Sermón
CIMENTADOS EN LA PALABRA DE DIOS
(Mat.
7: 24-27)
Pr. W. Gabriel Quispe
INTRODUCCIÓN
a) Una de las obras arquitectónicas medievales más
conocidas es la Torre de Pisa, en Italia, que se hizo mundialmente famosa a
causa de su acentuada inclinación. El
fundamento de la torre comenzó a ser construido en agosto de 1173, pero la
torre en sí, como la conocemos hoy, fue terminada casi 200 años más tarde,
debido a varias interrupciones. Tiene
siete pisos regulares y un octavo piso con una circunferencia menor, que tiene
un campanario con varias campanas. Mide
casi 60 metros desde el fundamento hasta arriba, y pesa aproximadamente 14.500
toneladas.
La torre fue construida en un terreno poco firme, compuesto
básicamente de arcilla blanda con algunas camadas intermedias de arena. Durante la construcción el terreno ya comenzó
a ceder. La inclinación actual (a
principios del siglo 21) es de casi 5,5 grados en dirección sur, haciendo que
el séptimo piso se proyecte aproximadamente 4,5 metros sobre el primero. Ya se hicieron muchos esfuerzos para evitar
que la torre se derrumbe. (“La /torre di
Pisa: oficial web site”, http://torre.duomo.pisa.it/index_eng.html,
abril de 2003).
b)
Como la Torre de Pisa corre el riesgo de caerse
por no haber sido construida en un terreno sólido, también la vida espiritual
de muchos profesos cristianos acabará cayendo por no estar cimentada en la
Palabra de Dios. Este aspecto es tan
importante que Cristo concluyó Su famoso Sermón del Monte con la siguiente
analogía encontrada en Mateo 7: 24-27: “Cualquiera, pues, que me oye estas
palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa
sobre la roca. Descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó,
porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a
un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y
cayó, y fue grande su ruina.”
c)
Estas palabras proferidas por Cristo hace casi
2.000 años son de gran importancia para nosotros hoy, que tendremos que
enfrentar los engaños satánicos destinados a enredar al pueblo de Dios antes de
la Segunda Venida de Cristo.
I. LOS GRANDES DESAFÍOS DEL TIEMPO DEL FIN
Cristo menciona dos veces en Su analogía los dos fundamentos que “descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa” (Mat. 7:
25, 27). Las estrategias satánicas para
llevarnos a la perdición se describen en términos de fuertes tempestades
incluyendo lluvias torrenciales, inundaciones asoladoras y vendavales
impetuosos. La inspiración divina nos
advierte que tales tempestades se intensificarían en el tiempo del fin.
1.
“Soplará
todo viento de [falsas] doctrinas”
a)
La figura del viento se la asocia en la Biblia
tanto para la obra del Espíritu Santo como para las confrontaciones
satánicas. En Juan 3: 8 encontramos la
siguiente declaración de Cristo: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su
sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es
nacido del Espíritu.” Pero en Efesios 4:
14, Pablo advierte: “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error.” La expresión de Mateo 7:
25, 27 “soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa”, se refiere
indiscutiblemente a la actuación destructiva de los agentes satánicos.
b) Ellen
White declara, refiriéndose a los últimos días de la historia humana: “el
tiempo se está aproximando rápidamente y habrá gran perplejidad y confusión.
Satanás, vestido con ropas angelicales, engañará aún a los escogidos. Habrá muchos dioses y muchos señores. Soplará
todo viento de doctrinas [Efe. 4: 14].” (E. G. White, Testimonies for the Church, T. 5, pág. 80). Estos vientos de falsas
doctrinas no estarían soplando solamente en el mundo en general, sino que
penetrarían en el seno de la propia iglesia (ver Hechos 20: 29), pues la
intención satánica es “engañar aún a los escogidos” (Mat. 24: 24).
c)
Existe una verdadera avalancha de falsas
doctrinas e interpretaciones personales tratando de infiltrarse en la iglesia a
través de contactos personales, publicaciones particulares y algunas páginas en
la Internet. Muchos miembros han
sucumbido delante de estos desafíos por el hecho de exponerse a tales
materiales sin tener conocimiento más profundo de las doctrinas bíblicas (ver
Mat. 13: 18-23). En nombre de la
democracia social y de la libertad individual, están aventurándose en el
terreno encantado de Satanás bajo la teoría de que deben buscar un conocimiento
superior al que poseen (ver Gén. 3: 1-7).
2.
“Los
miembros de la iglesia serán probados individualmente”
a)
En la analogía de los dos fundamentos aparecen
las expresiones “cualquiera, pues, que…” y “pero cualquiera que…” (Mat. 7: 24,
26). Estas expresiones dejan claro que
el proceso de construir sobre la ‘roca’ o sobre la ‘arena’ es una cuestión
individual que cada cristiano debe decidir por si mismo.
b) La
inspiración nos advierte que los miembros de la iglesia serán probados
individualmente. Serán puestos en
circunstancias donde se verán obligados a dar testimonio por la verdad. Muchos
serán llamados a hablar ante concilios y tribunales, tal vez por separado y a
solas. Descuidaron de obtener la
experiencia que les había ayudado en esta emergencia, y su alma queda recargada
de remordimiento por las oportunidades desperdiciadas y los privilegios
descuidados.” (E. G. White, Joyas de los
Testimonios, T2, pág. 164)
c)
Siendo ese el caso, ¿no sería este tiempo
oportuno para construir nuestra casa espiritual “en Dios está mi roca fuerte, y
mi refugio” (Sal. 62: 7)? ¿No deberíamos buscar hoy un conocimiento más
profundo de la Palabra de Dios? ¿No deberíamos conocer mejor el fundamento
bíblico de nuestro mensaje distintivo? ¿No deberíamos también permitir que ese
conocimiento ejerza una influencia santificadora sobre nuestra vida (Juan 17:
17)?
3.
“Muchos
se apartarán de nosotros”
a)
Mateo 7: 27 dice que la casa construida sobre la
arena, al no tener un fundamento sólido, “cayó, y fue grande su ruina”. La inspiración divina nos advierte que
“muchos se apartarán de nosotros, dando oído a espíritus seductores y doctrinas
de demonios… Se levantarán falsos profetas y engañarán a muchos. Todo los que pueda ser sacudido será
sacudido.” (E. G. White, El Evangelismo,
pág. 267)
b)
“Cuando llegue el tiempo de la prueba, los que
hayan seguido la Palabra de Dios como regla de conducta, serán dados a
conocer. En verano no hay diferencia
notable entre los árboles de hojas perennes y los que las pierden; pero cuando
vienen los vientos del invierno los primeros permanecen verdes en tanto que los
otros pierden su follaje. Así puede también que no sea dado distinguir
actualmente a los falsos creyentes de los verdaderos cristianos, pero pronto
llegará el tiempo en que la diferencia saltará a la vista.” (E. G. White, El Conflicto de los Siglos, pág. 660)
c)
“El permanecer de pie en defensa de la verdad y
la justicia cuando la mayoría nos abandone, el pelear las batallas del Señor
cuando los campeones sean pocos, ésta será nuestra prueba. En este tiempo,
debemos obtener calor de la frialdad de los demás, valor de su cobardía, y
lealtad de su traición.” (E. G. White, Joyas
de los Testimonios, T2, pág. 31)
II.
¿CUÁN SÓLIDO ES SU FUNDAMENTO?
Es
indispensable que la Iglesia Adventista del Séptimo Día tenga su identidad
doctrinaria bien definida para sobrevivir a los ataques finales del
maligno. Pero esa identidad sólo será
efectiva para nosotros si cada uno individualmente, como miembros de iglesia,
estuviéremos comprometidos con el mensaje adventista que nos caracteriza.
1.
Edificados
sobre la arena
a)
En Mateo 7: 26, 27 somos advertidos: “Pero
cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre
insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron
ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y
fue grande su ruina.”
b)
Muchos profesos cristianos han ofuscado su
compromiso personal con la Palabra de Dios, exponiéndose al sensualismo y al
misticismo que llevan a la literatura secular, a las músicas profanas, a los
programas de televisión, las artes cinematográficas y a Internet. El arte del entretenimiento y las
comunicaciones modernas nos están absorbiendo tanto que no tenemos más tiempo
para nuestras prioridades espirituales.
¡Muchos lamentarán ante el tribunal de Cristo que no tuvieron tiempo
para ser cristianos!
c)
¡Es lamentable que muchos miembros de iglesia
hoy, están más familiarizados con los astros de novelas y de deportes que con
los mensajes de los profetas del Señor! Están construyendo su casa espiritual y
moral sobre la arena movediza de las ideologías humanas. Esa casa ciertamente se derrumbará, pues
ellos “no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2 Tes. 2: 10).
2.
Edificados
sobre la roca
a)
Antes de presentar la analogía de los dos
fundamentos, Cristo había afirmado en Mateo 7: 21: “No todo el que me dice:
Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos.” En Mateo 7: 24, 25, Cristo agregó:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó,
porque estaba fundada sobre la roca.”
b)
En 1 Pedro 2: 1-8 se identifica a Cristo como la
“piedra angular” (v.6) y la “roca” (v. 8) sobre la cual debemos edificar
nuestra “casa espiritual” (v. 5). Pero la
analogía de los dos fundamentos mencionada en Mateo 7: 24-27 conspira contra la
teoría popular de una casa espiritual construida solamente bajo una relación
subjetiva con Cristo, sin un compromiso más efectivo con la voluntad de Cristo. Es evidente, por lo tanto, que “los que
piensan que no es importante creer en la doctrina, si creen en Jesucristo, se
encuentran en un territorio peligroso”. (E. G. White, Cristo Triunfante, Meditações Matinais 2002, pág. 235)
c)
Los que construyeron realmente su casa sobre la
roca se identifican en Mateo 7: 24 como aquellos que conocen las enseñanzas de
Cristo y las practican. Esto significa
que tales personas tienen una relación genuina con Cristo y un compromiso
personal con las enseñanzas de Cristo.
Este compromiso es fundamental, pues, de acuerdo con el profeta Isaías:
“Sécase la hierba, marchítese la flor; mas la palabra de Dios nuestro permanece
para siempre” (Isa. 40: 8).
3.
¿Cuál
es el fundamento?
a)
En el libro Evangelismo,
de Ellen White, pág. 267, encontramos la siguiente declaración: “Entre las
revelaciones que he recibido se destaca con fuerza la de que muchos se
apartarán de nosotros, dando oído a espíritus seductores y doctrinas de
demonios. El Señor desea que toda alma
que pretende creer la verdad tenga un conocimiento inteligente de lo que es esa
verdad. Se levantarán falsos profetas y
engañarán a muchos. Todo lo que pueda se sacudido será sacudido. ¿No debe toda persona, pues, llegar a
comprender las razones de nuestra fe? En lugar de tener tantos sermones, debe
haber un escudriñamiento más profundo de la Palabra de Dios, abriendo las
Escrituras, texto por texto, e investigando para encontrar las poderosas
evidencias que sostienen las doctrinas fundamentales que nos han guiado hasta
donde estamos, sobre la plataforma de la verdad eterna.”
b) Eso
nos lleva a indagar: ¿Cuál es el fundamento de nuestra casa espiritual? ¿Está
construyéndose sobre la roca de la Palabra de Dios o sobre la arena movediza de
las ideologías humanas? ¿No deberíamos solidificar su fundamento, antes que se
derrumbe ante tempestades de falsas doctrinas que ya están soplando? ¿No sería
ahora el momento oportuno para iniciar el proceso de solidifación?
c)
Es importante que tomemos la decisión de
comprometernos con la Palabra de Dios. Pero ese compromiso solamente se hace
efectivo si nos involucramos en un plan específico de estudio sistemático de
las doctrinas bíblicas.
III.
SEMINARIO DE ESTUDIO DEL LIBRO EN ESTO
CREEMOS
Nuestra
iglesia (o grupo) local decidió implantar una serie de estudios de las
doctrinas adventistas que nos gustaría compartir con los hermanos en esta
ocasión.
1.
Un
seminario para los miembros de la División Sudamericana
a)
Con el propósito de consolidar el conocimiento
doctrinario de todos los segmentos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en
Brasil, la División Sudamericana adoptó como uno de los libros del año 2004 la
obra intitulada En Esto Creemos: 27
Enseñanzas Bíblicas de los Adventistas del Séptimo Día.
b) Producida
por la Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del
Séptimo Día, esta obra es una de las exposiciones doctrinarias más completas ya
organizadas por nuestra iglesia.
c)
Cada familia adventista debería adquirir por lo
menos un ejemplar del libro En Esto
Creemos o el CD-ROM “En Esto Creemos” (el cual también contiene una copia
del texto integral del libro, además de las presentaciones en Power Point,
estudios bíblicos y comentarios adicionales de pastores y teólogos
adventistas). De esta forma, el estudio
será más provechoso para todos nosotros.
2.
La
realización del seminario en nuestra iglesia (o grupo) local
a)
El contenido del libro En Esto Creemos se estudiará en nuestra iglesia (o grupo), en 27
reuniones consecutivas, comenzando el día… (definir claramente si se estudiará
el libro en los cultos de domingo).
b) Durante
la semana que antecede cada reunión, las familias deberán leer en casa el
respectivo capítulo del libro a estudiar la próxima reunión (anunciar el
capítulo del libro que se leerá antes de la primera reunión de estudio).
c)
En el culto en sí, ser hará una recapitulación
del contenido del capítulo leído, ilustrada con presentaciones en Power Point,
lo que hará que el estudio sea más agradable y comprensible.
3.
Nuestro
compromiso personal en participar de este importante seminario
a)
Ningún adventista del séptimo día debería
permitir que otros intereses particulares absorban el tiempo que debería
dedicarse a participar de este importante seminario.
b) Si
realmente queremos ser salvos, debemos deshacernos de todo aquello que nos
impide buscar el conocimiento santificador de la Palabra de Dios.
c)
Cada uno de nosotros debería saber por qué es
adventista, “y estad preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en
vosotros” (1 Ped. 3: 15). Para eso, es
necesario comprender bien los fundamentos doctrinarios de nuestro mensaje.
CONCLUSIÓN
a) Iván
Espíndola de Ávila, en su libro La Biblia
a lo Largo del Camino, págs. 92-94, cuenta la historia de Guillermo
McPherson, que fue víctima de una explosión a los 17 años de edad, mientras
trabajaba en una mina. Los médicos le
salvaron la vida, pero quedó sin brazos y completamente ciego. Su gran frustración era no poder leer más la
Biblia, dependiendo siempre de la buena voluntad de los otros.
Pero, en cierta ocasión, Guillermo oyó al pastor de su iglesia
relatando la experiencia de una anciana imposibilitada que, no pudiendo
sostener la Biblia, la besó despidiéndose de ella. La idea de posar sus labios en la Biblia,
hizo que Guillermo pensase que podría volver a leer las Escrituras si tan sólo
usase la punta de su lengua para aprender el método Braile de lectura para
ciegos.
Durante mucho tiempo Guillermo tocó los caracteres en alto
relieve de su Biblia en Braile con la punta de su lengua y con los labios, para
aprender a leer. En muchas ocasiones las
páginas quedaban manchadas de sangre, a causa de las heridas provocadas por ese
inusual método de lectura. Pero, a los
46 años de edad, ya había leído la Biblia para ciegos de 59 gruesos volúmenes
completa, cuatro veces.
La vida de Guillermo McPherson revela un amor incondicional a
las Escrituras que debería ser imitado por todos aquellos que se están
preparando para el regreso de Jesús.
b) El
mundo en que vivimos se caracteriza por la globalización de las informaciones,
en que la fascinación por el elemento visual está suplantando al conocimiento
teórico de la realidad. Pero, como
cristianos adventistas, no podemos permitir que los recursos de los medios de
comunicación nos distancien del conocimiento de la Palabra de Dios. Debemos volver a ser conocidos como “el
pueblo de la Biblia”.
c) Tenemos
que enfrentar los días finales de la historia humana cimentados en la Palabra
de Dios (Isa. 40: 8) y con la mirada fija en Jesús, “el Autor y Consumador de
la fe” (Heb. 12: 2). Que el Señor nos
bendiga en eso. Amén.
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