INTRODUCCION
A LA PNEUMATOLOGIA
ANDREWS UNIVERSITY
HISTORIA DE LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO
SEMINARIO
PRESENTADA EN CUMPLIMIENTO PARCIAL DE LOS REQUISITOS DEL CURSO DE DEVELOPMENT
OF SEVENTH-DAY ADVENTIST THEOLOGY
POR
WALTER GABRIEL QUISPE APAZA
AGOSTO 2015
INTRODUCCIÓN
A lo
largo de la historia, la doctrina del espíritu Santo ha sido ampliamente
discutida; pero siempre ha existido la pregunta: ¿Por qué hemos de estudiar la
doctrina del Espíritu Santo? La principal razón por la cual el creyente
verdadero debe estudiar esta doctrina es porque el Espíritu hace parte de la
Trinidad. No podemos estudiar a Dios completamente si ignoramos esta doctrina
tan fundamental en nuestra fe como la doctrina de cristo o la doctrina de Dios.
El mundo
evangélico de hoy en día muestras dos tipos de actitud hacia la doctrina del
Espíritu Santo; algunos lo toman como algo sin sentido como parte de un ritual
religioso o maquinaria eclesiástica, quitándole la importancia que merece como
parte de la doctrina de la Trinidad. Otros, han sobre enfatizado la doctrina
hasta tal punto que fuerzan su importancia a expensas de la palabra de Dios,
destruyendo el verdadero sentido de la doctrina y pervirtiendo el
comportamiento decoroso del cristiano. Se puede observar que hay un manejo
completamente extravagante de los extremos convirtiendo al primero en un
formalismo frígido y sin sentido, y el segundo se hace tan exageradamente que
se convierte en un fanatismo ferviente. Esto hace que la doctrina sea más
subjetiva para los segundos, lo cual distorsiona la doctrina bíblica del
Espíritu Santo.
Es por
esta razón por la cual debemos involucrarnos con el estudio de la pneumatología
(o la doctrina del Espíritu Santo) con el fin de encontrar un verdadero
equilibrio en la cuestión doctrinal, sin desmeritar ni sobreestimar su obra y
su presencia activa dentro de la iglesia de Cristo; ya que el esta involucrado
en la economía salvífica y la historia de la Salvación.
I. El Espíritu Santo y la
historia.
Históricamente
la doctrina del Espíritu santo ha sido una de las doctrinas mas debatidas,
junto con la doble naturaleza de Cristo. Es notable que a través de la historia
eclesiástica, los debates para certificar la doctrina de la trinidad y más
acerca de la deidad del Espíritu Santo hayan sido grandes en cada disputa.
Después
de la muerte de los apóstoles, los padres apostólicos continuaron con la
enseñanza de la pneumatología, no como ciencia sino como una doctrina
fundamental, que a través de los años, fue pervirtiéndose en algunos grupos que
obligaron a la iglesia a defender el sentido de sus creencias. Ya a finales del
segundo siglo, se origino una de las
primeras herejías encontradas dentro del seno de la iglesia, surgió una
doctrina la cual fue denominada Monarquianismo, en la cual, al querer preservar
la unidad de Dios, la Deidad de Cristo y la Deidad del Espíritu Santo, enseño
que los dos últimos tan solo eran manifestaciones de Dios.
En El
tercer siglo, un obispo de la ciudad de Alejandría llamado Orígenes. El alegaba
que el Hijo y el Espíritu Santo estaban subordinados al Padre, y que el
Espíritu estaba Sujeto a Cristo también. Esta doctrina fue llamada
subordicionalismo fue ampliamente discutida hasta que se aclaró en el concilio
de NIcea en el. Año 321.
También
el siglo III surgió una doctrina originada por un obispo de Antioquía, llamado
Pablo de Samosata, quién enseñaba que el hombre Jesucristo fue elevado al nivel
de la Divinidad mediante un “dinamis”, un poder que consistía del Logos y el
Espíritu Santo que le fue dado por Dios. Enseñó que “es permitido hablar de un
Logos o Hijo y de una Sabiduría o Espíritu en Dios, pero que éstos no son más
que atributos de Dios o influencias impersonales, cosa que fue declarada como
Herejía en el año 268 en el sínodo de Antioquía; sin embargo, este concilio
también condeno la palabra consubstancial, lo que le dio bases al arrianismo
para sostener sus tesis.
Otro de
los herejes más influyentes, fue Arrio en el siglo IV, Arrio, un maestro de la
iglesia de Alejandría, el cual estuvo en desacuerdo con los samosatenses, y
formo su tesis con el fin de apologizar con ellos; pero basó su desacuerdo en
un argumento extremadamente opuesto. Llegó a la conclusión de que Jesús era más
que un hombre que fue adoptado por Dios, Jesús era el logos, el Hijo de Dios,
que existía antes de la creación del mundo. Sin embargo, no era eterno. Según
Arrio, Jesús era una primera criatura de suprema importancia que ayudó a Dios a
crear todo lo demás. Si era una criatura, como Arrio insistió, no podía ser
Dios. Tampoco podía el Espíritu Santo ser verdadero Dios, desde su punto de
vista. Arrio enseñaba que el Espíritu Santo era la primera criatura que el Hijo
hizo[1]. Estas declaraciones fueron
fuertemente atacadas por la iglesia, en cabeza de Atanasio de Alejandría quien
en un concilio celebrado en Nicea en el año 321 ratificó la Divinidad de Cristo
diciendo que es de la misma substancia con el padre, y así mismo defendió la
Divinidad del Espíritu Santo, alegando que era Consubstancial al padre y el
hijo en el sínodo de Alejandría en el año 362, donde declaro que El es Dios
pues solamente un Espíritu Divino tenia la capacidad de crear personas
participes de Naturaleza divina, apelando a la formula Bautismal ya que no
estaría incluido ahí bajo el mismo nombre con el Padre y el Hijo. El credo de
Atanasio nos muestra esa conclusión en su texto el cual ponemos a continuación:
Quienquiera
desee salvarse debe, ante todo, guardar la Fe Católica: quien no la observare
íntegra e inviolada, sin duda perecerá eternamente. Esta es la Fe Católica: que
veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en unidad. Ni confundimos
las personas, ni separamos las substancias. Porque otra es la persona del
Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo: Pero la divinidad del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo es una, es igual su gloria, es coeterna
su majestad. Como el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo. Increado el
Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Inmenso el Padre, inmenso
el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el
Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres eternos, sino uno eterno. Como no son
tres increados ni tres inmensos, sino uno increado y uno inmenso. Igualmente
omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo. Y,
sin embargo, no tres omnipotentes, sino uno omnipotente. Como es Dios el Padre,
es Dios el Hijo, es Dios el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres dioses,
sino un Dios. Como es Señor el Padre, es Señor el Hijo, es Señor el Espíritu
Santo. Y, sin embargo, no tres señores sino un Señor. Porque, así como la
verdad cristiana nos compele a confesar que cualquiera de las personas es,
singularmente, Dios y Señor, así la religión católica nos prohíbe decir que son
tres Dioses o Señores. Al Padre nadie lo hizo: ni lo creó, ni lo engendró. El
Hijo es sólo del Padre: no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo
es del Padre y del Hijo: no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente de
ellos. Por tanto, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu
Santo, no tres Espíritus Santos. En esta Trinidad nada es primero o posterior,
nada mayor o menor: sino todas la tres personas son coeternas y co-iguales las
unas para con las otras. Así, para que la unidad en la Trinidad y la Trinidad
en la unidad sea venerada por todo, como se dijo antes. Quien quiere salvarse,
por tanto, así debe sentir de la Trinidad. Pero, para la salud eterna, es
necesario creer fielmente también en la encarnación de un estro Señor
Jesucristo. Es pues fe recta que creamos y confesemos que nuestro Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios de la substancia del Padre,
engendrado antes de los siglos, y es hombre de la substancia de la madre,
nacido en el tiempo. Dios perfecto, hombre perfecto: con alma racional y carne
humana. Igual al Padre, según la divinidad; menor que el Padre, según la
humanidad. Aunque Dios y hombre, Cristo no es dos, sino uno. Uno, no por
conversión de la divinidad en carne, sino porque la humanidad fue asumida por
Dios. Completamente uno, no por mezcla de las substancias, sino por unidad de
la persona. Porque, como el alma racional y la carne son un hombre, así Dios y
hombre son un Cristo. Que padeció por nuestra salud: descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos. Ascendió a los cielos, está
sentado a la derecha de Dios Padre omnipotente; de allí vendrá a juzgar a vivos
y muertos. A su venida, todos los hombres tendrán que resucitar con sus propios
cuerpos, y tendrán que dar cuenta de sus propios actos. Los que actuaron bien
irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno. Esta es la fe católica,
quien no la crea fiel y firmemente, no podrá salvarse. Amén[2].
Otro de
los concilios que dejaron en claro la doctrina del Espíritu Santo fue el
concilio I de Constantinopla de 381 en donde cita:
“Creemos en un solo Dios,
Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas
visibles e invisibles. Y en un solo Señor, Jesucristo, el Hijo unigénito de
Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, luz de luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, nacido, no hecho, consustancial al Padre, por quien todas las
cosas fueron hechas, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación
descendió de los cielos y se encarnó del Espíritu Santo y de María la virgen, y
se hizo hombre, y fue crucificado por nosotros bajo Poncio Pilato, y padeció y
fue sepultado y resucitó al tercer día según las Escrituras, y subió a los
cielos, y está sentado a la diestra del Padre, y otra vez ha de venir con
gloria a juzgar a los vivos y a los muertos, y su Reino no tendrá fin. Y en el
Espíritu Santo, Señor vivificante, que procede del Padre, que juntamente con el
Padre y el Hijo es adorado y glorificado, que habló por los profetas. En una
sola Santa Iglesia Católica y Apostólica Esperamos la resurrección de la carne
y la vida del siglo futuro. Amén”[3]
La
doctrina del Espíritu Santo fue un motivo para la escritura de muchas obras
entre los siglos IV y V de los cuales encontramos a Basilio (379)[4], en su
libro Adversus Eunomium, Liber de Spiritu Sancto; Gregorio Nacianceno (389),
Orationes; Gregorio Nyseno (394), Oratio catechetica, Contra Eunomium; Hilario
(367), De Trinitate; Cirilo de Jerusalén (386), Catecheses; Dídimo el ciego
(398), Liber de Spiritu Sancto; etc. El siglo V nos brinda dos figuras
extraordinarias. En Oriente, Cirilo de Alejandría (444), Thesaurus de Sancta et
Consubstantiali Trinitate, que es como una suma de todo lo dicho hasta el
momento sobre el misterio[5]. En Occidente, Agustín (430) dedicó más de quince años
a redactar su De Trinitate, cuya obra está dividida en dos partes.
Después
de las controversias del siglo IV la iglesia consolidó la doctrina
pneumatológica y a partir del siglo V las obras acerca de este tema fueron mas
bien escasas. En el siglo XII, Tomás de Aquino en su summa teologiae expresa
también su pensamiento acerca de la trinidad y la doctrina del Espíritu como
una de las bases de la teología escolástica[6].
En el
siglo XVI, los socinianos alegaban que el Espíritu Santo era una posesión natural
del hombre que le permite alcanzar “vistazos de comprensión” en las Escrituras.
Ante estas declaraciones la iglesia también expuso las tesis bíblicas y condeno
a los gestores a la hoguera.
En la
época de la reforma, los reformadores sostuvieron la doctrina del Espíritu
Santo de una manera más enfática; Lucero decía que el Espíritu no se debía
identificar con la operación eclesiástica y que mucho menos los sacramentos
eran eficaces en sí y por si mismos, sin la influencia del Espíritu. Que
solamente por el Espíritu, Cristo está presente en los sacramentos y en la
escritura, y solo por el Espíritu, la escritura es la verdadera palabra de
Dios, pues es quien la inspira y quien ilumina al creyente. El Espíritu no está
limitado a la palabra; existe en gloria eterna de Dios, lejos de la Palabra y
de nuestro mundo. Pero como Espíritu que revela, no viene sin la palabra.[7]
Calvino,
siempre sostuvo que el Espíritu trabaja para la regeneración, la iluminación y
con el fin de conducirnos a cristo uniéndonos con Él. Calvino fue más allá de
Lutero al afirmar no sólo que la palabra predicada es el agente del Espíritu,
sino que la Biblia es en su esencia la palabra de Dios (Catecismo Ginebrino).
El Espíritu obra en la lectura de la Escritura así como en la predicación de la
palabra, y la palabra, predicada o leída, es eficaz a través del trabajo del
Espíritu Santo. El origen divino de la Escritura es certificado por el
testimonio del Espíritu; la Escritura es la palabra de Dios dada mediante la
guía del Espíritu a través del limitado decir humano[8].
Ya en el
siglo XVII con la influencia de Schleiermacher, el liberalismo tomó una
posición drástica frente a la pneumatología, pues él enseñaba que el Espíritu
Santo era una emanación de Cristo y una mera obra espiritual triunfante. Otros
pensadores como Ritschl, hablaron acerca del Espíritu como una fuerza
impersonal que emanaba de Dios y moraba permanentemente en la iglesia. Estos
postulados condujeron a diversos sectores de la teología al llamado
racionalismo, donde se enseñó que la escritura no era inspirada, ya que el
Espíritu es una fuerza emanada por Dios y no una persona Divina, incluso a
desmeritar la obra del Espíritu en la economía de la Salvación
Esto dio
bases a la teología neo-ortodoxa para quienes el Espíritu Santo aparenta ser
cualquier cosa que quisieran hacer, ya sea un sentir de convicción, o de
desesperación, o de reprensión propia. Lo cual conduce inmediatamente a una
sola conclusión, que no hay una genuina comprensión de un Santo Espíritu, el
cual es Divino y personal, quien lleva una obra de gracia y amor en el corazón
del convertido, y quien la verdadera comprensión de la No-ortodoxia es una
sustitución de la obra regeneradora del Espíritu por una entrega existencial
del ser entronando el “ego” interior.
Es notorio también que
gracias a las influencias de Bultman y Schleiermacher, la doctrina del Espíritu
santo ha tomado u camino más racionalista, lo cual conduce a una posición
pasiva del mismo dentro de la revelación, más en el hecho de que niegan la
participación activa del Espíritu en la Iluminación y la Inspiración
escritural, considerando que la obra del Espíritu Santo es subjetiva en el
lector, en vez de un proceso objetivo que es garantia de que se está leyendo un
libro infalible.
Ya en el
siglo XX este asunto tomo diferentes dimensiones; la pneumatología pasó de ser
una de las doctrinas más notorias dentro del evangelio modernista, así vemos
como la teología pentecostal y moderna. El subjetivismo ha tomado lugar en vez
de la exégesis y la doctrina del Espíritu Santo esta tomando una fuerza nunca
antes esperada, sin embargo las doctrinas acerca del Espíritu Santo se han
desviado terriblemente de la interpretación Bíblica; esto ha generado una gran
cantidad de concepciones acerca del Espíritu lo cual va en contra de las
escrituras. Mientras que la neo-ortodoxia procura hacer de la obra del Espíritu
algo subjetivo, el pentecostalismo moderno y la teología moderna han hecho de
esta doctrina el eje central de las escrituras; es notorio que ellos al predicar
a Cristo enfatizan mas la acción del Espíritu en Él, que la obra del mismo
señor en la salvación. Se enfatiza demasiado en la obra del Espíritu al
liberalizar las escrituras y haciendo una pobre interpretación de las mismas
atribuyéndole poderes místicos a aquellos que se consagran únicamente a él. De
esta manera encontramos declaraciones como estas de los principales exponentes
de la teología moderna pentecostal:
“En estas cruzadas, yo
inmediatamente empecé a recibir poder para expulsar los demonios de la
enfermedad, de la aflicción y también empecé a recibir direcciones específicas
del Espíritu Santo para saber lo que tenía que hacer en medio de multitudes de
doce o quince mil personas. Centenares de sanidades comprobadas y miles de
conversiones han ocurrido, incluyendo a muchas personas que han dejado sus
sillas de rueda y han abandonado sus muletas. Muchos ojos ciegos y oídos sordos
han sido abiertos, y todo este puede verificarse“.[9]
Uno de
los libros más polémicos acerca de la doctrina del Espíritu Santo es Publicado
por Benny Hinn y el cual ha sido fuente de información y adoctrinamiento dentro
de muchos centros cristianos. Este libro se llama “Buenos días Espíritu Santo”
el cual se ha convertido en uno de los libros de literatura cristiana mas
vendidos en los últimos años. En este libro, aborda de una manera muy delicada
la doctrina y llega a decir que cristo no pudo hacer su obra sin la ayuda total
del Espíritu Santo. Esto lo podremos vislumbrar a ver la frase “aun los
atributos de Jesús fueron dados por el espíritu Santo”[10] mas adelante dice:
“Jesucristo hombre fue
engendrado por el Espíritu. Y tal como los padres terrenales aman a su pequeño
bebé, así el Espíritu santo amaba al
señor (…) ¿puedes ver a Dios el Padre en el cielo dirigiendo al Espíritu:
‘toma a mi hijo y hazlo carne’ Fue el milagro de los milagros. El Espíritu
Santo tomo esa semilla del padre y la puso dentro del cuerpo de María. El (el
Espíritu Santo) fue el padre del Señor[11], El también fue quien lo ungió.
Imagínate, a Dios el Padre
sentado en su trono en el cielo y a Jesús en la tierra sanando los enfermos y
haciendo milagros. ¿y que del Espíritu Santo? Él es el canal, el contacto entre
ambas personalidades (el Padre y El Hijo). Voy a Ilustrarlo así: El padre toma el
teléfono (como si lo necesitara) y dice ‘¿Espíritu Santo?’. Si señor- le dice
el Espíritu al levantar el teléfono. Dios le dice: ‘Quiero que guíes a Jesús al
desierto porque yo voy a enviar al diablo para que lo tiente’. El Espíritu dice
‘Si Señor’, y corre a Cristo. ‘Jesús ven conmigo’- le dice. ¿Ves cómo el
Espíritu Santo viene a ser como el contacto entre ambas personalidades?[12]
O imagínate esto: Jesús
pasa por el lado de un hombre que esta muy enfermo. De nuevo, el Padre levanta
el teléfono y dice: ‘Espíritu Santo, ¡Detén a Jesús! dile que se pare ahí mismo
donde está’. El Espíritu dice: ‘buen, Jesús párate’. Levanta el teléfono y
dice: ‘Padre, ¿Qué debe hacer El? ‘Dile que sane a ese hombre’- dice la voz de
Dios. Jesús inmediatamente pone Sus manos sobre el hombre, el poder del
Espíritu fluye a través de El, y el hombre milagrosamente se levanta.
Aquí está lo vital para que
recuerdes –y cuando comprendas esto, se quitara el velo de tus ojos
concerniente a la función del Espíritu Santo: Durante su estancia en la tierra,
Jesús escogió ser n menos que un hombre en su totalidad. Su “conocimiento
Revelado” no operaba sin la Voz del Espíritu, y el no se movía a menos que el
Espíritu Santo se moviera con El. ¿Te has preguntado alguna vez por que cuando
Jesús pasaba, algunos no se sanaban? ¿Por qué el no oró por ellos? ¿Por qué El
no los alcanzó y los tocó? Es porque el padre no le Ordeno al Espíritu Santo
que guiara a Jesús a hacerlo. Cristo dijo: ‘que el mundo conozca que amo al
Padre, y como el Padre me mando así hago (Juan 14:31)[13]. Jesús dependía del
Espíritu. El era el cordón umbilical de Cristo al Padre.[14]
Inmediatamente después dice
que si no fuera por el Espíritu Santo, El no hubiese podido hacer la obra para
la cual fue enviado
“Si el
Espíritu Santo no hubiera estado con Jesús, ¿hubiera pecado? Es posible que
hubiera podido pecar. Fue es Espíritu Santo el poder que lo guardo puro. El no
solo fue enviado del cielo, sino que fue llamado Hijo del Hombre –y como tal,
¿no podría pecar? El hecho de que no lo hiciera no quiere decir que no
existiera la posibilidad. Si tu crees que Jesús no era capaz de pecar, entonces
¿Por qué Satanás perdió su tiempo tentándole? El diablo sabía lo que estaba
haciendo. Sin el Espíritu Santo Jesús jamás hubiera logrado completar su obra
(…)”.[15]
Ante estas declaraciones
podemos vislumbrar más claramente la exagerada exaltación dada por algunos
movimientos modernos al Espíritu Santo, denigrando el concepto de Cristo dentro
de la doctrina cristiana; sin embargo, a
continuación expondremos nuestro punto de vista acerca del Espíritu desde las
escrituras.
II. ¿Quien es el Espíritu
Santo?
Es muy interesante observar
que las escrituras hablan del Espíritu Santo tanto la principio como al final
de las mismas; lo vemos en el maravilloso momento de la creación (Ge 1.2), y
así mismo lo vemos haciendo el llamado que, junto con la iglesia, dice “Ven”
(Ap 22.17) pero cuando nos hacen la pregunta de quien es el Espíritu Santo,
muchas veces callamos, pues no tenemos una respuesta clara en nuestras mentes.
Es por eso que en este pequeño tratado haremos un pequeño recuento de lo que es
el Espíritu de Dios.
Para entender un poco
acerca de esta doctrina debemos ver las principales cualidades de la misma con
el fin de entender quien es el Espíritu Santo, cual es su obra y como influye
en la vida Cristiana.
El
Espíritu Santo es la Tercera persona de la Trinidad; sin embargo, a lo largo de
la historia algunas personas enseñan que el Espíritu Santo no cohabita en
unidad con Padre y el Hijo, menos como parte de esta mística unión trinitaria,
donde son tres personas diferentes y un mismo Dios. Alegan algunos que es una
fuerza activa, o que Dios se revelo primero en Padre, luego en Hijo y que ahora
esta presente como el espíritu Santo. Sin embargo, Las escrituras nos muestran
la existencia del Espíritu Santo, y aunque definir completamente la doctrina
trinitaria ha sido uno de los más grandes retos del estudio teológico, sigue
siendo un misterio para nosotros porque esta doctrina no se toca profundamente
en las escrituras, quedando cubierto por un velo este misterio a los ojos de
los hombres.
Las escrituras nos hablan
acerca de su existencia. En Jn 4.24 se nos dice que Dios es Espíritu, este
nombre es más común al hablar directamente a la tercera persona de la Trinidad.
Tanto en el original hebreo רוּחַ (Ruaj [Ver Gn 1.2 Stuttgartensia]) como en el
griego πνεῦμα (pneuma [Ver Jn 4.24 Receptus])[16] se traduce como literalmente
como viento, o soplo. De aquí que también es traducido como halito, aliento o
espíritu respectivamente.
Vemos
también dentro de las escrituras que es una persona (es éste uno de los rasgos
distintivos del creyente verdadero, quien cree en la personalidad del Espíritu
Santo) ¿Pero porque se cree que es una persona? La enseñanza de las verdades
fundamentales acerca del espíritu Santo siempre se ha visto por medio del
énfasis del estudio de su personalidad[17], sin embargo, muchos arguyen que no
hay que darle a debida importancia pues el espíritu no habla mucho de si mismo
en las escrituras, pues dicen que al momento del a redacción del canon el
Espíritu Santo guió a los escritores conforme a lo que el oía (Jn 16.13; Hch
13.2) y porque el dice que ha venido al mundo para glorificar a Cristo (Jn
16.14), además de que la escritura muestra
al padre y al hijo hablando de sí mismos usando el pronombre “yo”, y
presentándolos de una inmediata comunión el uno con el otro, y que esta
doctrina fue aprobada después del credo niceno, la personalidad del espíritu
fue reconocido como tal en los credos de
la iglesia. Cuando hablamos de la personalidad del Espíritu Santo debemos tener
en cuenta la forma como las escrituras se refieren a Él; es notorio que a lo
largo las mismas se refieren al Santo Espíritu siempre es acompañado con el uso
de pronombres personales. Hodge nos
dice:
“El (El
Espíritu Santo) es introducido tan a menudo como persona, no meramente en un
discurso poético o exaltado, sino en simple narrativa y en instrucciones
didácticas, y su personalidad está sustentada por tantas pruebas colaterales,
que explicar el uso de los pronombres personales en relación con Él en base del
principio de la personificación sería violentar todas las normas de
interpretación. Así es en Hech 13:2: «Dijo el Espíritu Santo: Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado». Nuestro Señor dice (Jn
15:26): «Cuando venga el Consolador (ho paraklëtos), a quien yo enviaré del
Padre, el Espíritu de verdad (to pneuma tës aletheias), el cual (ho) procede
del Padre, él (ekeinos) dará testimonio acerca de mí». El uso del pronombre
masculino él, en lugar del pronombre neutro griego, muestra que el Espíritu es
una persona.” [18]
Es importante ver que
dentro del estudio de la Personalidad del Espíritu Santo el uso de pronombres
personales esta sustentado por el uso de pruebas colaterales que lo identifican
como persona; un ejemplo de esto está en el libro de los hechos el cual cita:
“Dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los
he llamado” (Hch 13.2), incluso, Nuestro señor Jesucristo citaba “Cuando venga
el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual
procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí” (Jn 15.26) o “Y yo rogaré
al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el
Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce;
pero vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros, y estará en vosotros.
No os dejaré huérfanos; vendré a
vosotros.” (Jn 14.16-18). La Palabra usada aquí “otro” (ἄλλον) es usada en el
original como algo de carácter similar, usada de una manera absoluta en este
texto para designar alguien de la misma naturaleza o de su mismo nive
Ante
esta posición debemos ser claros y objetivos, arguyendo bíblicamente el error
de sus palabras. Dentro de las escrituras el Espíritu Santo tiene un papel muy
importante y muestra sus cualidades como persona Divina dándole el mismo lugar
que al padre y al Hijo.
Las escrituras muestran al
Espíritu Santo como alguien que realiza cosas que solo una persona puede hacer,
ya que El convence al mundo de pecado (Jn 16.8), enseña (Jn 14.26; Jn 16:13-15; 1Jn 2.27), habla (Ga 4.6),
intercede por el creyente (Ro 8.26), guía (Ga 5.18; Hch 8.29; 10.19; 13.2;
16.6-7; 20.23; Ro 8.14), Señala a los hombres para el servicio específico (Hch 13.2; Hch 20.28), regenera (Jn
3.6), sella (Ef 4.30), bautiza (1Co
12.13), llena (Ef 5.18).
Es visto también como una
persona, pues es afectado por otros seres, ya que El Padre le envía al mundo
(Jn 14.16, 26), y el Hijo también le envía (Jn 16.7), se puede ofender (Is
63.10), contristar (Ef 4.30), pueden resistirle (1Tes 5.19), pueden blasfemarle
(Mt 12.31), pueden mentirle (Hch 5.3), pueden hacerle afrenta (He 10.29),
pueden hablar en contra de El (Mt 12.32).
Ahora
bien, el Espíritu Santo es puesto al mismo nivel que las otras personas de la
Trinidad, ya que es llamado “otro consolador” (Abogado), lo cual indica que El
es una persona tanto como lo es Cristo (Jn 14.16-17; 26; 16.7; 1Jn 2.1-2), se
le llama Espíritu en el mismo sentido personal que Dios es llamado Espíritu (Jn
4.24).
Como una persona de la
trinidad, el Espíritu Santo es co-igual con el Padre y el Hijo, pues es llamado
Dios (Is 6.8-9 conf. Hch 28.25-26; Jer 31.31-34 conf. Heb 10:15-17; 2Co 3.18 y
Hch 5.3, 4) posee los atributos Divinos (Gn 1.2; Job 26.13; 1 Co 2.9-11; He
9.14), y ejecuta las obras de Dios (Job 33.4; Sal 104.30; Lc 12.11-12; Hch 1.5;
20.28; 1Co 6.11; 2.8-11; 2Pd 1.21), Es equiparado con el Padre y el Hijo (Mt
28.19, 2Co 13.14) distinto del padre y del hijo (Mt 12.32, Lc 11.13), Inspiro
las escrituras, y habla por medio de ella (Hch 1.16, 2Pd 1.21).
III. ¿Como obra el Espíritu
Santo?
El Espíritu Santo actúa de
diferentes maneras; pero esto no quiere decir que actúe en desacuerdo con el
Padre y el Hijo; sin embargo hay que observar como el Espíritu Santo actuó en
el antiguo y nuevo testamento, en la iglesia y en el creyente:
1. La obra del Espíritu
Santo en el Antiguo Testamento.
Aunque las escrituras nos
hablan que fue el hijo quién ejecutó la obra de la creación (Col 1), sin
embargo, vemos según las escrituras como el Espíritu Santo actuó también en
todas las facetas de la creación. Isaías nos habla de que Él estuvo involucrado
en el planteamiento general del universo (Is 40.12-14); David nos dice que los
cielos fueron creados por el aliento de Su boca (Sal 33’6); estuvo presente en
el momento de la creación de la tierra (Ge 1.2); y fue parte activa dentro del
proceso de la creación del hombre (Ge 1.26-27; 2.7; Job 33.4).
Después de la creación,
vemos como el Espíritu Santo actúa de una manera personal dentro del todo el
antiguo pacto. Sin embargo, debemos tener en cuenta que Él obró durante todo el
periodo Veterotestamentario manifestándose sobre algunas personas específicas
obrando externamente sobre el individuo ya sea creyente (Ex 31.3; Jue 3.10;
14.6; 15.14-1; Is 63.14; Sal 143.10) o inconverso (Nm 24.2; 1S 11.6).
A lo
largo de todo el antiguo pacto vemos como el Espíritu Santo obra en medio del
pueblo, no solo posando sobre algunos, sino también enseñando (Neh 9.20, 30;
Hag 2.5) hablo a los profetas (Nm 11.29; 2S 23.2; Mi 3.8; 2Pd 1.21)
2. La obra del Espíritu Santo en el Nuevo
Testamento.
Ya en el nuevo testamento
vemos que hay una intima relación del Espíritu con las demás personas de la
trinidad al ver los evangelios, en donde:
Maria, concibe por obra del
Espíritu Santo al Mesías (Mt 1.18; Lc 1.35); está presente en el bautismo de
Cristo, donde lo vemos junto con el Padre (MT 3.16; Mr 1.10 Lc 3.22) esto
muestra la eficacia del ministerio de Cristo en la tierra. Llevo a cristo al
desierto para ser tentado (Mt 4.1; Lc 4.1) Lo vemos en el ministerio de Cristo
(Mt 12.18), en la muerte y resurrección de Cristo (Heb 9.14; Hch 3.15; Ro 8;
11; 1Pd 3.18), en la formación de la iglesia (Jl 2.28.29; Hch 2), y en la vida
del creyente hasta hoy día.
3. La obra del Espíritu Santo en la iglesia.
EL Espíritu Santo obra en
la iglesia desde el mismo momento de su fundación; Aunque algunas escuelas
hablan del nacimiento de la iglesia en Hch 2 (por ejemplo las escuelas
fundamentalistas y pietistas), las escrituras nos hablan acerca de la iglesia
desde el antiguo testamento. También podemos observar que el Espíritu actuó en
medio de la congregación de Israel durante la liberación de Egipto y su
travesía por el desierto, Guió al pueblo de Israel por medio de los jueces (Jue
3.10), e inspiro a los profetas para escribir el antiguo testamento (1Pe 1.21).
En el Nuevo testamento la
obra del Espíritu Santo esta ampliamente relatado en el libro de los hechos.
Así mismo podemos observar que es gracias al Espíritu que la iglesia mantiene
su mística unión con Cristo como cabeza (Ef 1.22-23; 2.22), formándola (1Co
3.16), nutriéndola y aumenta mediante el continuo proceso de regeneración y
santificación de los nuevos creyentes. Es también quien da testimonio de Cristo
y quien conduce a la iglesia en medio de la verdad, haciendo manifiesta la
gloria de Dios y de Cristo, aumentando en conocimiento acerca del salvador,
cuida que la iglesia no caiga en el error, y la prepara para su destino eterno
(Jn 14.26; 15.26; 16.13-14; Hch 5.32; Heb 10.15; 1Jn 2.27)[19]
4. La obra del Espíritu Santo en el creyente.
Dentro de la vida del
creyente vemos como el Espíritu Santo obra desde siempre. Vemos que es el Santo
Espíritu de Dios quien empieza actuando en la vida del mismo desde el mismo
momento de la regeneración (Jn 3.3-7; Tit 3-5); otorga la fe salvadora al
creyente, convenciéndolo de pecado, de justicia y de juicio al pecador,
conduciéndolo a la verdad (Jn 16. 8-15), Mora en el creyente (Ro 8.9-11, Jn
14.17), en donde intercede por el y le ayuda en su oración (Ro 8.26),
repartiendo dones a cada uno como el quiere (1Co 12.14), con el fin de que den
fruto para la gloria de Dios (Ga 5.22-23), los bautiza y une al cuerpo de
Cristo (1Co 12.13, Ro 6.3-4,Ef 4.4-5), sellando y garantizando su Salvación
(2Co 1.22; Ef 1.13; 4.30), conduciéndolo a una vida plena en Cristo (Ef 5.18).
En las escrituras vemos
como es Espíritu Santo actúa de maneras increíbles en los hombres de fe. Aunque
ya mencionamos anteriormente que el Espíritu actuaba externamente en los
hombres de fe, vemos que su obra es la misma, Glorificar al padre por medio de
sus obras. Es así como vemos a hombres usados como Moisés (Nm 11.17, 25), Josué
(Nm 27.18), Sansón (Jue 13. 25; 14. 6, 19; 15.14) de David (1Sa 16.13, 2Sa
23.2) de los profetas entre otros.
Para concluir….
La doctrina del Espíritu
Santo ha sido una de las doctrinas que mas controversia ha generado a nivel
histórico después de la doctrina trinitaria y la de Cristo; sin embargo, es
nuestro deber comprender que las verdades reveladas en las escrituras son
irrefutables. Y aunque la controversia actual acerca de esta doctrina este
pasando tan sigilosamente dentro de algunos círculos teológicos, debemos tener
presente que ahí está. La controversia de hoy en día se debe a una mala
interpretación bíblica y al deseo de muchos por figurar en una fe cada día más
subjetiva y menos bíblica.
Es nuestro deber como
creyentes y como estudiantes continuos de la Palabra de Dios, el denunciar
aquellas cosas que atentan contra la fe y la escritura. Calvino decía “Un perro
ladra cuando su amo es atacado. Yo sería un cobarde si es atacada la verdad de
Dios y permanezco en silencio.” Aunque es una comparación algo fuerte y algunos
puedan verla como grotesca, como creyentes debemos denunciar estas malas
interpretaciones y atacarlas frontalmente. Seriamos vistos como unos cobardes
al callar las verdades reveladas en la escritura.
Por último, es vital para nuestro entendimiento y
crecimiento el comprender la doctrina pneumatológica de una manera profunda con
el fin de no guiarnos dentro del camino del error y conducir a otros por el
mismo camino; debemos reconocer humildemente las verdades expresadas en las
escrituras, enseñarlas y defenderlas arduamente.
BIBLIOGRAFÍA
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http://files.caminternational.org/resources/upload/files/attachments/La%20historia%20e%20impacto%20del%20neopentecostalismo.PDF
[1] Hoy los Testigos de Jehová enseñan esto,
sin embargo, ellos consideran que el Espíritu Santo es solamente una fuerza que
procede de Dios y la cual es impersonal. Tomado de
http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/El_Espiritu_Santo_es_Dios.htm
[2] Tomado de
http://www.librolibre.org.ni/DocCa./oraciones/credos/credo-atan.html
[3]
http://www.cristianismo-primitivo.org/estudios/credos.htm
[4] Las fechas datadas son las fechas de
deceso del autor
[5] Tomado de Summa Theologiae. Tomas de
Aquino. Edición dirigida por los Regentes de Estudios de las Provincias
Dominicanas en España, pag
[6] Aquino, Op cit. La Cuestion 27.a3 nos
muestra el lado escolástico de la doctrina
en la cual cita “Hay que decir: En las personas divinas hay dos
procesiones: la de la Palabra y otra. Para demostrarlo, hay que tener presente
que en las personas divinas no hay procesión más que en cuanto acción que no
tiende hacia algo externo, sino que permanece en el mismo agente. Así, esta
acción en la naturaleza intelectual es acción del entendimiento y acción de la
voluntad. La procesión de la Palabra responde a la acción intelectual. Por la
operación de la voluntad en nosotros se encuentra otra procesión, la del amor,
por la que el amado está en quien le ama, como por la concepción de la palabra
lo dicho o entendido está en quien tiene entendimiento. Por eso, además de
la procesión de la Palabra hay otra
procesión en las personas divinas, y es la generación de amor. Esta doctrina es
conocida dentro del escolasticismo como
“la procesión del Espíritu Santo, sin embargo, Aquino toma la doctrina
de una manera superficial al relacionar a las tres personas de la Trinidad como
seres unidos por el amor y la caridad, y no como un solo ser, mostrando a
Cristo como el objeto pasivo de esta caridad y al Espíritu Santo como la vía
por la cual el Padre derrama su amor a Cristo y posteriormente al hombre.
[7] Es una clara disertación a la doctrina de
la procesión del Espíritu expuesta por Aquino en la summa teologica
[8] Carlos A. Mena. Hacia una Pneumatologia
Bíblica. MINTS 2009. pag 18
[9] Benny Hinn al referirse acerca de su
ministerio evangelístico al cual denomino “cruzadas”
http://www.cristianismoprimitivo.org/apologetica/benny_hinn.htm
[10] Benny Hinn. Buenos Días Espíritu Santo.
Pp 130
[11] Ibíd. Esto es una aseveración peligrosa,
pues tiende a mostrar a Cristo como hijo del Espíritu Santo y no del Padre, la
escritura es muy enfática en cuanto a los roles de la trinidad, y el apelar a
este tipo de subordicionalismo va en contra de los que dice Jn 10.30 donde
Jesús dice “yo y El padre somos Uno”
[12] este ejemplo es demasiado peligroso,
primero apela al subordicionalismo y segundo rechaza la Autonomía y la
autoridad de Cristo en su ministerio terrenal, rebajándolo a una simple
posición de hombre usado por el Espíritu, al mismo nivel que los profetas o
apóstoles.
[13] Aquí usando una pésima interpretación
del verso, se propone a justificar sus tesis aduciendo que la obra a la cual lo
envió el padre fue solamente la terrenal y no la obra de gracia en la cruz
[14] Hinn. Op cit. Pp 132
[15] Ibíd..
[16] Diccionario de palabras griegas y
hebreas Strong, Biblia Hebraica stuttgartensia, Recived Textus receptus,
aplicaciones E-Sword.
[17] Diccionario de Teología Católica.
Aplicación E-Sword.
[18] Charles Hodge. Teologia sistemática.
Volumen I. Ed Clie. 1991 pag 371
[19] Berkhof, teología sistemática. Pp 115
INTRODUCCION
1. La “Pneumatología” es el estudio acerca del
Espíritu Santo. (del griego pneuma” = aire o espíritu).
2.
Nuestro
analisis, sin embargo, no cubrirá todas las áreas de la doctrina sobre el
Espíritu Santo, sino aquellas relacionadas con el don profético.
1. LA
NATURALEZA Y PERSONA DEL ESPIRITU SANTO
A. Una
Persona Divina Juan
14:16.17
“Necesitanos comprender
que el Espíritu Santo, que es una persona así cono Dios es persona, anda en
estos terrenos [el Colegio de Avondale en Australia]; que El es nuestro
ayudador, que escucha cada palabra que pronunciamos, y conoce cada pensamiento
de nuestra mente” Manuscrito 66. 1899.
“El Espíritu Santo es una
persona, porque testifica en nuestros espíritus que samos hijos de Dios. Cuando
se da este testimonio lleva consigo su propia evidencia. En esas ocasiones
creenos y estamos seguros de que samos hijos de Dios
El Espíritu Santo tiene
una personalidad, de lo contrario no podría dar testimonio a nuestros espíritus
y con nuestros espíritus de que samos hijos de Dios. Debe ser una persona
divina, además, porque en caso contrario no podría escudriñar los secretos que
están ocultos en la mente de Dios” Manuscrito 20. 1906. Ambas citas en Evangelisno,
447
B. Un
Misterio no revelado Juan
16:7-14
“No es esencial para
nosotros ser capaces de definir con precisión qué es el Espíritu Santo. . . La
naturaleza del Espíritu Santo es un misterio. Las hombres no poeden explicarla,
porque el Señor no se la ha revelado. las hombres de conceptos fantásticos
pieden reunir pasajes de las Escrituras y darles interpretación humana; pero la
aceptación de estos conceptos no fortalecerá a la iglesia. En cuanto a estos
misterios, demasiado profundos para el entendimiento humano, el silencio es
oro” Hechos de los apostoles 42,43
II. EL
OFICIO DEL ESPIRITU DENTRO DEL PLAN DE SALVACION
A. Toda la
Trinidad Participando en la Salvación 2 Cor. 5:18.19
- El problema del pecado es un problema muy
complejo
y Dios lo resuelve en su plenitud.
a) la
Consecuencia Eterna del Pecado: Es resuelta por
Cristo en la Cruz Romanos
6:23
b) La separación entre Dios y el hombre:
La respuesta de
Dios es la reconciliación 2 Cor. 5:1~fl
c) Los
resu1tados del pecado en la naturaleza: Serán
resueltos en la segunda venida de Cristo Romanos 8:21—23
d) La
naruraleza pecaminosa: Un problema que tiene
que ser resuelto cuardo cada individuo toma conciencia
de su pecaminosidad. Romanos
7:18-23
- Este es el
oficio del Espíritu Santo dentro del plan de salvación.
B. Un Ministerio Absolutamente Esencial Romanos8:1-14
- Tres clases de individuos identificados:
a) las que andan en
la carne son denominados
“sarkikoi” Romanos
8:1,5.6
b) Cristianos con una mente carnal, son
denominados “psichikoi” RomanOs
8:7
1
Corintios 3:1-3
c)
Los
que andan en el Espíritu, son denominados “pneuniatikoi”
Romanos
8:1.9
— La
transformación de una naturaleza y una mente
carnales, a una naturaleza espiritual, es el
oficio del Espíritu Santo
“El Espíritu iba a ser
dado coito agente regenerador, y sin esto, el sacrificio de Cristo habría sido
inutil. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa
intervención de la tercera persona de la Divinidad . . . El Espíritu es el que
hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo. Por el Espíritu
es parificado el corazón. Por el Espíritu llega a ser el creyente partícipe de
la naturaleza divina. Cristo ha dado su espíritu coito poder divino para vencer
las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su propio
carácter en su iglesia” Deseado de Todas las Gentes, 625.
III. COMO REALIZA EL ESPJRVIU
SU OBRA DE TRANSFORMACION
A. Influencia
del Espíritu Sobre la Mente 1
COr. 2:13-16
- El Espíritu
“mora en nosotros” en la medida en que nuestra mente se abre a su influencia:
“El Espíritu obra en
nosotros al traer a nuestra mente, en forma vívida y constante, las preciosas
verdades del plan de redención
El Espíritu ilumina nuestras
tinieblas, informa nuestra ignorancia, y nos ayuda en nuestras múltiples
necesidades. Pero la mente debe estar constantemente dirigida hacia Dios. Si se
da lugar a la mundanalidad; si no tenenos deseos de orar ni de comulgar con
Aquel que es la fuente de sabiduría y fortaleza, el Espíritu no morará en
nosotros” Review and herald, Mayo 19, 1904.
B.. La Palabra de Dios. hablada y escrita, es el
instrumento para la
transformación. Juan 6:53-63 Juan
15:4-7
“Por medio de las
Escrituras el Espíritu Santo habla a la mente y grabe la verdad en el corazón.
~ksí expone el error y lo expalsa del alma. Por el Espíritu de verdad, obrando
por la Palabra de Dios, es cano Cristo subyuga a sí misno a sus escogidos” Deseado,
625.
C. El
rechazo o indiferencia hacia las Escrituras y
los Testinonios. cierra la puerta a la presencia
del Espíritu Santo HebreoS
4:12
“Los testimonios del Espiritu de Dios son dados
para dirigir a los hombres a su palabra que ha sido denculada.Hahora bien ,mensajes no son
atendidos, el Espíritu Santo queda excluido del alma.
¿Qué otros medios tiene Dios en
reserva para enseñar a los que yerran y mostrarles su verdadera condición? Mensajes
Se1eçtos, 1, 52
CONCLUSION
-
La
obra del Espíritu es esencial para nuestra redención.
EL MAGISTERIO DEL ESPIRITU SANTO
INTRODUCCION
1. De acuerdo a la promesa de Cristo, el
Espíritu ejercería el “magisterio”, enseñando y recordando a los creyentes
“todas las cosas
2. Una comprensión clara de la forma en que el
Espíritu Santo ejerce su magisterio, nos permitirá recibir sus beneficios, y
evitar involucrarnos con el error.
EL MAGISTERIO DEL FSPIRITlJ
A LOS AFOS’IOLES Y PROFETAS
A. Un sermon destinado, en orimera instancia,
a los futuros profetas. y en segunda instancia a todos los creyentes.
- Claramente Cristo estaba dando instrucciones
específicas al grupo de discípulos acerca de la
obra del Espíritu atraves
del don de profecía.
- “Os recordará todo lo que yo os he dicho” Juan 14:26
- “Os hará saber
las cosas que habrán de venir” Juan 16:13
B.
El
Espíritu Santo cumplió una labor especial con los apóstoles.
revelándoles su voluntad y planes.
—En
ocasiones, dándoles una visión para corregir sus propios puntos de vista doctrinales.
Hechos 10.11
—En
otras ocasiones, dándoles informaciones que no podían obtener de otra manera.
1 Cor. 2:10—13
C.
La
palabra inspirada de
los profetas y apóstoles se distingue
claramente
de otros predicadores o evangelistas.
2 Pedro
1:2 ‘3:
EL
MAGISTERIO DEL ESPIRITU A LOS CREYENTES EN GENERAL
A. Sus
escritos inspirados_son el vehículo utilizado por el
Espiritu para revelar su voluntad a los creyentes.
Efesios 1:17—19
— Aun así, la presencia del Espíritu es
imprescindible para
entender la Palabra
“La circunstancia de
haber revelado Dios su voluntad a los hombres por su Palabra, no anuló la
necesidad que tienen ellos de la continua presencia y dirección del Espíritu
Santo. Por el contrario, el Salvador prometió que el Espíritu facilitaría a sus
siervos la inteligencia de su Palabra; que iluminaría y daría aplicacion a sus
enseñanzas
Que e]. ministerio del
Espíritu divino iluminara el entendimiento y revelara a la mente las cosas
profundas de la santa Palabra de Dios, tal era la bendición que San Pablo pedía
para la iglesia de Efeso” Conflicto
de los sjgj,os, Introducción.
“Deberíamos comprender
que a menos que seamos enseñados por el Espíritu, no podrencs comprender
correctamente la Biblia, porque es un libro sellado, aun para los entendidos y
sabios en su propio concepto” Review and Herald Junio 4, 1889.
B.
La
iluminación del Espíritu no es dada aparte de la
Palabra esçrita
“El Espíritu Santo
siempre dirige a la Palabra escrita, y llama la atención a su gran norma noral
de justicia. . . Algunos que dicen ser creyentes se han separado de la Palabra
de Dios. Han descuidado la Biblia, la maravillosa guía examinadora de todas las
ideas, y declaran que son enseñados directamente por el Espíritu, con lo cual
la investigación de las Escrituras se toma innecesaria. las tales están
escuchando los sofismas de Satanás; porque el Espíritu y la Palabra siempre
están de acuerdo” Manuscript Releases, XIV, 71.
C. Impreciones e impulsos no son una quía segura.
“Muchos cargos se han
levantado contra la obra del Espíritu Santo por los errores de una clase de
personas que, pretendiendo ser iluminadas por éste, aseguran no tener más
necesidad de ser guiadas por la Palabra de Dios. En realidad están dominadas
por impresiones que consideran cono voz de Dios en el alma. Pero el espíritu
que las dirige no es el Espíritu de Dios. El principio que induce a abandonarse
a impresiones y descuidar las Santas Escrituras, sólo puede conducir a la
confusión, el engafr, y la ruina. Sólo sirve para fomentar los designios del
maligno” onflicto, Introducción.
D. Tampoco
son sequras las enociones y sentimientos.
“la santificación no es
el vuelo feliz de un sentimiento, ni el trabajo de un instante, sino la obra de
toda la vida . . . Si la bendición recibida por aquellos que dicen haber sido
santificados, los lleva a confiar en alguna emoción particular, y declaran que
no necesitan investigar las Escrituras para conocer la voluntad de Dios,
entonces la bendición se ha tornado en engaño, porque lleva a sus poseedores a
dar valor a sus emtuciones y sentimientos no santificados, y a cerrar sus oídos
a la voz de Dios en su Palabra” Sings of the times Febrero 28, 1895.
E. El
lugar de los sueños y visiones
- Aunque los
sueños y visiones del Espíritu son principalmente usados con los profetas,
también otros individuos los han recibido.
Hechos 10:1—5
Sin embargo, todo sueño religioso debe ser
confrontado con la revelación escrita. La razón es
que el enemigo también
puede intentar confundir a través de manifestaciones especiales.
“No es asunto de poca
importancia sustituir la voluntad revelada de Dios con opiniones y
declaraciones, sueños, símbolos y figuras procedentes de seres humanos finitos
. . . Aquellos a quienes Dios ha elegido para que sean ministros suyos deben
afirmarse sólidamente en su Palabra, y dejar que su Palabra sea su autoridad” Mensaies
Selectos, II, 105,106.
“Aparecerán muchas cosas
con la intención de engañarnos, cosas que tendrán apariencia de verdad . . .
Habrá mensajes falsificados que tendrán su origen en personas radicadas en
diversos lugares. Se levantará una persona tras otra pretendiendo ser inspirada
.
Andenos, pues, con cuidado, y no
abranos de par en par la puerta al enemigo para que entre mediante impresiones,
sueños y visiones. Dios nos ayude a mirar con fe a Jesús, y a ser guiados por
las palabras que El ha hablado” Mensajes Selectos, III, 461,462.
CONCLUSION
-
El
magisterio del Espíritu a los creyentes, se produce básicamente a través de la
Palabra revelada de Dios, tanto en forma hablada (predicación) como escrita
(los escritos inspirados).
EL LIDERAZGO DEL ESPIRITU SANTO
1NTRODUCCION
1. La promesa de Cristo acerca del Espíritu
Santo incluyó el liderazgo del Espíritu para guiar a la Iglesia “a toda verdad”
Juan 16:13
2. Tanto la Iglesia Apostólica cono el
Movimiento Adventista, necesitaron el liderazgo del Espíritu para llegar al
conocimiento de la verdad, y evitar la introducción del error.
1. lA
IGLESIA APOSTOLICA GUIADA “A TODA
VERDAD”
A.
Ideas
teolóqicas preconcebidas. renovidas por la accion del Espíritu.
— La idea de que
la salvación era exclusiva para Israel era
una inportante barrera teológica para la obra misionera.
- San Pedro recibe una
visión Hechos10.11
- San Pablo recibe una revelación Efesios 3:3-6
B.La
Palabra profética utilizada por el Espíritu para evitar la introducción
de
doctrinas erroneas y heréticas.
- La Palabra profética es “más segura” 2
Pedro 1:19-2:2
- La
palabra de los profetas y apóstoles
cono fundamento de la fe Efesios
2:20; 4:11-15
B. El testinonio del Espíritu para alertar a los
creyentes de futuros
intentos de introducir errores doctrinales.
- Se
predicen apostasías cono resultado del
intento satánica de confundir 1 Timoteo 4:1
II. EL MOVIMIENTO ADVENTISTA
GUIADA “A TODA VERDAD”
A.
Ideas
teológicas preconcebidas. Removida por la acción del Espíritu
Santo a través del don profético:
- También
los Adventistas tenían una berrera teológica
para la obra misionera, que necesitaba ser removida:
la doctrina de “La puerta cerrada”
- Provenía de los
predicadores milleritas:
“Nosotros henos hecho
nuestra tarea de anonestar a los pecadores, y tratar de despertar a una Iglesia
indiferente. Dios en su providencia ha cerrado la puerta, y nosotros sólo
podemos animarnos unos a otros a ser pacientes y diligentes a fin de hacer
nuestro llamado y nuestra elección seguras” Guillerno Miller, Toe Advent
Herald, Diciembre 11, 1844.
- El profeta como
en el caso de Pedro y Pablo también creía en este concepto teológica:
“Junto con mis hermanos y
hermanas, después del tiempo pasado en 1844, yo creía firmemente que no se
convertirían más pecadores. Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve
junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces
cerrada para siempre para el mundo” Mensaies Selectos, 1, 71,84.
- En 1849, una
visión aclaró a la mensajera elegida, que la puerta cerrada no tenía que ver
con el fin de la gracia, sino con el santuario celestial.
Primeros Escritos, p. 42.
- Los creyentes
aceptan finalmente el consejo inspirado
y comienzan a compartir su f e:
“El trabajo no está
confinado solamente a aquellos que han tenido una experiencia en el novimiento
adventista pasado. Una gran proporción de aquellos que están compartiendo las
bendiciones de asistir a las reuniones de la verdad presente, no estuvieron
conectados con la causa adventista en 1844” Jaime White, Review and Herald,
Mayo 6, 1852.
B.El don profético utilizado por el espiritu
para evitar la
introducción de doctrinas
erroneas.
“Henos de afirmarnos en
la fe, en la luz de la verdad que nos fue dada en nuestra primera experiencia.
En aquel tiempo se nos presentaba
un error tras otro; ministros y
doctores traían nuevas doctrinas.
Solíamos escudriñar las
Escrituras con mucha oración, y el Espíritu Santo revelaba la verdad a nuestra
mente. A veces dedicábanos noches enteras a escudriñar las Escrituras y a
solicitar fervorosamente la dirección de Dios” Obreros Evapgelicos, 317.
“En ese tiempo había
fanatisno entre algunos de los que habían creído el primer mensaje. Albergaban
grandes errores de doctrina y práctica, y algunos estaban dispuestos a condenar
a todos los que no
aceptasen sus opiniones. Dios me
reveló esos errores en visión, y me mandó a sus hijos que erraban para
declarárselos; pero al cumplir este deber, encontré acerba oposición y oprobio”
Joyas de los Testinonio, II, 271.
C.Mensajes
inspirados para alertar a los creyentes acerca de los problemas
con la
introduccion de doctrinas erroneas.
“Habrá quienes una vez
estuvieron unidos con nosotros en la fe,
que buscarán nuevas y extrañas
doctrinas, algo extraordinario y sensacional que presentar a la gente. Introducirán
todos los sofismas imaginables y los presentarán cono provenientes de la Sra.
de white”
Mensales Selectos, 1, 46,47.
111. EL CREYENTE EN PARTICULAR
GUIADO A LA VERDAD
A. Tres
formas en las que el Señor nos guia
“Hay tres caminos en 1 os
que el señor nos revela su voluntad, nos guía, y nos capacita para guiar a
otros. . . [1] Dios nos revela su voluntad en su Palabra, las Santas
Escrituras. [21 Su voz también se revela a través de sus obras providenciales,
a las que podrenos reconocer si no separanos de El nuestras almas, andando en
nuestros propios caminos y actuando de acuerdo con nuestra propia voluntad.
[3] Otra forma en que se escucha
la voz de Dios, es a través de las apelaciones de su Santo Espíritu, que impresiona
nuestros corazones y obra en el carácter. Si tenenos dudas sobre cualquier
aspecto, primero debenos consultar las Escrituras” Test _____ V, 512.
CONCLUSION
1. El Espíritu Santo cumplió su labor de
liderazgo y guía, a través del don profético. Profetas y apóstoles fueron
muchas veces corregidos primero por el Espíritu, para estar en condiciones de
corregir el rumbo de la Iqlesia.