).

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer en los Diez Mandamientos como la ley de Dios:

“Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó” (Exodo 20:11).

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer en la santidad del matrimonio:

“¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” ( Mateo 19: 4-6).

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer en el nuevo nacimiento o la regeneración:

“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3: 9 y 10).

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer en la vida como un don de Dios:

“Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra” (Salmo 104:29 y 30).

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer en la revelación divina al mundo por medio de la naturaleza:

“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20).


“Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos” (2 Pedro 3:3-7).

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer en la existencia de Dios como el soberano del universo:

“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (Apocalipsis 4:11).

Si Dios no nos creó, no tenemos base lógica para creer en la omnisciencia de Dios:

“Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:13).

Si no creemos que la vida fue creada sobre la tierra en seis días, como lo enseña Génesis 1, entonces desde luego, es ilógico creer que Adán y Eva pecaron alguna vez como lo enseña Génesis 3. Si nosotros evolucionamos incluso por “evolución deísta” o “por diseño”, entonces la muerte ha existido desde siempre en la tierra. Dios, si es que hay alguno, se vuelve un dios de “garras y dientes” que nos ofrece una “supervivencia del más apto” en lugar de “salvación por la fe”. Si la muerte ha existido siempre, entonces la muerte no entró al mundo como resultado del pecado. Por lo tanto, si evolucionamos, no puede haber tal cosa como el pecado que lleva a la muerte y no habría necesidad de un Salvador del pecado. Pero tampoco tendríamos razón para abrigar la esperanza del fin de la muerte.

Si Juan y Pablo identificaron a Cristo como el Creador y ellos estaban equivocados, entonces no tendríamos una base lógica para esperar que hayan estado en lo correcto cuando escribieron que él murió por nuestros pecados, resucitó, ascendió al Padre y volverá para salvarnos y re-crear lo que originalmente creó.

“Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” (1 Corintios 15:19).

Yo no creo que podemos transitar por dos caminos. Si aceptamos que Dios creó el mundo de la manera que la Biblia lo enseña, entonces es lógico esperar su regreso. Si no aceptamos la Creación, entonces la fe en Cristo es una mera expresión de deseos, y el cuerpo de Cristo sólo un club social.

Ed Christian (Ph.D., University of Nebraska), enseña Inglés y La Biblia como Literatura, en la Universidad Kutztown. Este ensayo es una adaptación de las notas de su cátedra de Literatura del Antiguo Testamento. Su dirección postal es: Department of English; Kutztown, Pennsylvania 19530, U.S.A. E-mail address:

Notas y referencias

* Todos los pasajes de la Biblia citados son de la RVR, 1960.

** Aclaro “vida sobre la tierra”, porque concuerdo con Richard Davidson en que el texto hebreo de Génesis 1 requiere seis días para la creación de la vida, pero sugiere que Dios creó el mundo y el universo “desordenado y vacío” durante las edades sin tiempo antes de la creación de vida en la tierra. Ver Davidson: “En el principio: Cómo interpretar Génesis 1", Diálogo 6:3 (1994), pp. 9- 12.

CREACIONISMO: ¿VÁLIDO AÚN EN EL NUEVO MILENIO?


George T. Javor


El creacionismo no es para tímidos o timoratos. Está basado en una aseveración de hace 3.500 años que se encuentra en la Biblia: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1, VRV). Sin embargo, la mayoría de los científicos contemporáneos creen que la vida fue el resultado tardío de una enorme explosión natural de la materia primitiva hace billones de años. Creer en la creación es ir contra la marea.


"Nada en biología --escribió Dobzhansky-- tiene sentido excepto a la luz de la evolución".1 Los directores de la revista Science, prologando una edición especial sobre la evolución, afirmaron no hace mucho: "Los conceptos intelectuales que surgen de nuestra comprensión de la evolución han enriquecido y cambiado muchos otros campos de estudio".2 En el mismo ejemplar escribió Stephen Jay Gould: "La evolución orgánica ... [es] uno de los hechos más firmes jamás convalidados por la ciencia".3


La respuesta creacionista estándar a este tipo de declaraciones es señalar defectos en los argumentos evolucionistas. Pero los creacionistas están en una mejor posición cuando muestran que sus explicaciones logran mejores resultados que las evolucionistas. Su meta debiera ser desarrollar un paradigma tan funcional que la gente tuviera que admitir: "Nada en biología tiene sentido excepto a la luz del creacionismo".


Con esto como trasfondo, consideremos unos pocos aspectos del creacionismo aún válidos para investigadores cristianos del siglo XXI.


1. ¿Es el creacionismo un paradigma de origen religioso?


Sí. Los esfuerzos por presentar el creacionismo en una envoltura secular desvirtúa su fuerza. En el mismo centro del creacionismo está el Creador. La Biblia enseña que el Creador está íntimamente involucrado en la naturaleza, aunque no es parte de ella. Por lo tanto, la religión no puede estar divorciada de la ciencia. Mientras que la ciencia puede ser practicada sin ninguna referencia a la religión, la interpretación de tales esfuerzos puede ser defectuosa.


De las grandes civilizaciones, la de Europa Occidental dio origen a la ciencia moderna, con énfasis en la experimentación y las formulaciones matemáticas.4 Varias culturas de la antigüedad, entre ellas la china y la árabe, produjeron un nivel más elevado de erudición y tecnología que la de Europa medieval. Sin embargo, fue en Europa donde nació la ciencia moderna. A esto contribuyó mucho la fe judeo-cristiana, con su confianza en las leyes de la naturaleza.


El supuesto conflicto entre la religión y la ciencia es un invento reciente y una distorsión de las realidades históricas, por una clase de historiadores (encabezada por John Williams Draper y Andrew Dickson White), cuya agenda fue destruir la influencia de la iglesia. El secularismo de nuestros días, popular en las ciencias, podría ser sólo una desviación en la historia de la ciencia.


2. ¿Cuáles son los supuestos inconvenientes del creacionismo?


a. El creacionismo se originó en un mundo precientífico, en el cual abundaban los mitos. La historia bíblica de la creación frecuentemente es comparada con la babilónica y otras semejantes.


b. El creacionismo se basa en la noción de que existe un ser sobrenatural, lo cual no puede ser verificado científicamente. Además, si esto fuera cierto, entonces nuestro mundo sería caprichoso, sujeto a los antojos de poderes sobrenaturales, y la ciencia no está equipada para estudiar un mundo tal.


c. El creacionismo restringe la investigación, porque la ciencia no se interesa en estudiar el origen de la vida o la relación entre los organismos.


d. El creacionismo implica ser responsable ante Alguien. Esto significa que el ser humano no es la autoridad suprema en el mundo.


Respuestas a estas observaciones:


a. El hecho de que exista una historia de la creación en diferentes culturas antiguas sugiere una fuente común para todas ellas.


b. El Ser supremo presentado en la Biblia creó un mundo que funciona según leyes que fueron establecidas o pueden ser descubiertas. A los seres humanos se les indicó que sojuzguen y cuiden de lo creado respetando esas leyes. Pareciera que en el funcionamiento regular de la naturaleza no existiera el capricho. No obstante, el paradigma creacionista admite la intervención divina en el mundo natural, cuando se pasan por alto algunas leyes naturales. Los creacionistas creen que las más significativas intervenciones divinas del pasado han sido explicadas a la humanidad por revelación especial. La ciencia moderna se extravió cuando descartó la información revelada de manera sobrenatural.


c. La idea de que el paradigma creacionista es restrictivo para la ciencia depende de la perspectiva de cada investigador. Este decide cuán amplio es el ámbito de la realidad dentro del cual quiere realizar sus estudios.


3. ¿El creacionismo obstaculiza o favorece la investigación científica?


La cosmovisión creacionista es un fuerte factor que motiva a los científicos a investigar el mundo natural, realizando experimentos a fin de comprender mejor cómo Dios dirige y mantiene en funcionamiento el mundo. Tal fue el enfoque de los científicos "voluntaristas", que reaccionaron contra la perspectiva aristotélica, que sostenía que el universo y todo lo que contiene habría sido creado en base a leyes de la lógica, que el propio Aristóteles habría descubierto. Van Helmont, Robert Boyle e Isaac Newton fueron científicos voluntaristas prominentes, dedicados a la observación y experimentación científica.


La doctrina bíblica de la creación nos asegura que vivimos en un mundo ordenado y gobernado por el supremo Legislador. Esto representa un fuerte contraste frente a la cosmovisión pagana que concibe la naturaleza como dirigida por fuerzas misteriosas. De manera que la doctrina de la creación es un factor positivo y posiblemente decisivo en el surgimiento de la ciencia moderna.


4. ¿Tiene poder explicativo el creacionismo?


La ciencia es en gran medida explicación. La mejor prueba del valor de un paradigma es su poder explicativo. Aquí hay algunos ejemplos:


Las evidencias de diseño que se observan en la naturaleza a todo nivel apoyan naturalmente el creacionismo.
La gran diversidad entre los organismos puede ser interpretada como un reflejo de la increíble imaginación del Creador.
La interacción entre los organismos y su mutuo apoyo son testimonio de un diseño beneficioso.
La difícil tarea de explicar cómo llegó a existir la materia viviente desaparece. También desaparece la carga de tener que conectar todos los organismos por medio de árboles filogenéticos.
El creacionismo ayuda a explicar la excepcional fidelidad de la reproducción genética por un lado y el limitadísimo campo de posibles cambios que pueden ser logrados por mutaciones. (Por ejemplo, en el laboratorio ya se demostró que la bacteria E. coli sigue siendo E. coli aún después de miles de generaciones.)
No todas las manifestaciones de la biosfera tienen que ver con valores de supervivencia. La vida es más que la mera supervivencia. Si éste fuera el único criterio, veríamos un mundo mucho más despoblado. El creacionismo nos libera de tener que explicar por qué hay tanto organismos unicelulares como pluricelulares, y por qué es absolutamente necesario que coexistan dos diferentes tipos genéticos de organismos (masculino y femenino).
Es posible entender que las características comunes entre los organismos provienen de un mismo Diseñador inteligente. Por ejemplo: similitudes en los procesos metabólicos generan necesidades metabólicas comunes, las que pueden ser satisfechas por fuentes comunes de alimento. Diversas características confirman la habilidad de los organismos para llenar diferentes nichos de existencia y para preservar sus identidades. Las diferencias entre los organismos también reflejan la obvia predilección del Diseñador por variaciones.
En lugar de preguntar cómo un organismo logra crear su propio nicho de existencia, preguntamos: ¿Cómo contribuye esta especie al bienestar de la biosfera?
Se resuelve el dilema de qué apareció primero, el huevo o la gallina. La gallina vino primero.
Se entiende que la causa de todo lo que existe, ascendiendo desde los átomos, es la expresa voluntad del Creador. Los adventistas afirmamos que el Creador no dependió de materia preexistente para la creación original. Sostenemos que la materia no es infinitamente antigua, sino que fue creada.
Una característica de algo diseñado es que el todo es mayor que la suma de sus partes. El diseño y la organización permiten que los componentes de sistemas complejos cooperen para la expresión de nuevas funciones. Es posible presentar los niveles de la realidad para mostrar la aparición de nuevas funciones en cada nivel sucesivo. (Ver la Figura 1.)
La depredación, las plantas tóxicas, los virus, el sufrimiento y la muerte de organismos no vegetales no encajan en un esquema concebido por un Creador omnisapiente. En cambio, el paradigma creacionista los explica como la obra de un poder maligno en la naturaleza. Este concepto es muy útil cuando observamos, por un lado, la inmensa sofisticación en el funcionamiento de la materia viviente y por otro, la aparente futilidad de todo organismo viviente que pareciera destinado a la desaparición final.
5. ¿Es posible hacer predicciones comprobables científicamente con el paradigma creacionista?


El creacionismo ha sido criticado por no conducir a predicciones científicas comprobables. Es cierto que paradigmas erróneos pueden guiar a sugerencias comprobables, pero eso no conduce necesariamente a una buena hipótesis. Eso sólo la convierte en una hipótesis comprobable.


Cuando se pone a prueba la predicción de un paradigma y los resultados son diferentes de lo predicho, a veces es alterado el paradigma, pero frecuentemente los resultados de las pruebas son interpretados de nuevo como para permitir la continuación de la validez del paradigma. Cuando la misión Vikingo a Marte no encontró evidencias de vida en la superficie del suelo marciano, aun cuando la vida microbiana había sido predicha por el paradigma evolucionista químico, se hizo el ajuste para postular la existencia de organismos vivos en las profundidades del suelo marciano.


El paradigma creacionista sugiere que en vez de crear unas pocas especies, el Creador generó una rica variedad de organismos vivientes. Por lo tanto, sería sorpresivo encontrar planetas poblados solamente por microorganismos.


Otras predicciones que derivan de la posición creacionista son:


La biosfera está completa. No se espera que surjan nuevos órdenes de organismos. (Sin embargo, el paradigma creacionista no se incomoda con el surgimiento de nuevas especies dentro de un mismo orden.) Todos los organismos actuales tienen antepasados reconocibles.
Ningún organismo viviente surgirá de materia abiótica.
El registro fósil sugiere que desde el principio coexistió una gran variedad de organismos.
6. Implicaciones teológicas del creacionismo.


La ciencia no puede ser divorciada de la religión. Los teólogos no deben abandonar la esfera de la realidad física enteramente a los científicos. Posiblemente los teólogos no podrán contribuir a la comprensión de cómo funcionan las realidades físicas en la naturaleza, pero tienen la grave responsabilidad de asesorar a los científicos sobre el significado más claro de la información sobrenatural que tiene relevancia en las ciencias.
Para ilustrar esto podríamos imaginar a un científico de alguna parte del universo que visitara la Tierra una semana después de su creación. Al no estar informado de que la creación era un evento reciente y al observar organismos adultos y árboles bien desarrollados en el Jardín del Edén, ese científico bien intencionado concluirá que la Tierra ha existido por bastante tiempo. El conflicto relativo a la edad de la tierra se debe al hecho de que todas las técnicas de datación ignoran la posibilidad de que la tierra pudo haber sido creada con apariencia de edad.


Los seres humanos somos responsables ante el Creador por la manera en que utilizamos los recursos naturales.
La sabiduría y el poder del Creador son evidentes al observar el mundo natural. El no sólo es el diseñador del mundo, donde los objetos y los organismos están integrados de manera coherente, sino que los creó y los ha sostenido por miles de años. Esto contrasta con los famosos y fallidos experimentos de reproducir la biosfera original de nuestro planeta, que demostraron cuán difícil es equilibrar los sistemas ecológicos.
Aun cuando no tenemos una comprensión completa de cómo nuestro planeta se relaciona con el resto del universo, no cabe duda de que la existencia de nuestro mundo tiene un propósito.
La cosmovisión adventista está basada en el profundo tema de la gran controversia entre Cristo y Satanás. La Biblia nos dice que en los últimos días Satanás actuará poderosamente para engañar al mundo. Una faceta de este engaño podría ser la teoría de la evolución.
Conclusión


El creacionismo es un paradigma sólido, capaz de sustentar la investigación científica en el nuevo milenio. Una mayor aceptación del creacionismo por los científicos en el futuro dependerá en parte de cuán bien pueden convencer los teólogos a los científicos del inestimable valor de la información revelada. Además, esta aproximación ganará mayor credibilidad a medida que más científicos conduzcan investigaciones en base a la perspectiva creacionista.


George T. Javor (Ph.D., Universidad de Columbia) dicta cátedra e investiga en el Departamento de Bioquímica, Facultad de Medicina de la Universidad de Loma Linda, Loma Linda, California, EE.UU.


Notas y referencias:


1. T. Dobzhanski, The American Biology Teacher 35 (1973): 135.


2. B. Hanson, G. Chin, A. Sugden y E. Culotta, Science 284 (1999): 2105.


3. S. J. Gould, Science 284 (1999): 2087.


4. N. R. Pearcey y C. B. Thaxton, The Soul of Science: Christian Faith and Natural Philosophy (Wheaton, Illinois; Crossway Books, 1994).

ARQUEOLOGÍA BÍBLICA PARA CREYENTES


DANIEL 7

Daniel 7


     ALGUNOS OPINAN que la única contribución adventista a la teología bíblica es la manera en que los adventistas del séptimo día entienden el juicio previo al advenimiento, o juicio investigador, basados en Daniel 7:9-14.' Ciertas denominaciones han compartido otras creencias fundamentales de la iglesia, pero sostienen que esta doctrina es sólo un intento de "compensar errores en la interpretación profética".2 Un estudio del tema, no obstante, mostrará que los adventistas no son los únicos que enseñan el concepto de un juicio anterior al advenimiento y que éste cuenta con un fuerte apoyo bíblico.

Información

El Anciano de días (Dan. 7:9)—Éste es el único versículo de la Biblia que describe a Dios el Padre en forma humana. Lo representa como un juez humano de gran edad y sabiduría sentado en su tribunal. El manto blanco, que simboliza la absoluta pureza moral del juez divino (Isa. 1:18), nos recuerda los vestidos blancos de los 24 ancianos que rodean el trono de Dios (Apoc. 4:4) y los que vestirán los santos algún día (Apoc. 3:5). El cabello blanco simboliza sabiduría y ancianidad, características que lo calificarían como juez en el mundo de la Biblia (Lev. 19:32; Job 32:7). La descripción del trono de Dios como una llama de fuego, con ruedas ardientes, representa los juicios divinos (Sal. 50:3, 4).

El Hijo del Hombre (Dan. 7:13)—En Ezequiel, Dios utiliza la frase "hijo de hombre" más de 70 veces para dirigirse al profeta (Eze. 2:1; 3:1, 3, 4, 10, etc.). Destaca las limitaciones de la humanidad de Ezequiel en contraste con la ^.majestad divina.

Los comentadores han interpretado el "Hijo de Hombre" en Daniel como el Alcángel Miguel,3 la personificación del pueblo de Dios, la nación judía,4 y el Mesías. La posición mesiánica es la más antigua y la más común entre judíos v cristianos.'1 En el libro de Enoc, escrito en la parte final del período intertestamentario, el "Hijo de Dios" es una figura mesiánica "a quien pertenece la justicia", quien depone a los "reyes y poderosos de sus cómodas sillas",6 y quien trae consigo el fin de la era presente. Los evangelios presentan al "Hijo del Hombre" como el título favorito de Jesús al referirse a sí mismo. Lo utilizó más de 80 veces para identificarse como (1) el Hijo del Hombre terrenal que obra en el presente (Mar. 2:10, 28), (2) el Hijo del Hombre quien sufrirá, morirá y resucitará (Mat 17:22, 23; 20:18, 19), y (3) el Hijo del Hombre quien regresará en gloria escatológica (Mat. 24:30; 26:64).7 La manera en que Jesús empleó el título, recordó a sus lectores el "Hijo de Hombre" de Daniel, quien recibe dominio, gloria y un reino eterno (Dan. 7:14).

Explicación

Daniel 7 consiste esencialmente de una visión, su interpretación y la reacción del profeta a la visión. Un prólogo (vers. 1, 2) y un epílogo (vers. 28) enmarcan el capítulo. La visión (vers. 2-14) representa cuatro bestias, con el énfasis en la cuarta bestia, la cual tiene diez cuernos de los cuales surge otro cuerno pequeño. El cuerno pequeño se torna en la oposición principal al "Altísimo" y los santos en el resto del capítulo. Aunque las actividades del cuerno pequeño continúan aquí en la tierra, la atención de Daniel es dirigida a una escena celestial de juicio (vers. 9-14) que condena al cuerno pequeño, vindica a los santos y otorga dominio, gloria y un reino a "uno como Hijo de hombre" (Dan. 7:13).

El pasaje sobre el juicio en Daniel 7:9-14 contiene tres escenas: (a) un juicio en el cielo en los versículos 9 y 10; (b) el fin de la cuarta bestia, es decir, el resultado del juicio en los versículos 11 y 12; y (c) la recepción del reino por el Hijo del Hombre (Cristo) en los versículos 13 y 14.

El Juez se sentó, y los libros fueron abiertos (Dan. 7:9, 10)—Muchas personas disfrutan de escenas de juicios, siempre y cuando a ellas no les toque estar sentadas en la silla del acusado. Generalmente, el cuadro de un juez en el tribunal evoca las ideas de un crimen cometido y un castigo que se aplica. La mayoría de las personas, por lo tanto, sienten aprensión cuando se les pide que formen parte de un jurado o que testifiquen. Las Escrituras, no obstante, "ven el juicio desde el punto de vista del oprimido, la víctima sufriente, y por lo tanto lo colocan en el contexto de la salvación y la victoria sobre el opresor y el mal". Como resultado, la Biblia a veces describe a los jueces como libertadores o salvadores (Jue. 3:9,15; 18:28).

El concepto de un juicio investigador, como lo enseña la Iglesia Adventista, tiene un claro fundamento bíblico. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, repetidamente encontramos juicios investigadores. Desde el mismo comienzo de la relación de Dios con los pecadores en Génesis 3, surge un modelo de proceso judicial. Primero viene la investigación: "¿Dónde estás tú?" "¿Quién te enseñó...?" "¿Has comido del árbol?" (Gen. 3:9-11). Después de investigar, Dios anuncia el veredicto en los versículos 14-19. Encontramos una situación similar en la manera en que Dios trata a Caín (Gen. 4:9, 10) y en su trato con Sodoma y Gomorra. Casi todo el pasaje de Génesis 18 y 19 describe las investigaciones y deliberaciones de Dios previas a su acto castigador. El hecho de que el Nuevo Testamento proyecte el juicio sobre Sodoma y Gomorra como un "ejemplo" o "símbolo" del juicio final de Dios es revelador (2 Ped. 2:6; Jud, 7). Los escritos de los profetas de Israel representan cómo Dios reúne a Israel o las naciones ante su tribunal, cómo hace una investigación, cómo se declaran los hechos, cómo comparecen los testigos y finalmente cómo se pronuncia un veredicto (ver Isa. 5:1-7; 43:8-13, 22-28). La secuencia es siempre la misma: pecado, investigación y juicio."

El concepto de un juicio investigador previo al advenimiento aparece también en el Nuevo Testamento. La parábola de la fiesta de bodas en Mateo 22 es un ejemplo clave. "Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda" (Mat. 22:11). La inspección que el rey hace de los convidados representa un proceso de investigación que decidía cuáles de los invitados podían quedar y cuáles no. En este sentido es un cuadro del juicio investigador previo al advenimiento que está ocurriendo ahora.

Otros pasajes del Nuevo Testamento que presuponen un juicio previo al advenimiento son Juan 5:28-29, en el cual Juan menciona una resurrección para vida y una resurrección para condenación, y Apocalipsis 20:4-6. La mayoría de los exégetas bíblicos concuerdan en que Apocalipsis 20 enseña dos resurrecciones literales de los muertos separadas por mil años. En el sentido de que únicamente los "bienaventurados y santos" se levantan en la primera resurrección, debe haber ocurrido un juicio previo para determinar quién participará de ella. Teólogos no adventistas también han reconocido esto. El luterano Joseph A. Seis, por ejemplo, escribió: "La resurrección y los cambios que ocurren en 'un abrir y cerrar de ojos' para los vivos, son en sí mismos los frutos y representaciones de un juicio precedente. Son las consecuencias de adjudicaciones ya hechas. En términos estrictos, los hombres no son levantados ni trasladados para ser traídos a juicio. Las resurrecciones y traslaciones con producto de un juicio ya ocurrido sobre los muertos como muertos y los vivos como vivos. 'Los muertos en Cristo resucitarán primero', porque ya se ha juzgado que están en Cristo, y los santos vivos son arrebatados con ellos en las nubes, porque ya se ha juzgado que son santos y dignos de obtener ese mundo".10

En Apocalipsis 14, el mensaje del primer ángel, "temed a Dios, y dadle gloria porque la hora de su juicio ha llegado" (Apoc. 14:7), precede la cosecha de la tierra (vers. 14-20). La secuencia de eventos en este capítulo claramente indica que el juicio del que se habla en el versículo 7 ocurre antes de la ejecución del juicio en ocasión de la segunda venida de Cristo en los versículos 14-20." Así es que encontramos el concepto de un juicio investigador según se lo presenta en Daniel 7 —previo a la segunda venida— a lo largo de las Escrituras.

La hora y propósito del juicio (Dan. 7:11, 12)—Es importante reconocer que el juicio en Daniel 7 ocurre mientras el cuerno pequeño está activo sobre la tierra. Al final del versículo 8, Daniel escucha las palabras "pomposas" del cuerno pequeño. Entonces su atención se torna hacia la escena del juicio celestial (vers. 9, 10). Pero luego de describir la escena del juicio, Daniel dedica nuevamente su atención a lo que el cuerno declara. El texto dice "yo entonces", o sea, mientras contemplaba la escena celestial, ocurría la proclamación del cuerno pequeño sobre la tierra.

Tres pasajes en Daniel 7 se refieren específicamente al juicio (vers. 9-14, 21, 22 y 26). Debido a que las acciones del cuerno pequeño claramente intersectan con el juicio celestial, y por lo menos temporalmente, coinciden con él, este juicio no puede ser el juicio final de Apocalipsis 20. Más bien, debe ser un juicio preliminar que ocurre en el cielo previo a la segunda venida, tal como los adventistas del séptimo día siempre han enseñado.

Una interpretación tal no se limita a los adventistas del séptimo día. El autor católico E Düstewaid, por ejemplo, escribió: "Sin duda alguna, el profeta Daniel describe aquí el juicio de Dios concerniente a los poderes hostiles. El juicio termina con la condenación total de los imperios del mundo y el triunfo de la causa de Dios. Sin embargo, lo que se describe aquí no es, como muchos intérpretes del pasado (Theodoret y otros) han supuesto, el juicio general del mundo; no es el juicio de Dios aquí en la tierra, sino que el lugar del juicio se encuentra en el cielo. El contexto indica que es un juicio preliminar que luego se confirma en el juicio general del mundo".'2 El intérprete protestante T. Robinson vio esta distinción en el siglo XIX cuando escribió su comentario sobre Daniel. "Como ya se ha observado, éste no es el juicio general al fin del reino de Cristo sobre la tierra, o, según se entiende comúnmente la frase, al fin del mundo. Más bien parece ser un juicio invisible que ocurre dentro del velo y se revela por sus efectos especiales y la ejecución de su sentencia. Por ser ocasionado por las grandilocuentes expresiones del cuerno pequeño y ser seguido por el despojo de su dominio, puede parecer que ya ha pasado. Pero, debido a que es evidente que la sentencia no ha sido totalmente ejecutada, puede ser que se encuentre en sesión ahora mismo".13

¿Cuál es el propósito de este juicio en Daniel 7? Observamos que se abren libros y se los estudia (vers. 10). En el Antiguo Testamento encontramos referencias al "libro de los vivientes" (ver Sal. 69:28), el "libro de memoria" (ver Mal. 3:l6), y el "libro" de Dios (ver Éxo. 32:32; Sal. 56:8). El mismo pensamiento ocurre en la literatura del judaísmo tardío (1 Enoc 47:3) y en el Nuevo Testamento (Fil. 4:3; Apoc. 3:5; 20:12; 21:27). La pregunta importante es: ¿Quién es juzgado en base a estos libros? Por el contexto concluimos que este juicio incluye:

1. El pueblo de Dios. Aunque la Reina-Valera traduce Daniel 7:22 como "se dio el juicio a los santos del Altísimo" (Dan. 7:22), varias versiones lo vierten "se hizo un juicio en favor de los santos del Altísimo" (RSV, NIV). Esto indica que los santos son de algún modo el tema de la audiencia, un hecho que no es reconocido fuera de la Iglesia Adventista, aunque no debiera sorprendernos. Debido a que la mayoría de los cristianos creen en la inmortalidad del alma, suponen que el estado futuro de una persona se decide en el momento en que ésta muere. Un juicio previo al advenimiento, por lo tanto, que rinde una decisión final respecto a si una persona es salvada o no concuerda con su paradigma. Ven a los muertos ya en el cielo o el infierno (o para los católicos, el purgatorio). Por lo tanto, los cristianos, en general, no aceptan un juicio anterior al advenimiento, aunque el contexto de Daniel 7 claramente lo exige.

2. El cuerno pequeño. Debido a que el contexto de la escena del juicio se refiere repetidamente al cuerno pequeño (vers. 8 y 11), el juicio, por lo tanto, de alguna manera debe también incluirlo. "La evidencia contextual interna sugiere que los santos y el cuerno pequeño comparten igualmente en el veredicto del juicio previo al advenimiento".14 Los santos en el sentido de que ellos reciben el reino (vers. 27), y el cuerno pequeño en el sentido de que se le quita el dominio. Por lo tanto, la vindicación de los santos (vers. 22), implica la condenación del cuerno pequeño.

Aunque algunos intérpretes no adventistas, tales como Düsterwald y Robinson, han visto un juicio previo al advenimiento en Daniel 7, lo han limitado a un juicio del cuerno pequeño, mientras que los adventistas incluyen tanto a los santos como el cuerno pequeño como los objetos del juicio.

El propósito principal del juicio investigador que precede al advenimiento es la confirmación final de la salvación y la vindicación del pueblo de Dios (vers 22). Pero más allá de la vindicación de los santos y la condenación del cuerno pequeño, el juicio previo al advenimiento también corrobora la justicia de Dios en sus tratos con la humanidad. Cuando los seres no caídos en el universo examinan los registros de los santos durante el juicio previo al advenimiento, resolverán que Dios ha sido ciertamente justo y misericordioso en cada instancia. De esta manera será exonerado el carácter de Dios, el que ha estado en el centro del gran conflicto entre Cristo y Satanás.

El Hijo del Hombre recibe el reino (Dan. 7:13, 14)—Muchos intérpretes de Daniel perciben la llegada del Hijo del Hombre en las nubes del cielo como una referencia a la segunda venida de Cristo.15 Sin embargo, la escena aquí descrita no se refiere a la segunda venida, porque el Anciano de días no está en la tierra sino en el cielo. "Él viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir el dominio y la gloria, y un reino, que le será dado a la conclusión de su obra de mediador. Es esta venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que había de realizarse al fin de los 2.300 días, en 1844".16

Aplicación

"Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (I-leb. 9:27). Al igual que la muerte le toca a cada ser humano, cada uno ha de enfrentar el juicio final, "porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo" (2 Cor. 5:10). Aunque somos salvos por la fe en Cristo (Efe. 2:8), todavía somos juzgados por nuestras obras (Ecle. 12:14; Mat. 12:36). No obstante, si hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador no tenemos nada que temer en el juicio, porque Jesús ha llevado nuestros pecados en la cruz y ha muerto en nuestro lugar. Pablo dice que el Padre "por nosotros lo hizo pecado [a Jesucristo], para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Cor. 5:21), y que "ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús" (Rom. 8:1).

Zacarías 3 demuestra gráficamente esta verdad maravillosa. Cuando Satanás se opuso a Josué ante el Señor, Dios le dijo a sus ayudantes: "Quitadle esas vestiduras viles". Entonces Josué recibió ropas nuevas y un turbante limpio (vers. 4, 5). Las vestiduras sucias, que representan los pecados de cada persona, no fueron quemadas o enviadas a la tintorería, sino que Jesús se las puso y entonces fue a la cruz a pagar el castigo (Rom. 5:8).

El juicio previo al advenimiento en Daniel 7 es la primera fase del juicio final.

Investigará y decidirá los casos de "todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios".17 Entonces, a su segunda venida, Dios revelará las decisiones alcanzadas en el juicio previo al advenimiento y sus santos recibirán el reino (Dan. 7:27). Durante el milenio los justos juzgarán a los malvados (Apoc. 20:4;

1 Cor. 6:2, 3), y después del milenio los impíos y Satanás con todos sus seguidores recibirán el castigo final: la muerte eterna (Apoc. 20:11-15). Juntas, estas fases del juicio constituyen el juicio final, cuya culminación será la vindicación del amor y la justicia de Dios por toda la eternidad.


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Referencias

1. Leroy Edwin Froom, Movement of Destiny [Un movimiento con un destino) (Washington, D. C.: Review and Herald, 1971), p.541.

2. Walter R. Martin, The Truth About Seventh-day Adventism [La verdad acerca del adventismo del séptimo día] (Grand Rapids; Zondervan, 1960), p. 182.

3. Lacocque, The Book of Daniel [El libro de Daniel], pp, 133,134. Para leer sobre las varias interpretaciones de la identidad del "Hijo del Hombre", ver Arthur J, Ferch, The Son of Man in Daniel Seven [El Hijo del Hombre en Daniel 7), Andrews University Seminary Doctoral Dissertation Series (Berrien Springs, Mich.: Andrews University Press, 1979), p. 95, n. 2.

4. J, A. Montgomery, The Book of Daniel [El libro de Daniel], ICC (Edinburgh: T. and T. Clark, 1979), P. 323.

5. Ibíd, pp. 320, 321,

6.1 Enoc 46:3, 5, en James Charlesworth, Old Testament Pseudepigrapha [Pseudoepigrafía del Antiguo Testamento), (Carden City, N.Y: Doubleday, 1983), p. 34.

7. D. E. Aune, "Son of Man" [Hijo del Hombre], The Intemational Standard Bible Encyclopedia (Grand Rapids: W. B. Eerdmans, 1988), 1, 4, p. 576.

8. Jacques B, Doukhan, Secrets of Daniel [Secretos de Daniel], (Hagerstown, MD: Review and Herald, 2000), p. 112.

9. Para otros ejemplos de juicios investigadores en el Antiguo Testamento, ver William H, Shea, Selected Studies on Prophetic Interpretation [Estudios .selectos sobre la interpretación profética], DARCOM (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992), pp. 1-29; Eric Livingstone, "Investigative Judgment—A Scriptural Concept" [El juicio investigador: un concepto bíblico], Ministry (Aprill992);pp, 12-14.

10. J. A. Seiss, The Apocalypse [El apocalipsis, (Grand Rapids: Zondervan, 1973), p. 131,

11. Samuel Bacchiocchi, "The Pre-Advent Judgment in the New Testament" [El juicio previo al advenimiento en el Nuevo Testamento), Adventista Affirm (Otoño 1994), pp. 37-44, contiene ejemplos adicionales.

12. E. Dusterwald, Die Weltreiche und das Gottesreich (Freiburg: Herder'shce Verlagasbuch-handlung, 1890), p. 177, Traducido por G. Pfandl.

13. T. Robinson, Daniel, Homiletical Commentary (Nueva York: Funk andWagnalls, 1892), 1.19, p. 139. También S. P. Tregelles, Remarks on the Prophetic Visions in the Book of Daniel [Comentarios sobre las visiones proféticas en el libro de Daniel], 8a edicción (Chelmsford; The Sovereign Grace Advent Testimony, n.d.), pp. 36-38.

14. Norman Gulley, Christ is Coming! [Cristo viene], (Hagerstown, MD: Review and Herald, 1998), p- 413. Ver también Arthur J. Ferch, "ThePre-Advent Judgment—Is it Scriptural?" [¿Es bíblico el juicio previo al advenimiento?], Australasian Record (Aug. 28, 1982): 5-7.

15. Bert H. Hall, "Daniel", The Wesleyan Bible Commentary (Grand Rapids: W. B, Eerdmans, 1968), t. 3, p. 535; D. K. Campbell, Daniel: Decoder of Dreams [Daniel: descifrador de sueños], (Wheaton, Ill: Víctor Books, 1977), p. 84. W. G. Heslop, Diamonds from Daniel [Diamantes de Daniel], (n. p., Nazaren Publishing House, 1937), p. 104.

16. Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 533, 534.

17 Ibíd. ,p.534.

lunes, 14 de septiembre de 2009

television nuevo tiempo

http://www.hopetv.org/watch-now/watch-live-online/spanish-for-north-central-america/

LA INTERPRETACIÓN DE APOCALIPSIS


Goldsworthy clarifica los principios de interpretación que corresponden cuando nos cruzamos con pasajes oscuros en Apocalipsis.
i. Debemos dejar que los textos más claros tomen precedencia ante los más oscuros
ii. No podemos dejar que un punto de doctrina sea establecido sobre una visión apocalíptica en oposición a declaraciones claras en un sentido opuesto en el material epistolar del Nuevo Testamento (es decir, las cartas)
iii. Él también insiste en que el Evangelio de Jesucristo es la llave de la interpretación de toda la Biblia
En algunas formas interpretar el Apocalipsis es como un rompecabezas: primero debemos encontrar las piezas de las esquinas. Un ejemplo obvio es el Cordero y el jinete del caballo blanco en el capítulo 19, que es el Cristo exaltado. Luego hay otros símbolos que son definidos en el libro, como los candelabros y el dragón. A partir de éstos vamos a los símbolos más oscuros pero que están basados claramente en el Antiguo Testamento, como ser las siete trompetas y copas, que están tomadas de las plagas de los egipcios, y la bestia de la tierra, basada en las visiones de Daniel. Resulta claro, entonces, que es posible hacer un marco a partir de lo que está menos oscuro, dentro de lo cual podemos incorporar lo más oscuro. Es poco probable que podamos completar todo el rompecabezas, pero si el marco es correcto podremos, al menos, captar una porción del cuadro completo.
Este comentario supone que las claves de su interpretación están en las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, pero que es necesario una interpretación del Nuevo Testamento. Supone que es simbólico, a menos que la intención sea claramente literal. Supone que el autor del libro es Dios y que está escrito para la iglesia a través de las edades, desde la escritura de la carta hasta la Segunda Venida. El contenido concierne principalmente el destino de la iglesia y de sus enemigos. La simbología permite que sea interpretado a la luz de la situación histórica corriente a lo largo de la historia de la iglesia, sin ser específico a un evento en particular, aunque hay eventos específicos registrados, como el nacimiento de Cristo y la segunda venida. Muchos de los eventos registrados en el libro son paralelos con otros eventos en el libro. El libro puede ser visto desde el punto de vista de los eventos en el pasado, los eventos corrientes y los eventos del futuro. Todos son significativos.
3.1. Las cuatro escuelas interpretativas
Hay cuatro escuelas de interpretación.
i. La preterista (de pretérito=pasado): describe en un lenguaje velado los eventos del propio tiempo de Juan hasta el final del Imperio Romano o, por lo menos, hasta la conversión de Constantino. Esta interpretación tiene la desventaja de que sólo es significativa para ese tiempo, pero para nosotros no es tan relevante. La bestia puede ser vista sólo como el Imperio Romano y Babilonia es Roma. Sin embargo hay claras referencias a la Roma del tiempo de Juan y es útil conocer las circunstancias del tiempo de Juan al interpretar el libro. En Ap. 1:11, a Juan se le dice "Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea", así que de alguna forma es similar a las cartas de Pablo a los Romanos, Corintios, Colosenses, Efesios y Tesalonicenses. Tanto en las cartas de Juan como en las de Pablo, Dios ha escogido que éstas sean preservadas para Su iglesia a través de los siglos. Así como la carta a los Corintios trata problemas específicos que tenían entonces, también trata con estos problemas para los siglos futuros. En la misma forma, Apocalipsis trata con los problemas enfrentados por las siete iglesias de Asia, pero también tiene mucho que decir a las generaciones futuras. Debido a que Juan usa imágenes simbólicas, el Apocalipsis no está atado sólo al Imperio Romano sino que también puede ser usado para describir sucesivas tiranías perseguidoras a lo largo de los siglos. Los siguientes tres métodos de interpretación tratan con el valor del Apocalipsis para las generaciones futuras en distintas formas.
ii. La historicista: éste es un cuadro de toda la historia, desde la primera venida de Cristo hasta Su segunda venida, y más allá. En este método la gente tratará de hacer que las secciones del Apocalipsis encajen con eventos históricos específicos. La bestia es vista como la manifestación corriente de la bestia, como el papado en el tiempo de la Reforma. Esta posición es insostenible porque habrá una gran variedad de interpretaciones a través de las edades. Pero, dado que los principios son válidos para todas las generaciones, como sugeriría el idealista, cada generación debería poder identificar los personajes retratados por Apocalipsis. Por lo tanto, la visión del historicista no debería ser denigrada. Ha provisto consolación en tiempos de persecución a lo largo de la historia de la iglesia. La interpretación histórica más importante desde el siglo XII hasta los tiempos de la Reforma hace que el papado sea la bestia y Roma o la iglesia romana, Babilonia. Sin embargo, hacer de Apocalipsis un cuadro de toda la historia humana y como consecuencia usarlo para predecir cuándo llegará el fin está mal, y no era la intención cuando fuera leído Apocalipsis, pero usarlo para fortalecer al pueblo de Dios que estaba pasando por pruebas específicas es un uso válido.
iii. El idealista; entre mensajes para el primer siglo y profecías del futuro lejano, trata principalmente con principios que son siempre válidos en la experiencia cristiana. La bestia es el Imperio Romano en el tiempo de Juan, pero también una sucesión de imperios impíos que conducen hasta el último imperio del que surgirá el anticristo. Dado que los cristianos han sido perseguidos a lo largo de las generaciones, cada generación debería poder identificar cuál es su bestia.
iv. El futurista: es mayormente una profecía de eventos que están por ocurrir, especialmente justo antes de la venida de Cristo. Esta es la interpretación normal de alguien que lee el libro por primera vez porque su simbolismo parece tan fantástico. Significa que el libro será especialmente relevante para los de la última generación. La bestia es vista como el anticristo que emerge de un Imperio Romano redivivo. Es claro que la Segunda Venida aparece en forma prominente a través del libro, y por lo tanto hay verdad en el punto de vista futurista, pero esta visión tiende a pasar por alto la verdad espiritual que es valiosa hoy. Sin embargo, note que a Juan no se le dice que selle el libro (Ap. 22:10) porque el tiempo está cerca, aunque a Daniel se le dijo que sellara el libro hasta el tiempo del fin (Dan. 12:4). Esto significa que el libro está a punto de comenzar su cumplimiento. El libro de Apocalipsis fue escrito inicialmente a las siete iglesias de Asia y de aquí el punto de vista preterista. Sin embargo, el libro alcanzará su cumplimiento final cuando aparezca el último anticristo y Cristo vuelva; este es el punto de vista futurista. Ladd divide los puntos de vista futuristas en dos tipos, el moderado y el extremo, conocido como dispensacionalismo. El segundo hace una marcada distinción entre Israel y la iglesia, las cartas a las siete iglesias tratan con las siete edades de la historia de la iglesia, del capítulo 7 en adelante se refiere a Israel porque la iglesia ha sido llevada en el rapto a esta altura, así que no sufre la gran tribulación, que ocurre durante los últimos 3 y medio años de la historia. Este punto de vista es sostenido ampliamente en Norteamérica. El mejor exponente de este punto de vista es Walvoord.
El futurista argumentará que la interpretación preterista está errada porque el Apocalipsis trata de los últimos tiempos, pero durante el tiempo del Imperio Romano la interpretación preterista era el último tiempo. Un comentario similar podría hacerse de la interpretación historicista durante la Reforma. La interpretación idealista es probablemente la más relevante hoy, para satisfacer las necesidades de hoy durante los tiempos difíciles cuando los cristianos están bajo presión y por cierto no descuenta una realización futura tampoco. Yo cuestionaría fuertemente la idea de que Apocalipsis sólo tienen una realización futura.
El problema para cualquiera que trate de interpretar el libro es que al leer el texto uno puede encontrar apoyo para todos estos puntos de vista, que es la razón por la que hay una variedad tan amplia de interpretaciones y - por cierto - desacuerdos. En un sentido todos tienen razón. El futurista ve a la bestia como el futuro anticristo; el historicista ve la bestia de la historia; el preterista ve la bestia en los tiempos romanos; y el idealista ve una sucesión de bestias que conducen hasta el anticristo. El futurista escribe desde el punto de vista de una iglesia que no está sufriendo persecución ahora pero que la espera para el futuro, especialmente del anticristo. El historicista escribe desde el punto de vista de la persecución actual o la persecución reciente como eventos históricos y los encuentra en Apocalipsis. El idealista mira a los períodos anteriores de persecución y ve principios generales dentro de Apocalipsis que los pueden explicar. El preterista escribe acerca de cómo Apocalipsis explica la persecución bajo el Imperio Romano. Todos son correctos, pero todos ven la verdad desde una perspectiva diferente. Este comentario está escrito mayormente desde un punto de vista futurista e idealista, porque esta interpretación será la más útil a la iglesia en esta generación en el Occidente. Si bien la iglesia en Occidente no está sufriendo persecución, todavía se está librando una guerra contra ella en la forma de doctrina falsa y la seducción de los valores mundanos.
Mounce destaca que "Juan mismo no podía ser preterista, historicista, futurista e idealista, sin contradicción. Él escribió desde su propia situación inmediata. Sus profecías tendrían una realización histórica, anticipó una consumación futura y reveló principios que operaban debajo del curso de la historia. El problema interpretativo surge del hecho de que el Fin no llegó en hora." Si el autor de Apocalipsis es el autor del cuarto evangelio, entonces ciertamente esperaba estar vivo cuando volviera Cristo (Juan 21:21-24). Si leemos la primera carta de Juan, 2:18 indica que él consideraba que él estaba viviendo en la última hora.
Ap. 1:3 nos dice que hay una bendición para el que lee las palabras de esta profecía y guarda su mensaje porque el tiempo está cerca (ver también 22:10). De aquí se nos asegura que el contenido es relevante ahora, de la misma forma que la Segunda Venida de nuestro Señor es relevante ahora, de la misma forma que era hace 1900 años. Para los escritores del Nuevo Testamento el tiempo de la venida del Señor está siempre cerca (Fil. 4:5, Stg. 5:8, 1 Pedro 4:7). Jesús nos advierte que estemos listos para Su retorno porque Él viene a la hora que no pensamos (Mt. 24:44). Por lo tanto Apocalipsis nos advierte que estemos listos porque los eventos que describe pueden ocurrir en cualquier momento. Por lo tanto, cualquier interpretación que pone los eventos ya sea en el pasado o futuro distantes es engañoso porque su propósito es preparar nuestros corazones ahora para lo que viene pronto. Así como hay una bendición para aquellos que guardan el mensaje de este libro al comienzo de Apocalipsis, así en el final (22:7) hay una bendición para los que guardan las palabras de Apocalipsis, junto con un recordatorio de que Jesús viene pronto. Parte del mensaje de Apocalipsis es preparar a Su pueblo para Su segunda venida y los eventos que la preceden.
Ladd habla bastante acerca de la naturaleza doble de la profecía, que tiene cumplimiento tanto inmediato como distante. Un ejemplo de esto es el discurso del monte de los Olivos que estaba referido al juicio histórico de Jerusalén en manos de los romanos en d.C. 70 (Lucas 21:20 ff.) y la aparición escatológica del anticristo (Mt. 24:15 ff.). De la misma forma, Apocalipsis tuvo su cumplimiento inmediato en la serie de persecuciones romanas sobre los cristianos hasta Constantino en d.C. 313, así como en la aparición del anticristo en el futuro distante. Por lo tanto, la interpretación correcta es una mezcla de los puntos de vista preterista y futurista, y que incluya cualquier tribulación que experimente la iglesia entre estos dos períodos.
Si bien gran parte del libro puede ser interpretado para que describa eventos al final de la era, esto está a continuación de una sucesión de eventos que conducen al clímax de la historia. Es un hecho de la historia que a lo largo de la era del Evangelio ha habido imperios políticos y religiosos que han perseguido a la iglesia. El libro de Apocalipsis está escrito para aquellos santos así como para los del reino del anticristo. La idea de que la iglesia no estará en la tierra cuando sea revelado el anticristo no se encuentra en Apocalipsis y esta idea le hace un gran daño a los creyentes de hoy. Este comentario usa una combinación de enfoques. Gran parte del libro incorpora las circunstancias del tiempo de Juan, lo cual debe formar la base de cualquier interpretación, porque fue escrito para las siete iglesias de Asia. Describe lo que va a ocurrir pronto, en el futuro cercano, pero también mira hacia el futuro distante, describe los últimos tiempos también, así que se usa una combinación de preterista, futurista e idealista. El enfoque utilizado dependerá del texto. Para el preterista la bestia es el Imperio Romano y su emperador. Para el idealista es una sucesión de imperios tiránicos a lo largo de la historia que persiguen a los santos. Pero para el futurista todos estos hallan su mayor cumplimiento en el reino del anticristo. Hay verdad en todos estos puntos de vista. El hecho que el libro dee suficiente ambigüedad para que todos estos puntos de vista sean verdaderos es probablemente deliberado para que cada generación pueda beneficiarse del libro. Su simbolismo también significa que Apocalipsis no puede ser usado para predecir el futuro, el que siempre está velado para el hombre (cf. siete truenos en 10:3-4). Su propósito es prepararnos para el futuro, especialmente para la consumación de todas las cosas, cuando Cristo sea revelado.

viernes, 28 de agosto de 2009

LECCION DE ESCUELA SABATICA

      Nombre y Apellidos………………….……………..…………Grupo P………...........
Mencione el texto de Memoria……………………..…………..…………………….…
1. La batalla que tienen que pelear los cristianos es una batalla física y espiritual. (V)(F)
2. En los escritos del apóstol Juan, la forma de vencer no es por el uso de la violencia y la fuerza física. La forma de vencer es por la fe, y la fe se muestra por la clase de vida que la persona vive. (V) (F).

3. Para Juan Jesús vino como el Señor encarnado y comenzó su ministerio público al ser bautizado con agua. Terminó su ministerio terrenal sobre la cruz, cuando derramó su sangre. (V) (F).

4. El primer y el segundo testigos de la cualidad divina de Jesús como el Hijo NO son el agua y la sangre. (V) (F).

5. Si no aceptamos el testimonio de Dios, afirmamos que Dios es mentiroso, una acusación realmente seria. (V) (F).

6. El único problema de 1 Juan 5:7, 8. Es que estas palabras son una adición posterior, que no se encuentra en los manuscritos más antiguos que tenemos. (V) (F).

7. El concepto de la Trinidad NO es vital para conciliar la unicidad de Dios con la divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. (V) (F).

8. El análisis que hace Juan sobre la fe en Jesús, y quién es Jesús y por qué podemos aceptar el testimonio de Dios es un ejercicio académico. (V) (F).
9. ¿Qué es CREER EN EL HIJO DE DIOS? (..........................................................)
MISIONERO: WALTER GABRIELO.

lunes, 24 de agosto de 2009

¿QUÉ SUCEDIÓ EN LA PRIMERA SEMANA DE LA CREACION?

¿Qué es, exactamente, el firmamento mencionado en Génesis 1?

Su pregunta no es tan simple como parece, ya que algunos intérpretes han deducido de la palabra " firmamento" ideas primitivas que reflejan la mitología de otras culturas antiguas. Sin embargo, Génesis utiliza un lenguaje simple y espléndido para describir cómo el nacimiento de un planeta como la Tierra, llegó a la existencia por medio de las manos del Creador. Aunque expresado de un modo que cualquier ser humano pueda entenderlo, sin ser irrelevante o primitivo, Génesis 1 da lugar a una posible comprensión futura como resultado de la investigación científica. Con respecto a su pregunta específica, "firmamento" (raqiac), ha sido interpretado por algunos como refiriéndose al primitivo concepto del Antiguo Cercano Oriente de una gran cúpula metálica celestial establecida sobre la tierra por Dios o los dioses. Si esta posición es correcta, entonces Génesis 1 está condicionado culturalmente y no sirve para entender cómo Dios creó este mundo. Consideremos brevemente a Génesis 1 prestando cuidadosa atención a su pregunta.


1. Génesis 1 es único: Al comparar los registros de la creación del Antiguo Cercano Oriente, la narrativa bíblica es ciertamente singular. La falta de toda expresión politeísta y de cualquier referencia a la lucha de Dios con las fuerzas del caos, aparta totalmente el registro de la creación del Génesis de historias contemporáneas aunque parecidas, son rivales. En ellas no se encuentra absolutamente nada acerca de una creación en seis días, seguida por uno de reposo. Es verdad, existen algunas similitudes pero, cuando se las compara en su conjunto, ellas se vuelven insignificantes.

De hecho, los parecidos bien pueden ser, al menos en algunos casos, remanentes de verdad insertos en las narrativas paganas. La historia bíblica no tiene paralelos, y pareciera estar en contraposición con las otras ideas acerca de la creación prevalecientes en el mundo antiguo.


2. El uso de la palabra "firmamento": Hasta donde sé, el término hebreo raqiac (firmamento), no se encuentra en ningún otra lengua, y su significado en hebreo no es totalmente claro. Su forma verbal significa "desenvolver, extender, estampar, moldear a martillazos", sugiriendo que el sustantivo "firmamento" designa la bóveda del cielo como una cúpula sólida. Pero el sustantivo no designa necesariamente el resultado concreto de moldear con un martillo. La idea básica del verbo es la de extender algo, y el sustantivo podría expresar, entonces, la idea de expansión o aquí, en Génesis 1, hacer referencia al "espacio". Ya que Génesis 1 no describe la naturaleza del "firmamento" creado durante el segundo día, los eruditos tienden a explicarlo en términos familiares vinculados a la antigua idea de una cúpula sólida.

Génesis 1 varias veces menciona asuntos importantes con respecto al "firmamento". Primero, que su función fue separar las aguas que estaban debajo de las aguas que estaban arriba. El hecho de separar las aguas podría sugerir que existe un elemento concreto en el firmamento, pero no se lo menciona específicamente. Este silencio nos permite utilizar la palabra moderna "atmósfera" para designarlo.

En segundo lugar, la sugerencia de que se está haciendo referencia a la atmósfera se ve reforzada por el hecho de que el "firmamento" es el espacio donde vuelan las aves: "Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos" (vers. 20). En tercer lugar, el "firmamento" o expansión es llamado específicamente "bóveda" o, más precisamente, "cielos" en el versículo 8. El énfasis no está en lo concreto, sino más bien sobre el espacio que separa las aguas, que hace lugar para el vuelo de las aves. Finalmente, el texto expresa que el sol y la luna estaban en el firmamento/expansión de los cielos con la finalidad de actuar como lumbreras. La palabra "firmamento" no distingue entre el cielo y sus estrellas, pero esto no niega su distinción. La descripción del texto es la de una persona que eleva su vista y observa la luna y el sol en el cielo.

El misterio de la creación realizada por un Dios amante nunca será plenamente entendido por sus criaturas. Con todo, el Génesis proporciona el único registro confiable de aquel hecho portentoso, aunque el texto nos ofrezca una síntesis concisa de su acción creativa. La ciencia moderna no puede aprobar o desaprobar lo que el Génesis afirma, pero puede ampliar nuestro conocimiento acerca del poder de Dios.