viernes, 8 de octubre de 2010

GUILLERMO MILLER: el Hombre Detrás de la HISTORIA de 1844


Es el 22 de octubre de 1994. Miles de adoradores de todas partes de los Estados Unidos se congregaron en la hacienda de Low Hampton, en Nueva York. Habían venido no sólo a adorar, sino también a conmemorar un acontecimiento religioso que ocurrió hace 150 años; a recordar la época cuando los "fieles" habían vendido sus tierras, enmendado sus errores y reunido en Low Hampton para esperar la segunda venida de Cristo. Habían venido a renovar su compromiso con una visión, porque "la visión tardará aún por un tiempo... aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá" (Habacuc 2:3). 

Vinieron a recordar a Guillermo Miller, el hombre detrás de la historia de 1844.
Añadir leyenda
Guillermo Miller nació el 15 de febrero de 1782 en Pittsfield, Massachusetts, en la región noreste de los Estados Unidos. Su padre había luchado en la guerra de la revolución norteamericana. Aun cuando no hizo una profesión pública de religión, había puesto a disposición de los vecinos su casa para la adoración y predicación. Su madre, Paulina Phelps, hija de un pastor bautista, trajo al hogar una rica herencia religiosa.
La vida del joven Guillermo corre paralela al período temprano de la historia norteamericana y al mismo tiempo la refleja. Fue el mayor de los 16 niños y "la suya fue una historia de pobreza, un ansia inusual por aprender a leer, la necesidad de la diligencia en la actividad agropecuaria para asegurar la supervivencia"1. Su herencia fue un orgullo de patriotismo y religión, del ideal de progreso yanqui. Su época, como su vida, estuvo llena de "aplastantes incertidumbres y acuciantes cambios".2
Forjando su vida
Cuando Guillermo tenía apenas cuatro años, sus padres se mudaron a un campo de 100 acres, "un desierto casi deshabitado"3 en Low Hampton, en el noreste de Nueva York. El pago anual de la hipoteca ascendía a alrededor de 20 barriles de trigo. Había sólo seis casas esparcidas en la región. En este asentamiento, donde merodeaban animales salvajes, se derribaban árboles para construir caminos y se abrían claros en la espesura, los Miller vivieron controlando la naturaleza por medio de la agricultura. Era una vida ruda que hacía necesario que el pequeño Guillermo ayudara en el campo. La educación se limitaba a tres meses de escuela durante el invierno, cuando había pasado la cosecha. Entre los 9 y los 14 años, Miller asistió a la escuela local. Durante los largos meses de invierno, la mamá Miller le enseñaba a leer a Guillermo. Y él se tornó en un ávido lector, sediento de conocimiento. El único material disponible era la Biblia, el himnario y el libro de oraciones. Cuando pasó la edad escolar, continuó aprendiendo por sí mismo. 

Los candiles constituían un lujo, de modo que Guillermo aprendió a conseguir luz de los pinos para leer. Una noche, cuando permaneció leyendo hasta tarde, su padre se despertó y al ver la luz llameante pensó que la casa se estaba incendiando. Al encontrar a Guillermo leyendo, lo envió rápidamente a la cama. Pronto el voraz lector se dio cuenta que la comunidad era un buen recurso de material de lectura. Algunos le prestaban libros, otros se los concedían a su pedido.4
En su adolescencia Guillermo comenzó a mantener un libro diario. Una anotación fechada el 10 de julio de 1791 lleva el siguiente encabezamiento: "La historia de mi vida" y tiene la siguiente declaración: "Desde pequeño fui educado y enseñado a orar al Señor". Su vida temprana fue similar a la de la mayoría de los muchachos de esos días. Sin embargo, Guillermo anhelaba algo más. Incluso trató de obtener alguna ayuda de un generoso médico local para continuar estudiando. Sus sueños no se pudieron convertir en realidad, pero hizo lo mejor que pudo como autodidacta. Aprendió a usar bien las palabras y se convirtió en el "escriba general" entre los jóvenes. Si alguien quería que se redactara una carta o una poesía,   recurrían a Guillermo.5 La familia se mudó de nuevo a Pultney, en el estado de Vermont. Allí conoció a Lucy Smith y se casó con ella en 1803. Se unió a la fraternidad masónica y llegó a la orden más alta. Seis años después de su casamiento fue sheriff y también sirvió a la comunidad como juez de paz. Su interés primordial no era la agricultura, aunque trataba todavía de parecerlo. Por supuesto, sus escritos y lecturas continuaban. Leía las obras de escritores deístas, su historia y filosofía,   que obtenía en la biblioteca pública. Escribía cartas, notas, editoriales en periódicos y poemas patrióticos, uno de los cuales fue usado por su comunidad para las celebraciones de la independencia. Pareciera   que su trasfondo patriótico y los distinguidos ejemplos de su padre y de su abuelo en las guerras previas hicieron que Miller dejara un trabajo seguro en su vecindario y se ofreciera en 1810 como voluntario en el servicio militar. Peleó en 1812 en la guerra norteamericana contra el ejército británico, y en la batalla de Plattsburgh, vio a los norteamericanos, desventajados en número, aplastar a los británicos, por lejos superiores. Este incidente constituyó un punto de giro en la vida de Miller.
Un deísta insatisfecho 

Aunque Guillermo había abrazado el deísmo, no estaba totalmente satisfecho. Le perturbaba   el postulado deísta según el cual la naturaleza humana era básicamente buena y honesta; sus lecturas y la observación mostraban justamente lo opuesto.6 La batalla de Plattsburgh desarmó su creencia en el deísmo. Hizo un recuento del incidente: "Muchas circunstancias convirgieron en debilitar mi confianza en la corrección de los principios deístas... Estaba particularmente impresionado con esto... cuando estaba en la batalla de Plattsburgh, cuando 1.500 regulares y 4.000 voluntarios derrotábamos a los británicos, que eran 15.000 fuertes... Un resultado tan sorprendente en condiciones tan desparejas, me pareció más bien como el trabajo de una potencia más poderosa que el hombre".7
El resultado de la batalla le hizo desafiar otro credo deísta, según el cual Dios no interfiere en los asuntos humanos. Además, durante la guerra de 1812 Miller perdió a una hermana y a su padre, en rápida sucesión, poniéndolo cara a cara con la muerte y su propia mortalidad. Esos eventos lo indujeron a retornar a la herencia religiosa de su juventud, a la que se había opuesto. Miller, como muchos de su época, estaba interesado en reformar la sociedad. Estaba involucrado en la temperancia y otras reformas. Guillermo Garrison (1805-1879), un periodista norteamericano famoso por sus denuncias en contra de la esclavitud, describió a Miller como un franco amigo de la causa de la temperancia, la abolición, la reforma moral y la paz. Parecía estar en favor de tratar bien a todos los seres humanos, aunque no hay evidencias de que haya estado directamente comprometido con algún movimiento en contra de la esclavitud. 

Aun cuando estaba en el ejército, Miller continuó haciendo todas las cosas que amaba. Escribía a menudo a su esposa y se preocupaba extremadamente cuando no recibía regularmente cartas de ella. Se mantenía alejado de los vicios, tan comunes en la vida militar, y era altamente respetado. Cuando retornó del ejército en 1815, tuvo que atender negocios de la familia. Su padre había muerto dejando una hipoteca en la propiedad de Low Hampton. Levantó la hipoteca y permitió a su madre seguir viviendo en la casa. Entonces compró un campo a menos de un kilómetro de allí y mudó a su familia de Vermont a Low Hampton. Construyó una casa del estilo de la Nueva Inglaterra de entonces, "blanca, con persianas verdes y roja en el lado de atrás".
Una vez más Miller se volvió un participante activo en la comunidad. Cerca de su casa había un hermoso bosque que había sido escogido para la fiesta del Día de la Independencia, el 4 de julio de 1816. Su generosidad de espíritu también lo llevó a abrir su casa al ministro, su tío Eliseo Miller, de la iglesia cercana. Como lo habían hecho sus padres, su hogar estaba abierto a los predicadores de varias denominaciones que llegaban de visita. Encontraban alimento allí y, para el deleite de sus amigos y el horror de la familia, Miller se burlaba de la fe de ellos.8 

Aunque no estaba totalmente entregado al cristianismo, asistía a la iglesia cuando estaba el ministro. Cuando el pastor se iba del pueblo y el sermón era leído por el diácono, Miller sentía que "no era edificado por la manera en que leían los diáconos" y se ausentaba. Su madre, buena y astuta, notaba su ausencia y, al enterarse del motivo, hizo arreglos para que él leyera cuando el ministro estuviera ausente. Esas lecturas deben haber influido imperceptiblemente en el pensamiento de Miller.
Un cambio crucial
Dos acontecimientos ocurridos en 1816 lo llevaron a un punto crucial de su vida. El 11 de septiembre él sus amigos estaban muy entusiasmados con un baile que se realizaría como evento principal en celebración de la batalla de Plattsburgh. Como parte de las celebraciones, el Dr. B. predicó unas pocas noches antes que el baile tuviera lugar. De acuerdo con Bliss, el efecto del sermón fue evidente: "Al regreso, la señora M(iller), que había permanecido en casa, observó un asombroso cambio en su comportamiento.   Su espíritu festivo había desaparecido y todos estaban profundamente pensativos y sin deseos de conversar... Estaban totalmente incapacitados para desempeñar cualquier parte en los arreglos festivos... En ese vecindario hubo reuniones de oración y alabanza en vez de frivolidad y baile".9
El siguiente domingo Guillermo Miller fue llamado otra vez a leer el sermón que habían seleccionado los diáconos. Tan pronto como comenzó a leer el discurso sobre la "Importancia de los deberes de los padres", le sobrevino una profunda emoción y tuvo que dejar de leer. Parece que su lucha con los conceptos deístas finalizó en este punto, según lo refirió más tarde: 

"Repentinamente el carácter de un Salvador impresionó vívidamente mi mente. Parecía que debía haber un Ser tan bueno y compasivo al punto de presentarse a sí mismo como expiación por nuestras transgresiones y por lo tanto salvarnos de sufrir la penalidad del pecado... Pero surgió la pregunta: ¿Cómo se puede probar que tal Ser existe?"10
Esto fue el comienzo de la experiencia de conversión de Miller. Guillermo Miller, el deísta, el burlón, se volvió cristiano. Inmediatamente comenzó un culto familiar y abrió su casa para reuniones de oración. Así como había sido un soldado devoto y leal por su país, ahora se convirtió en un soldado por su Salvador. Sus amigos consideraron su conversión como una enorme pérdida, pero Miller tomó la determinación de conducirse a sí mismo como un valioso ejemplo de cristiano. Como crítico del cristianismo conocía todas las críticas; ahora usaba todos sus poderes racionales para contestar las mismas preguntas que se había formulado previamente.11
Y comenzó su búsqueda con la Biblia. Renunció a todas sus presuposiciones y decidió permitir que las Escrituras hablaran por sí mismas. A partir de su profundo e intenso estudio, desarrolló las siguientes ideas: la Biblia es su propio intérprete; algunas partes de la Biblia, tales como las profecías, son simbólicas; los libros de Daniel y Apocalipsis predicen el retorno literal de Cristo, que podría ocurrir pronto, dentro de los siguientes 25 años.12
Mientras realizaba sus investiga-ciones, Miller continuó como agricultor, sirviendo como juez de paz y asistiendo fielmente a la iglesia. Aparte era padre de ocho hijos--seis varones y dos mujeres--. Un hijo y una hija murieron mientras eran bebés y otro a los cuatro años. Con todo, Miller encontraba tiempo para estudiar la Biblia, impulsado por una sed de la verdad. Luego de dos años de intenso estudio les habló a sus amigos y vecinos acerca del pronto retorno de Cristo, pero encontró poco entusiasmo y aceptación. Muy poco tiempo después Low Hampton pasó por una ola de reavivamiento y Miller se sintió culpable de no haber compartido lo que él consideraba como la verdad más importante del momento. Aunque sentía que Dios lo estaba llamando a predicar, se resistía. 

Un trato con Dios
Finalmente, le hizo una promesa a Dios. En agosto de 1831 decidió que si se le pedía que predicara, esto sería una señal de que Dios quería esparcir la verdad que él había encontrado. A la media hora de haber tomado la decisión recibió una invitación para hablar en un pueblo vecino.13 De allí en adelante, fue de pueblo en pueblo usando el estilo de predicación de reavivamiento. Su mensaje se centraba en la entrega a Cristo y en su pronto retorno. Por medio del tratamiento lógico del tema basado en la Biblia, su ferviente sinceridad y su poderoso mensaje, ganó muchos conversos y seguidores.
Con todo, la mayoría de los ministros de cultos de esa época no siguieron a Miller y comenzaron en verdad a oponerse a su predicación. Sin embargo, Miller revitalizó la evangelización del momento.14 El principal método que usaban Miller y sus asociados para llevar el mensaje no era diferente de los de otros reavivamientos evangélicos. Sin embargo, estaba en una posición contraria al punto de vista popular de sus días cuando predicaba que Jesús vendría antes de la iniciación del milenio.15 Podría haber permanecido como un oscuro predicador viajando por los senderos de Nueva Inglaterra si no fuera por la determinación de un ministro y editor, Josué V. Himes, para llevar el mensaje millerita a Boston y otras ciudades. De este modo el mensaje y el mensajero se volvieron más visibles, en la medida en que los periódicos locales se referían a sus reuniones. Además, Himes le suplía de afiches, posters y otros medios de publicidad e imprimía y distribuía folletos, panfletos y otros materiales impresos.
Hacia 1834, las invitaciones a predicar vinieron con tal frecuencia y rapidez que Miller se convirtió en un predicador de tiempo completo. Un año antes la iglesia bautista local le había conferido una licencia para predicar, pero Miller no quería favorecer una denominación por sobre otra. Lo que le interesaba era que las personas se entregaran personalmente a Cristo y estuvieran listas para su pronto retorno. Era difícil ser predicador de tiempo completo, porque no recibía un sueldo regular y en muchas ocasiones ni siquiera el pago por los gastos de viaje. Tenía dos fuentes de ingreso. Una era su granja, que ahora confiaba a sus hijos y por la cual recibía una asignación regular para cubrir sus gastos. La otra fuente eran sus ahorros. Sólo cuando su mensualidad era insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas, Miller permitía que las iglesias compartieran sus gastos.16 

El movimiento se expande
En tanto se relacionaba con Himes y otros predicadores que aceptaban su idea del pronto regreso de Cristo, Miller comenzó a publicar su mensaje a través de la página impresa. Se distribuían folletos y panfletos en número creciente. El movimiento de Miller también adoptó el tipo metodista de reuniones campestres, el primero de los cuales tuvo lugar en Boston en mayo de 1842. Como resultado, el movimiento continuó expandiéndose, atrayendo a miles.
El mensaje original de Miller incluía un elemento de tiempo, pero él no estaba interesado en establecer una fecha particular. Creía que Jesús retornaría, de acuerdo con sus cálculos, en algún momento en torno de 1843. Entonces, finalmente, coincidió con la fecha del 22 de octubre de 1844. Junto con miles de seguidores, experimentó un amargo chasco cuando Cristo no retornó, como se esperaba. El día siguiente, escribió:
"Pasó. Y el siguiente día parecía como que todos los demonios desde el foso sin fondo fueran desatados sobre nosotros. Los mismos y muchos más que lloraban por misericordia dos días antes, estaban ahora mezclados con la turba y la mofa, ridiculizando y amenazando del modo más blasfemo".17
Pero Miller nunca cedió en su convicción del pronto retorno de Cristo. El 10 de noviembre de 1844 escribió a Himes: "He fijado mi mente sobre otro tiempo, y con esto quiero decir que permaneceré firme hasta que Dios me dé más luz, y ese tiempo es hoy, hoy y hoy hasta que él venga".18 Miller continuó predicando y animando a otros con la esperanza cristiana, aunque tenía que hacer frente a personas insatisfechas y a la crítica. 

En enero de 1848 perdió la vista, lo cual no le impidió mirar hacia adelante, a la venida de Cristo. Ese mismo año había construido una pequeña capilla, cerca de su casa, donde los creyentes adventistas fieles podían adorar. En la capilla están inscriptas las siguientes palabras citadas de la Biblia: "La visión tardará aún por un tiempo... aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá".19 Esta fue su posición sobre la segunda venida de Cristo hasta su muerte, a los 67 años, el 20 de diciembre de 1849. 

Las ideas de Miller sobre la profecía bíblica y el retorno inminente de Jesús pueden ser comprendidas mejor en el contexto de un movimiento religioso amplio que emergió en forma concurrente en Europa y en las Américas durante la primera parte del siglo XIX. Una vez apagado el reavivamiento millerita, muchas de esas ideas se consolidaron en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que continúa predicando el inminente retorno de Jesús pero sin fijar una fecha específica.21

Joan Francis (Ph.D., Carnegie-Mellon University), es oriunda de Barbados y enseña historia en el Atlantic Union College, en South Lancaster, Massachusetts, Estados Unidos. 

Notas y referencias
   1. Ronald L. Numbers y Jonathan M. Butler, eds., The Disappointed: Millerism and Millenarianism in the Nineteenth Century (Indianápolis: Indiana University Press, 1987), p. 17.
   2. Marvin Meyers, citado por Numbers, p. 17.
   3. Sylvester Bliss, Memoirs of William Miller (Boston: Joshua V. Himes, 1853), p. 7.
   4. Ibíd.
   5. Ibíd.
   6. Id., pp. 32-33. Ver también George R. Knight, Millennial Fever and the End of the World (Boise, Idaho: Pacific Press, 1993), pp. 28-31.
   7. Bliss, pp. 52, 53.
   8. Id., p. 64.
   9. Id., p. 66.
10. Id., pp. 66, 67.
11. Id., pp. 67, 68.
12. Ver Bliss, capítulos 6-8 para detalles de su conversión y método de estudio de la Biblia.
13. Bliss, pp. 97-99.
14. Ruth Alden Doan, "Millerism and Evangelical Culture" en Numbers, p. 121.
15. Knight, pp. 54-55.
16. Id., pp. 57-59.
17. Carta manuscrita, 3 de diciembre de 1844, citada por Paul A. Gordon, Herald of the Midnight Cry: William Miller and the 1844 Movement (Boise, Idaho: Pacific Press, 1990), p. 103.
18. Gordon, p. 107.
19. Habacuc 2:3.
20. Ver, por ejemplo, Leroy Edwin Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, 4 t. (Washington, D.C.: Review and Herald, 1950-1954). Ver también "Manuel Lacunza: La Conexión Adventista", Diálogo 6:1 (1994), pp. 12-15 y "Francisco Ramos Mexía: ¿El Primer Adventista Moderno?" Diálogo 6:2 (1994), pp. 13-15.
21. Las declaraciones de Cristo sobre el particular son claras; ver, por ejemplo, Mateo 24:36, 42, 50; 25:13; Marcos 13:32; Hechos 1:6, 7. De acuerdo con Gordon (Herald..., pp. 119-120), Langdon, uno de los ocho hijos de Miller, se unió a los creyentes adventistas del séptimo día.

¿Dónde se encuentra el INFIERNO?


Una amiga cristiana discutió conmigo el tema del infierno. Está convencida de su existencia y tiene mucho temor de un castigo de fuego eterno por sus pecados. ¿Qué dice la Biblia al respecto?
A lo largo de los siglos, los cristianos han predicado acerca de un infierno ardiente y eterno, y algunos han imaginado descripciones horribles de personas que sufren dolores tremendos sin que misericordiosamente se les otorgue la posibilidad de morir. El resultado fue que algunas personas se aterrorizaron y siguieron a Dios por temor, mientras que otras se apartaron por completo de Él. ¿Qué dice en realidad la Biblia acerca del infierno?

En primer lugar, la Escritura sí habla del infierno. Pero al interpretar la Biblia, no debemos incluir nuestras propias ideas o sesgo cultural. Tenemos que ver la Escritura en sus propios términos. Cuando Jesús habló del infierno, se refería al castigo para los pecadores impenitentes, un castigo que culminará con el fuego y la destrucción eternas (Juan 3:16; Mateo 7:13, 14; 25:31, 32, 41). Destrucción/fuego eterno es un evento futuro conectado con la segunda venida de Cristo. Por lo tanto, el “infierno” aún está en el futuro.
En segundo lugar, los traductores de la Biblia han traducido “infierno” a partir de términos que en realidad tienen otros significados.

La palabra hebrea seol y el término griego hades se refieren al lugar de los muertos que están en la tumba. Jacob esperaba descender a José hasta el seol sepulcro (Génesis 37:35). No esperaba que su hijo piadoso estuviera en el infierno y acompañarlo allí. Dios hace descender al seol sepulcro y hace subir de allí (1 Samuel 2:6). Esto no concuerda con la comprensión cristiana del infierno. En el seol sepulcro no hay trabajo, ni planes ni sabiduría (Eclesiastés 9:10). No hay fuego ni tormento. Allí están los justos y los injustos. En el hades hay deterioro. Jesús fue la excepción (Hechos 2:27, 31). El seol y el hades son el lugar de los muertos, pero no el infierno.
En 2 Pedro 2:4 dice “Arrojar al infierno o abismo”(tártaro). Esta es la habitación de los ángeles caídos pero no es el lugar de los muertos o un infierno donde se arroja a la gente después de muerta.
El gehenna es el infierno al que se refirió Cristo. Es el lugar del castigo futuro de los impíos. Se asocia con el fuego (Marcos 9:43). Este fuego se da al fin del tiempo como el juicio divino contra el pecado, los pecadores y Satanás (Mateo 25:41). Hasta entonces, las personas “duermen” en sus tumbas. Apocalipsis 20:9, 10 y 15 habla del lago de fuego donde se consumen los impíos después del milenio. Como el gehenna es asociado con el fuego y está en el futuro, asociado con el juicio, es mejor entender el infierno en el contexto de Apocalipsis 20. A ese infierno se refirió Jesús.

En tercer lugar, ¿dura “por los siglos de los siglos” este infierno futuro? (Apocalipsis 20:10) En la Escritura, el término “para siempre/eternamente/por los siglos de los siglos” posee un significado más amplio. Puede describir (a) algo o alguien sin comienzo ni fin (en conexión con Dios); (b) algo o alguien con comienzo pero sin fin (la vida eterna de los redimidos, véase Juan 5:24; Apocalipsis 21:3, 4); y (c) algo o alguien con comienzo y fin con el sentido de “por algún tiempo” (Éxodo 21:5, 6; Jonás 1:17; 2:6). En conexión con el infierno, “para siempre” debe entenderse según la tercera acepción. ¿Por qué? Aunque los impíos sufren el “infierno” durante un tiempo limitado solamente, los resultados son eternos. El fuego los devora (Apocalipsis 20:9). Esta es la muerte segunda (Apocalipsis 20:14, 15). El fuego que nunca se apaga de Mateo 3:12 no puede extinguirse hasta que su obra sea hecha y todo se consuma (Mateo 13:40-42; Jeremías 17:27).
Por último, la vida eterna está disponible solamente para los que son de Cristo. No es otorgada a los que lo rechazaron. Satanás también será destruido y eliminado por completo en el fuego del infierno (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10).

Así es que la Escritura habla del infierno, pero el infierno es futuro y limitado en el tiempo. Dios no es tirano. Por el contrario, es un Dios de amor y justicia y en su reino ya no habrá muerte, llanto, clamor ni dolor (Apocalipsis 21:3, 4).

Ekkehardt Mueller (Th.D., D.Min., Andrews University) es director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General, en Silver Spring, Maryland, EE.UU. Su dirección electrónica: muellere@gc.adventist.org.

¿Dónde está el TERCER MUNDO?

Me gustaría conocer el origen de la expresión “Tercer Mundo”. Se la lee y escucha con frecuencia en la prensa, la radio y la televisión. Los adventistas también la utilizan. ¿Cuál es su verdadero significado?

La expresión “Tercer Mundo” (Tiers Monde) fue acuñada por el demógrafo francés Alfred Sauvy en 1952 para referirse a las naciones jóvenes de Asia y Africa que comenzaban a independizarse de las potencias coloniales europeas al terminar la segunda guerra mundial. Sauvy vio en las aspiraciones de estos nuevos países algunas semejanzas con el “tercer estado” de la Francia pre-revolucionaria, que en la asamblea nacional representaba al pueblo en contraste con los dos grupos minoritarios y privilegiados que integraban los clérigos y la nobleza.

Después de obtener la independencia, varias de estas nuevas naciones africanas y asiáticas asumieron una postura política neutral frente al “primer mundo” de los países industrializados con economía de mercado y al “segundo mundo” compuesto de naciones comunistas con economías controladas por el gobierno. Así el significado de la expresión “tercer mundo” fue pasando de la política a la economía. Estos países jóvenes tenían dificultades para proveer alimento, vivienda, ropa y educación a sus ciudadanos, exportaban principalmente productos básicos y luchaban contra la pobreza, el clima, los conflictos internos y los efectos negativos del régimen colonial anterior.
Cuando los investigadores y periodistas popularizaron la expresión durante las décadas de los 1960 y 1970 ocurrió un nuevo desplazamiento en su significado. “Tercer Mundo” fue el término genérico que se aplicó a los países no caucásicos cuyas dificultades socioeconómicas los situaban en la categoría más baja entre las naciones del mundo. Fue así como la América Latina quedó también incluida en este grupo. Por detrás de la dicotomía entre el rico primer mundo y el pobre tercer mundo era posible detectar sentimientos de superioridad nacionalista y racial.

Sin embargo, los diversos ritmos de industrialización que comenzaron a experimentar los países del “tercer mundo” y la creciente prosperidad que caracterizó a algunos de ellos por causa de la exportación de petróleo durante la década de 1980 continuó restándole precisión al término. En efecto, ¿son tanto Singapur como las Filipinas países del “tercer mundo”? ¿Y qué se puede decir de Sudáfrica y Mozambique, Haití y Vene-zuela?
En años recientes el colapso y la fragmentación de la Unión Soviética y el consiguiente movimiento hacia gobiernos democráticos y la economía de mercado que han venido experimentando la mayoría de las naciones comunistas han hecho que el concepto de “segundo mundo” perdiera su significado. Además en la actualidad hay tantas diferencias económicas y regionales dentro de cada país como las que existen entre los países de los así llamados “primer mundo” y el “tercer mundo” Por otra parte, el analfabetismo, las altas tasas de mortalidad infantil, el número de desamparados, las ciudades en decadencia y las cuantiosas deudas nacionales ya no son características exclusivas de las naciones del “tercer mundo”.

Muchos de los que están bien informados acerca del panorama mundial han dejado de usar esta expresión debido a su falta de precisión. Los cristianos en particular deberíamos rechazar los términos que clasifican a los pueblos y a las naciones en base a categorías puramente materialistas o que promueven sentimientos de superioridad por motivos raciales. Estas etiquetas nos vuelven insensibles a la originalidad de cada pueblo y al valor de cada individuo a la vista de Dios. En realidad existe sólo un mundo y sólo una familia humana que lo habita.

Humberto M. Rasi, Ph.D., es redactor-en-jefe de Diálogo Universitario.

Podemos Creer en los MILAGROS?

Al leer la Biblia encuentro muchas historias de milagros o de eventos que parecieran ser causados por factores que están más allá del alcance del poder humano. Como cristiano yo acepto la autenticidad de esos relatos, pero como estudiante de ciencias me parece que contrarían las leyes observables de la naturaleza. ¿Cómo puedo integrar mi fe en Dios, mi confianza en la Biblia y mi progresivo conocimiento de la ciencia? — Un lector inquisitivo
En esta declaración encuentro que hay varias suposiciones y preguntas implícitas. Las trataremos en orden. Primero, el fenómeno del milagro como un hecho mencionado en la Biblia. Desde David Strauss hasta Rudolf Bultman, los teólogos han tratado de interpretar el cristianismo sin milagros. Pero nuestro lector está en lo cierto: el registro bíblico contiene muchos eventos que son inexplicables dentro de lo que aceptamos como parte de nuestra experiencia normal. En consecuencia, no es posible aceptar la Bibla como la Palabra de Dios y negar los milagros que describe. Esto es especialmente cierto en el caso de los relatos de los Evangelios concernientes a Jesucristo.
Por ejemplo, hay veinte narraciones de milagros y varias descripciones de sanamientos en el evangelio según San Marcos, las que abarcan aproximadamente un tercio de su contenido. De manera que muy pronto el lector bíblico se ve confrontado con el fenómeno de los milagros. Algunos de ellos, como la calma de la tempestad (Marcos 4:35-41) podrían ser clasificados como “coincidencias” milagrosas y en consecuencia no serían “contrarios a las leyes observables de la naturaleza”. Sin embargo, muchos otros, como la espontánea desaparición de una lepra declarada, o el de caminar sobre un lago tormentoso erizado de olas (Marcos 1:40-45; 6:45-52) son eventos ajenos a una experiencia normal. Y no hay duda de que esos relatos provienen de actos generados por Jesús mismo. No son invenciones mitológicas póstumas originadas por la iglesia cristiana primitiva. Como lo ha demostrado Graham Twelftree, un Jesús sin milagros no es el Jesús de los Evangelios, ni el Jesús de la historia. (Ver Jesus the Miracle Worker, de Graham Twelftree, Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1999).
Segundo, ¿cómo describimos un milagro? Nuestro lector sugiere que son “eventos que parecieran ser causados por factores que están más allá del alcance del poder humano” y eventos “que contrarían las leyes observables de la naturaleza”. La palabra “ley” de esa declaración puede resultar desorientadora. Una ley natural es más bien una manera taquigráfica de describir lo que la gran masa del público ha estado observando bajo las mismas condiciones la mayor parte, si no todo el tiempo. Si nos preguntamos de dónde provienen estas coincidencias observables de la naturaleza o “las leyes”, confrontamos una alternativa: o son simplemente lo que son, o provienen de una inteligencia suprema. Nuestro lector parece aceptar la última. Pero en cuanto se acepta la realidad divina, la posibilidad de un milagro se traslada a otro plano.
Tan pronto como se considera la sabiduría de Dios como el ingrediente indispensable que da significado y racionalidad al universo y nos da mentes con las cuales discernir las leyes de la naturaleza, entonces la extraordinaria actividad de Dios en el mundo no puede ser limitada sólo a un terreno lógico o incluso empírico.
Y digo “extraordinario” en lugar de “sobrenatural” porque yo creo que Dios no sólo está presente en los eventos o acontecimientos milagrosos de los Evangelios, sino que lo está también en los acontecimientos comunes de la vida. El está tan presente cuando enterramos a nuestros muertos como cuando Jesús levantó a Lázaro de la tumba. En el caso de un milagro, es la modalidad y no el hecho de la actividad de Dios lo que resulta diferente.
Tercero, ¿cómo integramos la fe y la ciencia? Los milagros tienen que ser consistentes con el carácter y los propósitos de Dios. No son sólo maravillas o curiosidades destinadas a ser exhibidas en algún show televisivo como ¡Créase o No! ¿Por qué Dios en ocasiones revela su presencia haciendo temporariamente una excepción en el ritmo habitual de la naturaleza? Esto debe ser así porque dicho evento es consistente y acorde con el patrón de acción divino. Los milagros para el cristiano nunca son acontecimientos arbitrarios, triviales o caprichosos. Están anclados en la fe.
En los Evangelios, la fe es tanto la preparación para aceptar los milagros como el producto de los milagros realizados por Jesús. La resurrección de Jesús es, desde luego, el milagro supremo del evangelio y la base real del cristianismo. La base para creer en ellos resulta convincente, pero no es la cantidad de evidencia lo que puede convencer a aquellos que en principio asumen la imposibilidad de semejante acontecimiento. La ciencia en su mejor expresión engendra un espíritu de humildad y de investigación. La humildad ante la fe y ante la ciencia es la mejor actitud para lograr armonizar estas dos esferas del entendimiento.
Norman H. Young (Ph. D., Manchester University) enseña teología en el Avondale College, Australia. Este artículo es una versión abreviada de su ensayo The Question of Miracles, tomo I, en la serie Christian Spirituality and Science, publicada por la Avondale Academic Press. Para suscribirte, contacta al editor, Dr. Kevin de Berg; P.O. Box 19; Cooranbong, N.S.W.; Australia. E-mail: kevin.deberg@avondale.edu.au

miércoles, 6 de octubre de 2010

La FE en la Biblia


INTRODUCCIÓN.

De una manera general, fe es la adhesión de nuestra inteligencia, confianza y obediencia a la palabra de alguien. La fe sobrenatural es un don divino que inspira la adhesión de nuestra inteligencia, confianza y obediencia a la Palabra de Dios. Dicho de otro modo, la fe es nuestra confianza en Dios. Sólo confiamos en alguien a quien conocemos, por lo tanto, si no conocemos a Dios, ¿cómo vamos a tener fe (confianza) en Él?

1. Necesidad de la Fe.

1. Sin fe, ¿qué es imposible? Hebreos 11:6.

"Pero sin fe es imposible _____________ a ________; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es _______________ de los que le ________."

Si alguien se nos acerca, y de entrada nos demuestra su desconfianza (falta de fe), ¿nos agradaría a nosotros? De igual manera, si nos acercamos a Dios, de entrada hay que confiar en que existe, y que recompensa a los que le buscan.

2. ¿Cómo anda el creyente? 2 Corintios 5:7.
"Porque por _______ andamos, no por _________".

El caminar por la vida, debe basarse no sólo en lo que vemos cada día, sino en la confianza en la dirección de Dios de nuestra vida.

3. ¿Cómo vive el justo?
Romanos 1:17.

"Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por ____ y para ________, como está escrito: Mas el justo por la ______ vivirá."

Habacuc 2:4.
"He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su _______ vivirá."

Hebreos 10:38.

"Mas el justo vivirá por _______; Y si retrocediere, no agradará a mi alma."

No se trata sólo de vivir por fe el día a día. El que es Justo porque confía en que Dios le perdona los pecados, ése vivirá para siempre. De ahí la expresión: "El justo por fe, vivirá".

2. Examen de la definición de fe.


1. ¿Por quién es impartido el don de la fe?
Romanos 12:3.

"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de ______ que __________ repartió a cada uno."

Efesios 2:8.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la _____; y esto no de vosotros, pues es _______ de _________".

1 Corintios 12:8, 9.

"Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, ________ por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu".

Efectivamente, es Dios quien nos da la fe. Dicho de otro modo. Si queremos que alguien confíe en nosotros (tenga fe en nosotros), debemos ganarnos su confianza, debemos inspirar o dar confianza. De igual modo, es Dios quien nos da la confianza en Él.

2. En la fe, ¿Cómo entra en acción nuestra inteligencia? Hebreos 11:6 seg. Parte.
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios ________ que le hay, y que es galardonador de los que le buscan".

No podemos creer en algo o alguien que no existe.

3. ¿Cómo entra en acción nuestra confianza? Hebreos 11:6 tercera parte.
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es _______________ de los que le buscan."

De igual modo, no podemos tener fe en alguien que, aunque exista, no nos inspire confianza. Por ello debemos creer que Dios corresponderá a nuestra confianza o fe.

4. ¿Cómo se reveló la fe de Abraham en su obediencia? Hebreos 11:8.
"Por la fe Abraham, siendo llamado, ___________ para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba."

La obediencia demuestra la fe. Cómo saber si alguien confía en nosotros, simplemente viendo si nos hace caso cuando nos pide un consejo y se lo damos. Basta el ejemplo del niño subido a un árbol al que le da miedo luego bajarse. Si va un extraño y le dice que salte, el niño difícilmente saltará, pero si se lo pide su padre, confiará en él y se lanzará a sus brazos. De igual modo sucede con Dios. Él nos dio su Ley, no para ser salvos por obediencia, sino para nuestro bien, para no volver a caer en los mismos errores del pasado. De igual modo, Dios comprueba nuestra confianza en él a través de nuestra obediencia.

3. Objeto de la fe.


1. ¿Qué realidades constituyen el objeto de la fe? Hebreos 11:1.

"Es, pues, la fe la __________ de lo que se espera, la ____________ de lo que no se ve".

Confiar en recibir lo que no vemos, tener la seguridad de recoger lo que esperamos aún en el futuro.

2. Por la fe, ¿qué sabemos acerca de la creación del universo? Hebreos 11:3.
"Por la fe entendemos haber sido _____________ el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía."

La fe (confianza) en Dios y su Palabra, abarca el aceptar aquello que escapa a nuestra comprensión, como la Creación del universo.

3. ¿Cómo es aceptado Cristo y su salvación?
Juan 3:16, 18, 36.

"
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna... El que en él ________, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios... El que _________ en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él."

Juan 6:28, 29.

"Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que __________ en el que él ha enviado."

Efesios 2:8, 9.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la ________; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. "

Se nos pide tan sólo creer en Dios, creer que nos perdona y que nos acepta. No es cuestión de obediencia para ganarse la salvación, primero porque la deuda del pecado es tan grande que nadie puede compensar sus errores con "buenas obras". En segundo lugar, Dios nos perdona por nuestras desobediencias (el pecado), y nos pide que "no pequemos más", es decir, que no sigamos infringiendo su Ley, por nuestro bien. Sólo confiando en su palabra, en su promesa de salvación, creyendo que cumplirá lo leído antes, "será galardonador de los que en él" creemos, nos dará la vida eterna.

4. ¿Cómo son recibidas las promesas de Dios? Hebreos 6:12.
"A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la _______ y la _____________ heredan las promesas."

4. Cómo desarrollar la fe.

1. ¿Cuál es la parte de la Palabra de Dios en el desarrollo de la fe? Romanos 10:17

"Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios".

Como hemos dicho antes, sólo cuando se conoce a alguien, se puede confiar en él. En este caso, sólo si conocemos a Dios, podremos confiar en Él. La única manera que tenemos para conocer más y mejor a Dios, es leyendo su Palabra, la Biblia. Al igual que algunas personas se conocen por correspondencia, y en la era actual, por el ciberespacio, Dios nos ha dejado su Carta escrita, para que lo conozcamos mejor. Sólo podemos oír a Dios a través de la Biblia, como antaño se "oían" a los familiares lejanos enviando cartas. Conoceremos mejor a Dios, y también la experiencia de otros con Dios, que nos sirve de ejemplo animador.

2. ¿Cuál es la parte de la oración?
Lucas 17:5.
"Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe".

Marcos 9:23, 24.

"Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; _________ mi incredulidad."

Podemos, y debemos corresponder a Dios a través de la oración. Es la vía de vuelta en la comunicación con Dios. Él nos habla a través de la Biblia, y nosotros le hablamos a Él a través de la oración. De este modo, nuestra relación con Él se fortalece, y por lo tanto, también aumenta la confianza o Fe.

3. ¿Para qué necesitamos ejercitar la fe?

a. Para la certeza del perdón. Romanos 5:1.

"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".

b. Para una vida de unión con Cristo. Efesios 3:17.

"Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor".

c. Para vencer al pecado.
Efesios 6:16

"Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno."

1 Juan 5:4.

"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe."

d. Para convivencia con el prójimo. Gálatas 5:6.

"Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor."

e. Para trabajar en la iglesia. 2 Corintios 4:13.

"Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos".

f. Para hacer grandes cosas por Dios. Mateo 17:20.

"
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible."

g. Para soportar el sufrimiento. 1 Pedro 1:5 – 9.

"Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. "

h. Para saber que Dios dirige nuestra vida. Romanos 8:28.

"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."

5. Cuando la fe desfallece.

1. ¿Qué hacer cuando la fe desfallece? Mateo 14:30, 31.

"Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?"

Acudamos a Jesús, como lo hizo Pedro en ese momento fatídico. Pidamos ayuda al Señor, que no dudará en tomarnos de la mano para sacarnos del problema.

lunes, 9 de agosto de 2010

viernes, 14 de mayo de 2010

EN EL AEROPUERTO DE USA MAIMI

CON MIS AMIGOS EN MAIMI
PARA Q NO MAS JEJEJEJJ
LAS FAMOSAS BANDERAS DEL MUNDO
EN EL AEROPUERTO  DE MAIMI




EN MAIMI CITY


FOTOS USA




viernes, 9 de abril de 2010

EL MARAVILLOSO VIAJE HACIA ATLANTA EEUU.


Si asi como lo leen, esa es la hora exacta en la que sale nuestro vuelo a USA.
Este jueves 15 de abril a las 2:15pm con la Aerolinea TACA PERU, estamos volando par los Estados Unidos.


Eh aqui el itinerario:


Fecha Jueves 15 de ABRIL del 2010


Línea Aérea: TACA AIRLINES Vuelo: 0032


Desde: Lima Sale: 14:15


Hacia: San Jose, Costa Rica Llega: 16:53


Tiempo de Vuelo: 03 horas 38 minutos Millaje: 1600


Codigo Aerolínea: X55G8T Comida: Almuerzo


Equipo: AIRBUS JET 120-180 STD SEATS Asiento(s): No Asignado


Vuelo operado por: TRANS AMERICAN AIRLINES - TACA PERU
Fecha Jueves 15 de ABRIL del 2010


Línea Aérea: LACSA Vuelo: 0690


Desde: San Jose, Costa Rica Sale: 17:40


Hacia: Miami Llega: 22:30


Tiempo de Vuelo: 02 horas 50 minutos Millaje: 1123


Codigo Aerolínea: X55G8T Comida: Cena


Equipo: EMBRAER EMB E90 JET 94-106 ST Asiento(s): No Asignado


Vuelo operado por: TRANS AMERICAN AIRLINES - TACA PERU
AMERICAN AIRLINES 16APR MIAMI FL ATLANTA GA 1055A 1250P


AA 1664 FRIDAY MIAMI INTL HARTSFIELD JAC


O ECONOMY AIRCRAFT: BOEING 737-800
NOTAS:
* Una maleta de bodega con no mas de 20 kilos


* Una meleta de mano con no mas de 5 kilos


(A menos que quieran pagar el exeso)
* Con los que están viviendo por nana, nos encontramos en la esquina de la primera entrada a la alameda, el jueves 15 entre las 9:00 a 9:30 am. ( Por favor no llegar tarde pues tenemos que estar en el aeropuerto 3 horas antes del vuelo pare registrar maletas. Si alguno piensa llegar tarde, piense en la posibilidad de perder su vuelo)


* Con los que viven en Lima y les resulte mas cerca irse directo al aeropuerto, planifiquen llegar a mas tardar las 11:45 am al aeropuerto y nos encontramos en la aerolínea TACA -PERU a esa hora.
* Es primavera en USA y se acerca el verano así que lleven ropa adecuada a la estación, lo mas poco posible pues aya cuesta relativamente barato.
Sin más compañeros, ahí nos vemos.


Un servidor,
Freddy Miguel Sanchez Campos


Coordinador de colportores Southern Union en la UPeU


fremisc3@hotmail.com / fremisc3@gmail.com


Claro red: 989288240 / Mov. 990413608


miércoles, 7 de abril de 2010

DISPOSITIVOS INTRAUTERINOS

¿Es aceptable desde el punto de vista bíblico el uso de dispositivos intrauterinos como medio de planificación familiar? Esta medida evita la implantación del óvulo fertilizado. ¿No es eso equivalente al aborto? — Boaz Adegu, Universidad de Nairobi, Kenya

Los dispositivos intrauterinos se utilizan para evitar la concepción. Cuando se los coloca directamente dentro del útero y se los deja allí durante cierto tiempo, provocan un leve proceso inflamatorio en el útero que evita, en la mayoría de los casos, la implantación de cualquier óvulo fertilizado en la pared del útero, impidiendo el embarazo. Para quienes piensan que la vida se inicia a partir de la concepción, esto resulta problemático, pues se le estaría negando vida a una “persona” y el caso podría clasificarse como “aborto”.

Sin embargo, al considerar este asunto, se deben tomar en cuenta el mecanismo que establece un embarazo viable. La concepción no es un evento aislado, sino un proceso formado por varias etapas. Cuando el espermatozoide ha depositado su material genético en el óvulo y el óvulo comienza a dividirse en una multitud de células, hay un espacio de tiempo en el cual el óvulo recibe el nombre de “pre-embrión”. En más del 50 por ciento de los casos, el pre-embrión es “abortado” sin intervención o métodos de control de natalidad. Simplemente pasa a través del cuerpo y nunca llega a implantarse.

El pre-embrión puede también implantarse en el útero, pero puede ser abortado espontáneamente más tarde en cuyo caso no se llega a establecer el embarazo.

Más aun, el pre-embrión no es diferenciable; su destino es indeterminado. Puede dividirse y producir dos o más pre-embriones, dotados cada uno de ellos con la capacidad de producir un embarazo viable y, por lo tanto, individuos separados. Como se ha demostrado en estudios con animales, dos pre-embriones (procedentes de dos óvulos fertilizados) pueden fusionarse y convertirse en uno solo. Por razón de las características no diferenciadas del pre-embrión, algunos opinan que todavía no es una “persona” y lo ven en forma diferente que en el caso de que fuera un embrión maduro, cuyas células se han diferenciado en lo que constituyen los precursores de los órganos humanos.

Muchos dan por sentado que la “pastilla” o “píldora” (anticonceptivo oral que contiene hormonas) actúa antes de efectuada la fertilización y por lo tanto no posa problema alguno, siendo que no causa un “aborto” temprano. Contrariamente a este concepto erróneo, los contraceptivos orales actúan de dos maneras. En primer lugar, evitan o reducen la ovulación (la liberación de óvulos de los ovarios). Sin embargo, es posible que aun así se liberen óvulos viables que pueden ser fertilizados por espermatozoides. En segundo lugar, los contraceptivos orales actúan también sobre los tejidos del útero evitando la implantación. Generalmente, no es posible saber cuáles de esas acciones han ocurrido durante un determinado ciclo menstrual. Si uno llega a la conclusión de que hay un problema moral en el uso de dispositivos intrauterinos, también tendríamos que llegar a la conclusión de que también hay un problema moral, en algunos casos, con los contraceptivos orales.

Habiendo considerado algunos aspectos de la fisiología de la concepción, sería conveniente señalar que los actos moralmente apropiados no deben basarse en fenómenos biológicos desconocidos o que son difíciles de entender. Cristo enseñó que el pecado se inicia en la mente. En el contexto del aborto hay una enorme diferencia entre el deseo de limitar el número de hijos en la familia y la elección voluntaria de destruir un embarazo ya establecido. La decisión moral más importante empieza en la mente y la elección subsecuente no debe depender de complejos fenómenos fisiológicos.

Albert Whiting (M. D., Loma Linda University) es el director del Departamento de Salud y Temperancia de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Su dirección es: 12501 Old Columbia Pike; Silver Spring, MD 20904; E.U.A.

EL SUICIDIO EN LA BIBLIA

Hace poco uno de mis mejores amigos se quitó la vida, dejándonos a todos muy impactados y tristes. ¿Qué dice la Biblia sobre el suicidio?

Cuando alguien se quita la vida, deja en la familia y los amigos hondas cicatrices emocionales y provoca sentimientos de soledad, culpabilidad y desorientación. Por razones de espacio, voy a limitar mi respuesta a unas breves observaciones.

Distingamos en primer lugar entre suicidio y martirio, que es la decisión de entregar la vida motivada por convicciones fundamentales e irrenunciables, e incluye actos heroicos de sacrificio propio para preservar otras vidas (por ejemplo, un soldado que cubre con su cuerpo una granada que va a explotar y de ese modo salva a otros). Mientras que el suicidio niega el valor de la vida presente por considerarla insoportable, los otros casos expresan respeto y amor por la vida.

Voy a enumerar los casos de suicidio que se han intentado o realizado, registrados en la Biblia, para entonces hacer algunos comentarios.

1. Casos de suicidio en la Biblia: Abimelec, mortalmente herido por una piedra de molino arrojada por una mujer, pide a su escudero que lo mate para escapar a la vergüenza (Jueces 9:54). Saúl, gravemente herido en batalla, se quita la vida (1 Samuel 31:4). Viendo lo que había hecho el rey, el escudero “se echó sobre su espada, y murió con él” (31:5). Estas muertes fueron motivadas por el temor de lo que podría hacer con ellos el enemigo. Ahitofel, uno de los consejeros de Absalón, se ahorcó al darse cuenta de que se había rechazado su consejo (2 Samuel 17:23). Zimri llegó a ser rey mediante una conspiración, pero al ver que el pueblo no lo apoyaba, entró “en el palacio de la casa real, y prendió fuego a la casa consigo” (1 Reyes 16:18). Judas estaba tan perturbado emocionalmente después de traicionar a Jesús que se ahorcó (Mateo 27:5). Sansón se quitó la vida y eliminó a muchos enemigos al causar el derrumbe de un edificio (Jueces 16:29, 30). Tras el terremoto, el carcelero de Filipos creyó que los presos habían escapado e intentó suicidarse, pero Pablo lo convenció de que no lo hiciera (Hechos 16:26-28).

2. Comentarios sobre estos incidentes: En primer lugar, la mayor parte de estos suicidios ocurrió durante una guerra, y el quitarse la vida era resultado del temor o la vergüenza. En segundo lugar, los otros casos son más personales y reflejan, además del temor, una baja estima propia. En cada incidente, el individuo se encontraba en un estado mental altamente emotivo. En tercer lugar, la Biblia menciona los suicidios sin emitir juicio sobre la moralidad de la acción. Esto no significa que el suicidio sea moralmente correcto; el autor bíblico está simplemente narrando lo ocurrido.

El impacto moral del suicidio puede evaluarse mediante una comprensión bíblica de la vida humana: Dios la creó, y no somos dueños de ella como para usarla y descartarla como nos plazca. El sexto mandamiento también tiene algo que decir sobre el tema. Por lo tanto, un cristiano no debe considerar el suicidio como solución moralmente válida al dilema de vivir en un mundo donde se experimenta dolor físico y emocional.

3. Reflexiones y sugerencias: ¿Qué actitud debiéramos asumir ante el suicidio de un ser amado? En primer lugar, la psicología y la psiquiatría indican que el suicidio a menudo es resultado de una honda conmoción emocional o de desequilibrios químicos relacionados con un profundo estado de depresión y temor. No debiéramos condenar a la persona que ha optado por el suicidio en estas circunstancias. En segundo lugar, la perfecta justicia de Dios toma en cuenta la intensa perturbación que se produce en nuestras mentes agitadas. El nos entiende mejor que ningún otro. Debemos colocar el futuro eterno de nuestros seres amados en sus manos amorosas. En tercer lugar, con la ayuda de Dios, debemos aceptar que quienes intentan suicidarse necesitan auxilio profesional que la mayoría de nosotros no estamos en condiciones de proporcionar. Finalmente, si alguna vez te sientes tentado a poner fin a tu vida, recuerda que hay auxilio profesional disponible, medicamentos que pueden ayudarte a superar la depresión, amigos que te aman y que van a hacer todo lo que puedan para ayudarte, y un Dios que está dispuesto a obrar por medio de otros para darte apoyo mientras caminas por el valle de sombra de muerte. ¡Nunca abandones la esperanza!

Angel Manuel Rodríguez (Th.D., Andrews University) es director del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland, EE.UU.

Para consultar un artículo anterior sobre este tema, remitirse a Judy Cushman, “El suicidio: Lo que debes saber” (Diálogo 9:1, 1997), o visitar nuestra página: http://dialogue.adventist.org.

LA PENA DE MUERTE

Desde hace ya algún tiempo se viene debatiendo en mi país lo relativo a la pena de muerte. Como cristiano, estoy tratando de llegar a mis propias conclusiones sobre este tópico, pero cuando estudio la Biblia parece que existen contradicciones. Tengan la bondad de resumir la enseñanza bíblica sobre la pena de muerte. ¿Ha tomado nuestra iglesia una posición sobre este asunto?

La Iglesia Adventista no ha tomado una posición con respecto a la pena de muerte, aunque se le ha dado consideración por cuanto tiene relación con nuestra posición de no combatientes en el servicio militar. Algunos presentan el argumento de que nuestra oposición al uso de las armas dentro del servicio militar requiere por ende nuestra oposición a la pena de muerte. Sin embargo, la relación no es tan obvia.

De acuerdo con las Escrituras, un ser humano no tiene la libertad de quitar la vida a otro ser humano. Los conflictos personales, no importa cuán serios sean, no deben solucionarse de esta forma. Este concepto es claro en el Sermón del Monte y en otros lugares. Menos claro es el asunto de defensa propia en situaciones de violencia. El texto hebreo del sexto mandamiento literalmente dice: “No matarás” y se refiere a un acto causado por malicia.

Pero la pena de muerte es contingente en un proceso legal que ha examinado la evidencia y ha determinado si existe o no existe un culpable. El tratar con la violencia de otra persona o personas es el esfuerzo de una sociedad y no de un individuo. En las culturas democráticas, la muerte es reservada solamente para los actos más ofensivos, típicamente el asesinato o asesinato agravado por otras ofensas. La pena de muerte va más allá de una sencilla venganza con el fin de proteger a la sociedad de alguien que es extremadamente peligroso y que ha demostrado violencia en su carácter. Bíblicamente, no existe lugar para el vigilantismo.

Romanos 13:1-7 afirma la legitimidad de la comunidad para organizar y nombrar a personas específicas para actuar a favor de la seguridad del grupo. Este pasaje afirma la legitimidad del gobierno, advirtiendo que las amenazas a la seguridad del grupo conlleva graves consecuencias. Muchos entienden la declaración de Pablo en el versículo 4 como justificación aún en la ejecución de personas desafiantes. Dice así: “Porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que practica lo malo”. La palabra traducida aquí como siervo se aplica en otras secciones a los ministros cristianos. La mayoría de los estudiantes serios de la Biblia incluyen la pena capital dentro de este pasaje. Más allá de este punto surge la pregunta acerca de la participación de alguien en la acción de matar como agente autorizado en una acción militar. Pero esto va más allá de la pregunta inmediata que estamos considerando.

George W. Reid, Ph.D., director del Biblical Research Institute, Silver Spring, Maryland, EE.UU. de N.A.

lunes, 25 de enero de 2010

COCODRILO DE HACE 40 MILLONES DE AÑOS


Un cocodrilo de hace 40 millones de años
Posted: 24 Jan 2010 02:35 AM PST
Colaboradores del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca han hallado en Corrales del Vino los restos fósiles de una nueva especie de cocodrilo que han denominado Duerosuchus piscator y que habitó estas tierras hace unos 40 ó 42 millones de años. Esta especie se alimentaba de peces en un hábitat de ríos caudalosos, según las conclusiones de los expertos.
Luis Alonso Andrés y su hijo Luis Alonso Santiago, que colaboran con los responsables de la colección de la Sala de las Tortugas desde hace años, son los responsables de este hallazgo, que se dio esta semana a conocer en Salamanca, fecha en la que se inicia la campaña de visitas guiadas a esta colección de fósiles, una de las más importantes del mundo.
Los fósiles encontrados serán trasladados a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca, donde se ubica la colección, pero ya han sido objeto de una publicación en la revista científica Stvdia Geologica Salmanticensia, cuyo director es Emiliano Jiménez Fuentes, responsable también de la Sala de las Tortugas. "Es un cocodrilo muy especial, diferente a los tres que tenemos aquí y que es ictiófago, es decir, especializado en comer peces", señaló el especialista.
En esta época del Eoceno medio, en el entorno en que se movía predominaban otros cocodrilos, ya descritos, los Iberosuchus (que podría traducirse como cocodrilo ibérico), así como las tortugas y los peces.
El descubrimiento es novedoso por varios aspectos relacionados con la morfología y el tamaño. "Los cocodrilos que están apareciendo en esta zona suelen tener de cuatro a seis metros, pero éste es pequeño", indica Luis Alonso, puesto que mide 1'60 metros de acuerdo con los restos encontrados, que permiten una reconstrucción "bastante completa".

martes, 29 de diciembre de 2009

DECLARACIONES DE ELENA G. DE WHITE EN RELACIÓN CON LA OBSERVANCIA DE LA NAVIDAD Y LOS REGALOS DE LA FIESTA




NAVIDAD. Por Elena G. de White.

La fiesta de la Navidad
“Ya llega la Navidad”, es la nota que resuena por el mundo, del este al oeste y del norte al sur. Para los jóvenes, para los de edad madura, y aun para los ancianos, es una ocasión de regocijo general. Pero, ¿qué es la Navidad para que requiera tanta atención?...
Se dice que el 25 de diciembre es el día en que nació Jesucristo, y la observancia de ese día se ha hecho costumbre popular. Sin embargo, no hay seguridad de que estemos celebrando el día preciso en que nació nuestro Salvador. La historia no nos da pruebas ciertas de ello. La Biblia no señala la fecha exacta. Si el Señor hubiese considerado tal conocimiento como esencial para nuestra salvación, habría hablado de ello por sus profetas y apóstoles, a fin de dejarnos enterados de todo el asunto. Por lo tanto, el silencio de las Escrituras al respecto nos parece evidencia de que nos fue ocultado con el más sabio de los propósitos.

En su sabiduría, el Señor no reveló el lugar donde había sepultado a Moisés. Le enterró, luego le resucitó y lo llevó al cielo. Obró así, en secreto, para evitar la idolatría. Aquel contra quien se habían rebelado [los israelitas] mientras estaba en servicio activo, aquél a quien provocaron por poco más allá de lo que podía soportar un ser humano, fue casi adorado como Dios después que la muerte lo separó de ellos. Por el mismo motivo Dios ocultó el día preciso en que nació Cristo, a fin de que ese día no recibiese el honor que debía darse a Cristo como Redentor del mundo, quién es el único que debía recibirlo y en quién se debía confiar por ser el único capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que se allegan a él. La adoración del alma debe tributarse a Jesús como Hijo del Dios infinito.

Para glorificar a Dios, no al hombre
No descansa una santidad divina sobre el 25 de diciembre, y no agrada a Dios que cualquier cosa que concierna a la salvación de los hombres, por el infinito sacrificio hecho por ellos, sea tan tristemente pervertido de su plan manifiesto. Cristo debe ser el objeto supremo; pero como se ha estado observando la Navidad, en lugar de tributarse a Él la gloria se tributa al hombre mortal, cuyo carácter pecador y defectuoso hizo necesario que él viniera a nuestro mundo.

Jesús, la Majestad del cielo, el Rey del cielo, se despojó de su realeza, dejó su trono de gloria, su elevada autoridad, y vino a nuestro mundo para traer al hombre, debilitado en sus facultades morales y corrompido por el pecado, la ayuda divina. Vistió su divinidad con humanidad, para poder, desde las mismas profundidades del dolor y miseria, elevar al hombre caído. Al llevar sobre sí mismo la naturaleza humana, elevó a la humanidad a una escala de valor moral con Dios. Estos grandes temas son casi demasiado altos, demasiado profundos, demasiado infinitos, para la comprensión de las mentes finitas.

Los padres deben comentar estas cosas ante sus hijos e instruirlos, línea sobre línea, precepto sobre precepto, en su obligación para con Dios –no en su obligación uno con otro, para honrarse y glorificarse unos a otros con regalos y obsequios. Sino que debe enseñarse que Jesús es el Redentor del mundo, el tema de pensamiento, del esfuerzo meticuloso; que esta obra es el gran tema que debe captar su atención; que deben llevarle a Él sus regalos y obsequios. Así lo hicieron los sabios y los pastores.


Es difícil pasarla por alto

En vista de que el 25 de diciembre se observa para conmemorar el nacimiento de Cristo, y en vista de que por el precepto y por el ejemplo se ha enseñado a los niños que es en verdad un día de alegría y regocijo, os resultará difícil pasar por alto esa fecha sin dedicarle cierta atención. Es posible valerse de ella con un buen propósito.

Es necesario tratar a los jóvenes con mucho cuidado. No se les debe dejar que en ocasión de Navidad busquen diversión en la vanidad y la búsqueda de placeres, o en pasatiempos que pudieran perjudicar su espiritualidad. Los padres pueden controlar esto dirigiendo la atención y las ofrendas de sus hijos hacia Dios y su causa, y hacia la salvación de las almas.

En vez de ser ahogado y prohibido arbitrariamente, el deseo de divertirse debe ser controlado y dirigido por esfuerzos esmerados de parte de los padres. Su deseo de hacer regalos puede ser desviado por cauces puros y santos a fin de que beneficie a nuestros semejantes al suplir la tesorería con recursos para la grandiosa obra que Cristo vino a hacer en este mundo. La abnegación y el sacrificio propio caracterizaron su conducta, y deben caracterizar también la de los que profesamos amar a Jesús porque en él se concentra nuestra esperanza de vida eterna.

Sustituir con placeres inocentes los entretenimientos pecaminosos
No puede pedirse que los jóvenes sean tan sedados y serios como los de más edad, que el niño sea tan sobrio como el caballero. Mientras que se condenan las diversiones pecaminosas, como debe hacerse; que los padres, maestros y guardianes de los jóvenes provean en su lugar placeres inocentes que no tienten o corrompan la moral. No aprisionen a los jóvenes con reglas y restricciones rígidas que los lleve a sentirse oprimidos y los quebrante e ingresen en los caminos de la locura y la destrucción. Con mano firme, bondadosa y considerada sostengan los lineamientos de gobierno, guiando y controlando sus mentes y propósitos, aunque tan gentil, sabia y amorosamente, que ellos entiendan que todavía tienen los mejores deseos para ellos en vista.

Cuantos padres están lamentando el hecho de que no pueden mantener sus hijos en el hogar, que no tienen amor por el hogar. A una edad temprana tienen deseo por la compañía de extraños; y tan pronto como son los suficientemente grandes se apartan de lo que les parece que es una atadura y una restricción irrazonable, y no harán caso de los ruegos de su madre ni los consejos de su padre. La investigación revelaría generalmente que el pecado yace a la puerta de los padres. No hicieron del hogar lo que debiera ser –atractivo, placentero, brillante con el sol de palabras amables, miradas agradables y amor verdadero.

El secreto de la salvación de sus hijos reside en hacer de su hogar un lugar lindo y atractivo. La indulgencia en los padres no unirá los hijos a Dios ni al hogar; lo que salvará a muchos hijos de la ruina es una influencia firme y bondadosa para entrenar y educar apropiadamente la mente.


El árbol de Navidad
No adopten los padres la conclusión de que un árbol de Navidad puesto en la iglesia para distraer a los alumnos de la escuela sabática es un pecado, porque es posible hacer de él una gran bendición. Dirigid la atención de esos alumnos hacia fines benévolos. En ningún caso debe ser la simple distracción el objeto de esas reuniones. Aunque algunos truequen estas ocasiones en momentos de negligente liviandad y no reciban la impresión divina, para otras mentes y caracteres dichas ocasiones resultan altamente benéficas. Estoy bien convencida de que pueden idearse substitutos inocentes para muchas reuniones desmoralizadoras.

Llega la Navidad. Que todos tengan la sabiduría para hacer de ésta una ocasión preciosa. Que los miembros de más edad se unan, en corazón y alma, con los niños en sus entretenimientos y recreaciones inocentes, en idear formas y medios para mostrar verdadero respeto a Jesús al traerle regalos y donativos. Que cada uno recuerde los reclamos de Dios. Su causa no puede avanzar sin vuestra ayuda. Que los regalos que generalmente se prodigan unos a otros sean puestos en la tesorería del Señor… Que en cada iglesia vuestras pequeñas ofrendas sean puestas en vuestro árbol de Navidad. Que el precioso emblema “siempre verde” sugiera la santa obra de Dios y su beneplácito para con nosotros; y que la obra de un corazón amoroso sea salvar otras almas que están en la oscuridad. Que vuestro trabajo esté en armonía con vuestra fe…
En todo árbol del jardín de Satanás cuelgan frutos de vanidad, orgullo, altivez, malos deseos, extravagancia –todos frutos envenenados, pero muy gratificantes para el corazón carnal. Que las iglesias presenten a Dios árboles de Navidad en cada iglesia, y luego que cuelguen de ellos los frutos de las ofrendas de beneficencia y de agradecimiento que provienen de corazones y manos dispuestos, frutos que Dios aceptará como una expresión de nuestra fe y nuestro gran amor hacia Él por el don de su Hijo, Jesucristo. Que el árbol sea cargado con fruto, rico, puro y santo, aceptable a Dios. ¿Por qué no tener una Navidad tal como la que el cielo pueda aprobar?


El intercambio de regalos
Miles de dólares (en 1884) se gastan innecesariamente cada año en regalos de unos para otros. Eso significa una pérdida para Dios, una pérdida para su causa. Gratifica la vanidad, alienta el orgullo, crea toda clase de insatisfacción, murmuración y queja, porque quizás el regalo no sea lo que se estaba deseando ni del valor elevado que se deseaba o esperaba.
La Navidad no se observa según lo que implica su nombre. El hombre ha abandonado a Dios en casi todas las cosas, y ha vuelto su atención hacia sí mismo. Ha dejado los manantiales puros de agua viviente que fluyen del trono de Dios, y se han procurado para sí cisternas rotas que no pueden contener agua. Dios le dio al hombre una prueba para que pueda ser apto para el cielo. Debía levantar su mirada hacia Dios, quien debía ser el objeto de la adoración del alma, pero las facultades talentosas, hábiles e ingeniosas se ejercieron todas para hacer del yo el objeto supremo de la atención. El hombre ha quitado su mirada de la Deidad y ha puesto sus ojos en lo finito, lo terrenal, lo corruptible.
Satanás está tras esta obra de poner a Dios fuera de la mente e interpone el mundo al yo para que el ojo no se fije sólo en la gloria de Dios. Satanás cautiva y engaña la mente. Su sabiduría infernal se ejercita continuamente para moldear y modelar el material con el cual tiene que tratar, para hacer de Dios el objeto menor y último de la devoción.

Dirijan la corriente hacia el cielo

Los diversos entretenimientos de la sociedad han sido la ruina de miles que, a causa de estos engaños de Satanás, podrían ser siervos del Dios viviente. Hay caracteres arruinados que se ven por todas partes y que han sido destruidos por el placer de las riquezas y de la moda; y el trabajo aún va más allá. Miles más irán a la ruina, quienes no abrirán los ojos para ver y percibir el hecho de que, aunque son profesos cristianos, son amantes de los placeres más que de Dios…

Ahora, hermanos, que en Navidad hagamos un esfuerzo especial para venir delante del Señor con regalos y ofrendas de gratitud por el don de Jesucristo como Redentor para el mundo. Que nada se gaste ahora innecesariamente, sino que cada centavo que sobre sea dado al banquero. Satanás ha tenido su forma en manejar estas ocasiones para adecuarlas a sí mismo. Ahora, cambiemos la corriente hacia el cielo en lugar de hacia la tierra. Mostremos por nuestras ofrendas que apreciamos la abnegación y sacrificio de Cristo en nuestro favor. Que Dios sea recordado por cada niño y padre; y que las ofrendas, pequeñas y grandes, sean llevadas a la tesorería de Dios.

Vosotros, que tenéis medios, que habéis tenido el hábito de hacer donaciones a vuestros familiares y amigos hasta que os visteis perdidos por no saber qué inventar para que sea nuevo e interesante para ellos, buscad poner vuestro ingenio a prueba, al igual que vuestra influencia, para ver cuántos medios podéis juntar para el avance de la obra del Señor. Que vuestras habilidades y capacidades sean empleadas para hacer de la próxima Navidad una de intenso interés, prestando vuestra atención al Dios del cielo con ofrendas voluntarias y de gratitud. No sigáis más las costumbres del mundo. Haced un cambio aquí, y ved si esta Navidad se pueden ver miles de dólares fluyendo en la tesorería, para que el almacén de Dios no se vacíe.

Podéis no ser recompensados en la tierra, pero lo seréis en la vida futura, y en forma abundante. Que aquellos que han planeado por mucho tiempo para sí mismos, que ahora comiencen a planificar para la causa de Dios, y tendrán ciertamente sabiduría adicional. Que la conciencia sea iluminada, y el amor de la verdad y de Cristo tome el lugar de los pensamientos idólatras y del amor egoísta.

¿No os levantaréis, mis hermanas y hermanos cristianos, y no habréis de ceñiros para cumplir vuestro deber en el temor de Dios, y no ordenaréis este asunto de modo que, en vez de carecer de interés, rebose de placer inocente y lleve la señal del cielo? Sé que la clase más pobre responderá a esta sugerencia. Los más ricos también debieran manifestar interés y dar regalos y ofrendas proporcionales a los recursos que Dios les confió. ¡Ojalá que en los libros del cielo se hagan anotaciones acerca de la Navidad cual nunca se las vio, por causa de los donativos que se ofrezcan para sostener la obra de Dios y el fortalecimiento de su reino!- Review and Herald, 9 de diciembre, 1884 (porciones de este artículo aparecen en El hogar cristiano, pp. 434-439).

Regalos navideños
Se acerca la época de las fiestas con su intercambio de regalos, y tanto los jóvenes como los adultos consideran atentamente qué pueden dar a sus amigos en señal de afectuoso recuerdo. Por insignificantes que sean los regalos, es agradable recibirlos de aquellos a quienes amamos. Constituyen una demostración de que no nos han olvidado, y parecen estrechar un poco más los lazos que nos unen con ellos.

Hermanos y hermanas, mientras estáis pensando en los regalos que queréis ofreceros unos a otros, quisiera haceros recordar a nuestro Amigo celestial, que no olvidéis lo que él nos pide. ¿No le agradará nuestra demostración de que no le hemos olvidado? Jesús, el Príncipe de vida, lo dio todo para poner la salvación a nuestro alcance... Hasta sufrió la muere, para poder darnos la vida eterna.

Mediante Cristo es como recibimos toda bendición... ¿No compartirá nuestro Benefactor celestial las pruebas de nuestra gratitud y amor? Venid, hermanos y hermanas, con vuestros hijos, aun con los niños de brazos, y traed vuestras ofrendas a Dios de acuerdo con lo que podáis dar. Hónrenle vuestros corazones con melodías y alábenle vuestros labios. Regocijémonos de que nuestro Salvador vive para interceder por nosotros en la presencia de Jehová. Como pueblo nos hemos deslizado de Dios; regresemos a Él, y Él regresará a nosotros, y sanará todos nuestros deslices. Que, en la próxima Navidad y las fiestas del nuevo año, no sólo demos una ofrenda a Dios de nuestros recursos, sino que nos entreguemos a Él sin reservas, como un sacrificio viviente

Aunque exhorto a todos en su deber de primero traer sus ofrendas a Dios, no condeno por completo la práctica de hacer regalos de Navidad y Año Nuevo a nuestros amigos. Está bien que nos otorguemos unos a otros pruebas de cariño y aprecio con tal que no olvidemos a Dios, nuestro mejor Amigo. Debemos hacer regalos que sean de verdadero beneficio para quienes los reciban. Yo recomendaría libros que ayuden a comprender la Palabra de Dios o que acrecienten nuestro amor por sus preceptos. Proveamos algo que leer para las largas veladas del invierno…

Necesitamos pensar más en Dios y menos en nosotros mismos. Si pensamos sólo en Él tan seguido como tengamos evidencia de su cuidado por nosotros, lo mantendremos siempre en nuestros pensamientos, y nos deleitaremos en hablar de Él y alabarlo. Hablamos de las cosas temporales porque tenemos interés en ellas.

Hablamos de nuestros amigos porque los amamos; nuestros gozos y lamentos están unidos a los de ellos. Todavía tenemos razones infinitamente más grandes para amar a Dios que para amar a nuestros amigos terrenales; recibimos más de Él que de cualquier otro amigo, y debe ser la cosa más natural del mundo hacer de Dios lo primero en todos nuestros pensamientos, hablar de su bondad y contar de su poder, y responder a su amor mediante nuestras ofrendas y regalos voluntarios para su causa.— Review and Herald, 26 de diciembre de 1882.

Desviados del verdadero objetivo
Nuestros hijos han sido educados para esperar regalos de padres y amigos en Navidad. La Navidad se celebra para conmemorar el nacimiento de Cristo. Si la celebramos sólo buscando dar placer a nuestros hijos y unos a otros, nuestras ofrendas se desvían de su verdadero objetivo. Debemos traer nuestras ofrendas de agradecimiento al Señor, dejando nuestros regalos a los pies de quien ha abierto los tesoros del cielo para nosotros.

El enemigo planea que las mentes y corazones de los seres humanos sean desviados de Dios y su causa, para alabarse y honrarse unos a otros. Dios ha sido dejado fuera de la cuestión, y deshonrado positivamente. La Navidad ha sido hecha un día de fiesta, glotonería, indulgencia egoísta.

Ahora bien, que cada familia considere este asunto con todo su peso. Que los padres lo pongan en todo su maravilloso significado ante sus hijos y amigos, y digan: “Este año no gastaremos dinero en regalos para nosotros mismos, sino que honraremos y glorificaremos a Dios. Testificaremos de nuestra gratitud a Él, quien dio a su Hijo para morir como nuestro sacrificio, para que podamos tener el regalo de la vida eterna”. Que mostremos que apreciamos este regalo, y que respondamos tanto como esté en nuestras posibilidades con ofrendas de gratitud. Que celebremos la Navidad recordando a Dios en lugar de a nuestros amigos y familiares con regalos que no necesitan.

La recompensa de la abnegación

¿No reconocerá Dios las ofrendas entregadas de esa forma? ¿No bendecirá a los pequeños que traen algo de ofrenda por sí mismos al Maestro? ¡Por cierto que lo hará! ¿No es ésta una oportunidad muy preciosa para educar a vuestros hijos en la obra de abnegación por causa de Jesús? Contad a los niños del gran campo misionero y habladles del amor de Cristo, del gran sacrificio que hizo porque nos ama y desea que tengamos un hogar con Él en su reino. Vino a nuestro mundo para bendecirlo con su divina presencia, para traer paz, luz y gozo. Pero el mundo no lo recibió e hizo morir al Príncipe de la Vida. Su muerte fue para poner los tesoros del cielo al alcance de todo el que crea en Jesús.

Haced claro este tema glorioso ante vuestros hijos, y mientras sus corazones jóvenes se extienden con amor hacia Dios, dejadlos que presenten sus pequeñas ofrendas para que realicen su parte en el envío de la preciosa luz de la verdad a otros. Así los niños pueden llegar a ser pequeños misioneros para el Maestro. Sus pequeñas ofrendas, al ingresar en la tesorería como muchos riachos pequeños, pueden engrosar el canal de un río que refrescará muchas almas que están sedientas por la verdad de Dios; e incluso que estos niños puedan ver algunas almas salvadas en el reino de Dios como resultado de su abnegación.- Review and Herald Extra, 11 de diciembre, 1888.


Las fiestas

Nos acercamos rápidamente a la época de las fiestas, y la conciencia de muchos se está cuestionando ahora qué curso tomarán que sea agradable a la vista de Dios. Para el mundo, las fiestas se emplean en la frivolidad y la extravagancia, la glotonería y la exhibición. En esta época, prevalece la costumbre de dar y recibir regalos. Y no es una carga pequeña para la mente saber cómo distribuir estos regalos entre los amigos para que nadie se sienta menos. Es un hecho que muchas de las envidias y celos se crean por esta costumbre de dar regalos.

En ocasión de las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo se desperdiciarán miles de dólares en placeres inútiles; pero es privilegio nuestro apartarnos de las costumbres y prácticas de esta época de degeneración; y en vez de gastar recursos, simplemente para satisfacer el apetito, y comprar inútiles adornos o prendas de vestir, podemos hacer de las próximas fiestas una acción de honrar y glorificar a Dios.

Aconsejamos a todos nuestros hermanos y hermanas que hagan una reforma decidida en relación con estos días festivos. Quienes aprecien el don del querido Hijo de Dios, el de salvarlos de la ruina, tienen ahora una oportunidad favorable para dar pruebas tangibles de su agradecimiento al dar a Dios sus ofrendas de gratitud. Que los jóvenes y adultos dejen a un lado sus mitos como ofrendas de sacrificio a Dios. Si diéramos a la causa de nuestro Redentor la mitad de lo que hayamos empleado en nuestros amigos, haríamos mucho bien y recibiríamos una bendición por dar.

Seguid el ejemplo de Cristo

Busquemos representar fielmente a Cristo en los próximos días festivos imitando su ejemplo cuando él iba haciendo bien. Es imposible gozar de la aprobación de Dios mientras vivimos para el yo. Como cristianos que profesamos una fe viviente en el pronto regreso del Hijo del Hombre, guardando todos los mandamientos de Dios, hagamos un esfuerzo ferviente para estar más cerca de Dios mediante Jesucristo y hacer un pacto de sacrificio con Él. En nuestros principios de acción, debemos elevarnos por encima de las costumbres y modas del mundo. Cristo vino al mundo para elevar las mentes de los hombres al nivel de la divinidad, y para llevarlos a simpatizar con la mente de Dios.

Como toda bendición que gozamos nos llega por la condescendencia, humillación y sacrificio de Jesucristo, debemos rendirle nuestros mejores dones por encima de todo sin negarnos a nosotros mismos. El sacrificio infinito que Cristo ha hecho para librarnos de la culpa y la miseria del pecado debiera obrar en cada corazón un espíritu de gratitud y abnegación como no lo manifiesta el mundo. Cristo, el regalo de Dios al hombre llenó todo el cielo de asombro, e inspiró con su nacimiento la canción angélica “Gloria de Dios en lo alto, y en la tierra paz, buena voluntad hacia los hombres”.

El día de Navidad, recordativo precioso del sacrificio hecho en favor del hombre, no debe ser empleado en la glotonería y la complacencia egoísta, exaltando así a la criatura por sobre el Creador. Que quienes somos participantes de esta gran salvación mostremos que tenemos algo de aprecio por el don, entregando a Dios nuestras ofrendas de gratitud. Si fuéramos menos indulgentes en fiestas y diversiones en estas ocasiones, y en lugar de eso hiciésemos de ellas el medio para beneficiar a la humanidad, entenderíamos mejor la mente de Dios. Es placentero y gratificante intercambiar regalos con nuestros amigos, pero ¿no hay un objetivo más glorioso y noble para dar nuestros medios, y así hacer bien al arrojar luz sobre la senda de otros?


Regalos sugerentes

Son muchos los que no tienen libros ni publicaciones relativas a la verdad presente. Representan, sin embargo, un importante renglón en el cual se puede invertir dinero. Son muchos los pequeñuelos a quienes se debieran proveer buenas lecturas. The Sunshine Series [Serie Sol], Golden Grains Series [Serie Granos dorados], Poem [Poema], Sabbath Readings [Lecturas para el sábado] [Nota: se hace referencia en este artículo a publicaciones en circulación y proyectos de edificación. Como los principios establecidos que se presentan en esta relación son aplicables actualmente, se dejan las referencias específicas en este artículo al duplicarlo], etc., son todos libros preciosos, y pueden introducirse con seguridad en cada familia. Las pequeñas sumas que suelen gastarse en caramelos y juguetes inútiles pueden guardarse para tener con qué comprar tales libros.

Los niños necesitan lectura apropiada que los divierta y recree, sin desmoralizar la mente ni cansar el cuerpo. Si se les enseña a aficionarse a lo romántico y a los cuentos que aparecen en los periódicos, los libros y revistas instructivos les desagradarán. La mayoría de los niños y los jóvenes quieren tener cosas que leer; y si otros no las seleccionan para ellos, se encargarán de hacerlo. En cualquier parte pueden hallar lecturas que pueden arruinarlos, y pronto se aficionan a ellas; pero si se les proporcionan lecturas buenas y puras, cultivarán el gusto por ellas.

Deben hacerse esfuerzos especiales para excluir de nuestros hogares esa clase de literatura que no tenga una influencia benéfica sobre nuestros hijos. Muchas veces me ha dolido encontrar sobre las mesas o las bibliotecas de los observadores del sábado, periódicos y libros llenos de romanticismo, los cuales leían sus hijos atentamente con ansiedad.
Están aquellos que profesan ser hermanos que no reciben la Revista Adventista, Signs [Señales de los tiempos], Instructor [El instructor de los jóvenes], o Good Health [Buena salud], pero reciben uno o más periódicos seculares. Sus hijos están interesados profundamente en la lectura de historias ficticias y de amor que se encuentran en esos periódicos, y que su padre puede pagar, aunque se queja de que no puede pagar por nuestros periódicos y publicaciones sobre la verdad presente. Y de esa forma los padres están educando el gusto de sus hijos para devorar codiciosamente las historias enfermizas y sensacionales que se encuentran en las columnas de los periódicos. Toda esa lectura es veneno; dejan una mancha sobre el alma y alienta el amor por la lectura barata que socavará la moral y arruinará el alma.

Los padres deben velar sobre sus hijos, enseñarles a cultivar una imaginación pura y a rehuir como a un leproso las escenas de amor enfermizo que se presentan en los periódicos. Haya en vuestras mesas y bibliotecas publicaciones que traten temas morales y religiosos, a fin de que vuestros hijos puedan cultivar el gusto por la lectura de carácter elevado. Que aquellos que desean hacer regalos valiosos a sus hijos, nietos, sobrinos y sobrinas, consigan para ellos los libros para niños mencionados anteriormente. Para los jóvenes, Life of Joseph Bates [La vida de José Bates] es un tesoro, también los tres tomos de Spirit of Prophecy [Espíritu de Profecía]. Estos tomos debieran colocarse en toda familia en la tierra. Dios está dando luz del cielo, y ni una sola familia debiera quedar privada de ella. Sean los regalos que ofrezcáis de tal índole que derramen rayos de luz sobre la senda que conduce al cielo.

Ofrendas consagradas a Dios

Antiguamente los hijos de Israel tenían la orden de observar tres fiestas anuales cada año: La pascua, la fiesta de las cabañas y la fiesta de las semanas. El Señor dio instrucciones para que en estas ocasiones sus regalos y ofrendas sean consagrados a Él, y nadie debía presentarse ante Él con las manos vacías. Pero en nuestros días se ha convertido en moda observar estas ocasiones festivas en una forma que aparta la mente de Dios en lugar de dar gloria a su Nombre. Aquellos a quienes Dios ha bendecido con prosperidad deben reconocer al Dador y sentir que cuanto más se les ha dado, más se les requerirá.

Nuestras fiestas se han desviado de su intención original. Se prodigan regalos unos a otros, y la alabanza que debe darse a Dios, a quien le pertenecen todas las cosas, se otorga a los pobres mortales.

Nuestras casas de adoración en Oakland y Battle Creek están bajo la presión de la deuda. El Tabernáculo Dime nos pertenece a todos; todos debiéramos tener un interés especial en él.

Con el propósito de acomodar a los estudiantes del Colegio, los pacientes del sanatorio, los que trabajan en las oficinas, y la gran cantidad de adoradores que vienen constantemente de otros lugares, fue una necesidad real la construcción de una casa de adoración espaciosa. Sobre quienes están en Battle Creek descansan grandes responsabilidades, y también sobre aquellos cuyos brazos deben ser levantados para sostener estos intereses en el mismo corazón de la obra. En ninguna parte del mundo hay un campo de batalla por la verdad y la reforma como éste. Aquí hay grandes intereses involucrados. La escuela sabática y el colegio están educando a la juventud y determinando el futuro destino de las almas. Hay aquí una necesidad continua de idear medios y formas para el avance de la verdad y la conversión de las almas. Nuestro pueblo no está ni la mitad de despierto a las demandas de los tiempos. La voz de la Providencia llama a todos lo que tienen el amor de Dios en sus corazones a levantarse para esta gran emergencia. Nunca hubo un tiempo cuando había tanto en juego como hoy. Nunca hubo una época en la cual se demandara gran energía y abnegación del pueblo que guarda los mandamientos de Dios.

Un árbol de Navidad

Ya se acerca el fin de otro año, y ¿no haremos de estos días festivos oportunidades en las cuales llevar nuestras ofrendas a Dios? No puedo decir sacrificios, porque estaremos sólo rindiendo a Dios lo que ya le pertenece, y que sólo nos lo ha confiado a nosotros hasta que nos lo pida.

Agradaría mucho a Dios que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto. Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos en tal caso como el mundo? Contestamos: Podéis obrar como lo hace el mundo, si estáis dispuestos a ello, o actuar en forma tan diferente como sea posible de la seguida por el mundo. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado, sino que éste estriba en el motivo que hace obrar y en el uso que se dé a los regalos puestos en el árbol.

El árbol puede ser tan alto y sus ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados por la oración y que el fruto de este árbol sea consagrado para eliminar las deudas de nuestras casas de adoración en Battle Creek, Michigan, y Oakland, California.

Una palabra al sabio es suficiente.- Review and Herald, 11 de diciembre, 1879.


Un árbol de Año Nuevo
Al terminar el largo viaje que me trajo del este, llegué a casa a tiempo para pasar la víspera de Año Nuevo en Healdsburg. El salón de actos del colegio había sido preparado para una reunión de la escuela sabática. Se habían ordenado con buen gusto guirnaldas de ciprés, hojas otoñales, ramas de coníferas y flores. Una gran campana formada con ramas de pino colgaba del arco de entrada al salón. El árbol estaba bien cargado de donativos, que iban a emplearse para beneficio de los pobres y para contribuir a la compra de una campana. Excepto por unos pocos ejemplos, los nombres de los donantes no aparecían, sino que se leían textos bíblicos apropiados y lemas cuando los regalos se sacaban del árbol. En esa ocasión nada se dijo ni se hizo que hubiese de cargar la conciencia de nadie.

Algunos me dijeron: "Hermana White, ¿qué piensa Vd. de esto? ¿Concuerda con nuestra fe?" Les contesto: "Concuerda con mi fe". En Healdsburg, San Francisco, y Oakland, hay muchas cosas para atraer a nuestros hijos; se gastan grandes sumas cada año para comprar regalos para los amigos en Navidad y Año Nuevo. Estos regalos no son generalmente satisfactorios, porque muchos reciben regalos que no necesitan, cuando les gustaría tener alguna otra cosa; algunos reciben el mismo objeto de diferentes personas, y otros no reciben nada.


Fiestas interesantes
Nos hemos esforzado en serio por hacer que las fiestas fueran tan interesantes como se pudiera para los jóvenes y los niños mientras cambiábamos ese orden de cosas. Nuestro fin era mantenerlos alejados de las escenas de diversión entre incrédulos. En lugar de seguir una costumbre egoísta y dar a aquellos de quienes esperaríamos recibir un presente, hagamos nuestras ofrendas al Señor. Este plan resultó exitoso en muchas de nuestras iglesias, y fue un éxito en esta ocasión, las donaciones ascendieron a 138 dólares. Y así el nuevo año se inició con ofrendas para el Dador de todos nuestros favores y bendiciones.

He pensado que mientras contenemos a nuestros hijos de los placeres del mundo que tengan una tendencia a la corrupción y a la perversión, debemos proveerles recreación inocente para conducirlos por senderos placenteros donde no hay ningún peligro. Ningún hijo de Dios necesita tener una experiencia triste o deplorable. Los mandamientos de Dios y las promesas divinas lo demuestran. Los caminos de la sabiduría son "caminos deleitosos, y todas sus veredas paz". Los placeres mundanos privan del uso de la razón, y por un momento de gozo, muchos sacrifican la amistad del cielo, con la paz, el amor y el gozo que otorga. Pero estos objetos de deleite elegidos pronto producen disgusto e insatisfacción.

Los atractivos de la vida cristiana

Necesitamos hacer todo lo que esté de nuestra parte para ganar almas mediante la presentación de los atractivos de la vida cristiana. Nuestro Dios ama lo bello. Podría haber revestido la tierra de castaño y gris, y los árboles de un ropaje triste en lugar del vivo follaje verde; pero deseaba que sus hijos fueran felices. Cada hoja, cada capullo y flor que se abren, son una prueba de su tierno amor; y debiéramos proponernos manifestar a otros este maravilloso amor expresado en sus obras creadas.

Dios desearía que todo hogar y toda iglesia ejercieran poder de atracción para apartar a los niños de los placeres seductores del mundo y de relacionarse con aquellos cuya influencia es de tendencia corruptora. Estudiad para ganar a los jóvenes para Jesús. Impresionad sus mentes con la misericordia y la bondad de Dios al permitirles, pecadores como son, disfrutar de las ventajas, la gloria y la honra de ser hijos e hijas del Altísimo. ¡Qué pensamiento más extraordinario, qué condescendencia inaudita, qué asombroso amor, que los hombres finitos puedan ser aliados del Omnipotente! "A los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". "Amados, ahora somos hijos de Dios". ¿Puede alguna honra mundanal igualarse a esto?

Representemos la vida cristiana como realmente es; hagamos que el camino sea alegre, invitador, interesante. Podremos hacerlo si lo deseamos. Podemos llenar nuestra mente con cuadros vívidos de las cosas espirituales y eternas, y al hacerlo así contribuir a que sean una realidad para otras mentes. La fe contempla a Jesús que permanece como nuestro Mediador a la diestra de Dios. La fe contempla las mansiones que ha ido a preparar para los que lo aman. La fe ve el manto y la corona preparados para el vencedor. La fe oye los cantos de los redimidos, y acerca las glorias eternas. Debemos acercarnos a Jesús en amorosa obediencia, si queremos ver al rey en su hermosura.- Review and Herald, 29 de enero, 1884.

Fuente: Centro de Investigacion White. Universidad Adventista del Plata, Argentina.


* Documento elaborado por el White State, en Septiembre de 1962 y revisado en diciembre de 1989; bajo el titulo "Declaraciones de Elena G. de White en relación con la observancia de la Navidad y los regalos de la fiesta". Edito

- Articulo originalmente publicado el lunes 24 de diciembre de 2007. Editor